Al menos 21 personas murieron de frío durante una carrera de montaña celebrada este sábado en una zona turística de la provincia septentrional china de Gansu, informa hoy la prensa local. La carrera, en la que los 172 participantes debían recorrer más unos 100 kilómetros, la distancia de una ultramaratón, campo a través en una zona montañosa, fue interrumpida después de que algunos de ellos mostrasen signos de hipotermia y problemas físicos tras la caída repentina de las temperaturas en una zona de gran altitud.
Afectados por el granizo, la lluvia helada y los vendavales hacia las 13.00 hora local de este sábado, algunos de ellos desaparecieron. Los equipos de rescate confirmaron la muerte de hasta 20 de los corredores hacia las 08.00 hora local de este domingo. Las autoridades desplegaron un equipo de más de 1.200 efectivos para tratar de hallar a otro corredor que estaba desaparecido, que fue encontrado a las 9:30 hora local según informó la cadena de televisión CCTV.
El último parte ofrecido por el Gobierno local indica que 151 de los participantes están a salvo, aunque ocho de ellos sufrieron pequeñas lesiones por las que han recibido tratamiento médico, y se encuentran estables. Según los rescatadores, el principal problema fue que las temperaturas descendieron a cerca de cero grados centígrados mientras los corredores vestían prendas finas que no les protegieron del frío.
El alcalde de Baiyin se encargó de informar sobre el suceso: "Hacia el mediodía, el tramo de gran altitud de la carrera entre 20 y 31 km se vio afectado de repente por condiciones climáticas desastrosas. En poco tiempo, granizo y lluvia helada cayeron de súbito sobre la zona, y había vientos fuertes. La temperatura cayó bruscamente". Después de recibir algunas llamadas de participantes pidiendo socorro, se envió un equipo de rescate que rescató a 18 corredores.
Hasta 700 socorristas se movilizaron para encontrar a los desaparecidos, dejando imágenes con los servicios de rescate ataviados de linternas durante la noche y escalando en busca de encontrar a los corredores con claros síntomas de hipotermia. Uno de los supervivientes explicaba la experiencia en la prensa local: "Todo mi cuerpo estaba empapado, incluidos los zapatos y calcetines. No podía mantenerme erguido por el viento, tenía mucho miedo de que me llevara el viento. El frío era cada vez más insoportable".
Todo ocurrió en el bosque de piedras del río Amarillo, que se encuentra en esta región de Gansu. Esta zona limita con Mongolia al norte, lugar donde las inundaciones y otros fenómenos similares suelen darse habitualmente. En 2010, un deslizamiento de tierra causó más de 1.000 muertos en una ciudad de esta localización. También suele verse afectada por los terremotos, una de las razones que mantiene esta zona con su paisaje escarpado. Es el lugar ideal para este tipo de ultramaratones que se han puesto de moda en los últimos años y que solo están reservadas para los atletas más preparados.
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