Si la gente se pone a pensar en España y su relación con la Fórmula 1 salen varios nombres a la palestra. Fernando Alonso, Pedro de la Rosa, Marc Gené, Carlos Sainz o Jaime Alguersuari son algunos de ellos, pero hay otro que lleva estrechamente ligado al mundo del motor y al Gran Circo desde hace muchos más años.
Ese es, sin duda alguna, el Circuito de Montmeló, o Circuito de Barcelona-Cataluña como también se le conoce. El trazado catalán se ha convertido en uno de los grandes referentes de España dentro de la Fórmula 1 y del motor en general. Numerosas pruebas se han disputado allí desde que se inaugurase hace más de 30 años, el 10 de septiembre de 1991.
Ahora, tres décadas más tarde, todo hace indicar que su rastro dentro del Gran Circo va a continuar hasta desparecer dentro de unos años. Concretamente hasta 2026, cuando la llegada de Madrid a la Fórmula 1 con su circuito urbano obligue a tomar una decisión de peso, aunque ésta parece que llegará antes.
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La dificultad de mantener a dos Grandes Premios del mismo país hace que indicar que el Gran Premio de España tiene sus horas contadas, al menos en el circuito de Montmeló. Un histórico que está cerca de decir adiós tras más de treinta años en la Fórmula 1, un toque melancólico.
Lo cierto es que desde Cataluña se está defendiendo con uñas y dientes su continuidad, tal y como avanzó la portavoz del Govern, Patrícia Plaja. "Haremos lo posible para alargar esta relación. No tenemos conocimiento de que haya voluntad de cambio. Lo que sí es una realidad es lo firmado y acordado, que la F1, como mínimo hasta 2026, no se mueve de aquí, de Cataluña", espetó.
Difícil su continuidad
Tras instaurarse en la Fórmula 1 desde que aterrizase en 1991, Montmeló se ha convertido en una referencia del mundo del motor en España. En el trazado catalán se disputan numerosos eventos, pero sin duda los más importantes son el Gran Premio de España de F1 y el Gran Premio de Cataluña de MotoGP.
A ello hay que añadirle la presencia de la F2, F3, Moto 2 o Moto 3. Todos ellos son importantes, pero lo cierto es que no han conseguido exprimir y rentabilizar esas visitas desde hace muchos años. Esto ha hecho que el Circuito de Cataluña viese como la Generalitat ha tenido que salir a su rescate, inyección de millones mediante, desde hace más de una década.
En 2022, el circuito, cuyo 75% es público por pertenecer a la Generalitat y el 25% restante se lo reparten el Real Automóvil Club de Cataluña y el Ayuntamiento de Montmeló, cerró con unas pérdidas de 2,5 millones de euros.
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Además, ha ido perdiendo fuerza en los últimos años tras confirmarse que habrá rotación y no todos los años se disputará el Gran Premio de Cataluña de MotoGP. Desde 2023 habrá rotación con otros circuitos, por lo que perderá parte de su atractivo. A esto se le une el presumible adiós de la F1 en 2026.
Una decadencia de uno de los circuitos más reconocidos a nivel europeo marcada por su incapacidad para mantener sus grandes eventos. Una situación que abre paso a la incertidumbre, pues lo de la Fórmula 1 era algo que se veía venir tras las dificultades que hubo en el pasado para renovar los acuerdos.
La F1 dirá adiós a Cataluña
La Fórmula 1 ha sido un deporte que ha estado estrechamente relacionado con Cataluña desde hace muchos años. Es cierto que Montmeló ha estado más de 30 años presente en el calendario, lo que ha propiciado se hayan disputado hasta 33 Grandes Premios, pero esta región lleva viendo cómo los monoplazas se disputan la victoria desde hace mucho más tiempo.
Todo empezó hace más de medio siglo, pues el Circuito de Pedralbes fue el primero en instaurarse dentro del Gran Circo. El trazado catalán acogió su primera en 1951 y tuvo otra segunda oportunidad en 1954. En aquella década se comenzó a cimentar una relación que todavía perdura con Cataluña.
Poco después, habría una relativa ausencia, pues fue el Circuito de Jarama el que continuó celebrando carreras. No fue hasta 1969 cuando Montjuïc entró a escena y se alternó con el madrileño durante varios años. Allí se disputaron hasta cinco Grandes Premios, siendo el último en 1975.
Luego llegaría Montmeló dieciséis años más tarde y, de ahí, hasta ahora. Una larga unión que perdura más de cincuenta años, pero que parece tiene fecha de caducidad. Venido a menos por los problemas económicos, el Circuito de Barcelona-Cataluña, como también se le denomina, parece estancarse en cuanto a avances se refiere.