El único campeón olímpico israelí ahora es fotógrafo de bodas: vende su oro por falta de dinero
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Cuando se habla de un deportista exitoso, la idea popular es pensar en alguien triunfador y al que precisamente dinero no le falte. Buena prueba de ello son el boxeador Floyd Mayweather o los futbolistas Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, los tres mejor pagados del mundo según la prestigiosa revista económica Forbes, con unos ingresos anuales de aproximadamente 250, 96 y 93 millones de euros al año, respectivamente.
Sin embargo, a medida que nos alejamos de los deportes más mediáticos, surgen historias verdaderamente sorprendentes. Este es el caso de Gal Fridman, un israelí de actualmente 43 años que practicó el windsurf en su juventud. Y no se le daba nada mal. Buena prueba de ello es que ganó el campeonato mundial de este deporte en el año 2001, tras dos años inactivo, además de cuatro campeonatos de Europa.
Sin embargo, su logro más reconocido llegó en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y en los de Atenas 2004. En los primeros logró la medalla de bronce, y en los segundos, la de oro. Un hito sin igual, pues no solo se trata del único deportista de Israel en ganar dos medallas olímpicas, sino que también es el único del país en lograr un oro.
Un campeón en apuros
Pero la historia no acaba de una forma tan bonita. Tras retirarse de manera definitiva en 2008, Gal ejerce como entrenador de windsurf y fotógrafo de bodas y demás eventos sociales. Unas profesiones que no le garantizan unos ingresos tan altos como los citados anteriormente. Sea por una cosa o por otra, el excampeón publicó este lunes 15 de octubre un post en su cuenta oficial de Facebook que llamó la atención.
"Busco un experto en eBay que sepa cómo subastar un objeto excepcional. Es único en su tipo en Israel". Esto llamó rápidamente la atención de varios usuarios, preguntándole de que se trataba. Fridman fue directo: su medalla de oro.
La declaración generó muchísimas reacciones, la mayoría pidiéndole que no la vendiera. Gal Friedman se limitó a pedir que solo respondiera "gente seria con mucho dinero". Posteriormente fue entrevistado por el medio digital Walla Sport, donde explicó que "por el momento estoy comprobando cuánto vale. Necesito el dinero".
Al día siguiente, el director general del Comité Olímpico de Israel, Yigal Carmi, afirmó en un anuncio oficial: "La venta de una medalla olímpica es un acto que no se puede hacer. El deseo de vender la medalla olímpica, objetivo de todos los atletas del mundo, expresa cierta angustia económica de Fridman. Estamos seguros de que hay otras formas de lidiar con esta dificultad, si existe".
Con la principal institución del país en contra, Gal envió una carta a Gili Lustig, secretario general del Comité, en la que preguntaba: "¿Cuántos atletas en el país realmente logran mantenerse en el mundo del deporte para ganarse la vida? Tal vez los niños deberían entender que vale la pena invertir primero en la profesión y que el deporte es una segunda prioridad. De decenas de miles de niños en los diversos sectores, solo un pequeño porcentaje sobrevivirá, y un porcentaje insignificante se beneficiará realmente del deporte olímpico".
¿Cuánto vale una medalla de oro olímpica?
Es aquí donde surgen las preguntas. ¿Hace bien Gal vendiendo su medalla? ¿Existe otra alternativa? ¿Acaso se puede vivir de la práctica de deportes minoritarios como el windsurf? Curiosamente, Fridman está contradiciendo a su 'yo' del pasado.
Y es que en el año 2005 sufrió un robo en la casa de sus padres. Entre los objetos de valor que se llevaron los ladrones figuraban las dos medallas. Estas fueron encontradas días después en la playa por una persona anónima, quien se las devolvió a su legítimo dueño, Gal Friedman. Este declaró al periódico israelí Haaretz: "No hay dinero en el mundo que reemplace esa medalla".