Fernando Alonso puso el punto final a su trayectoria en Alpine. Dos años después y 44 carreras más tarde se cierra un ciclo marcado por la irregularidad del monoplaza y la sensación de que todo podía haber sido mucho más. En Abu Dhabi tuvo lugar su despedida de la escudería que le hizo ser campeón del mundo y no pudo ser peor el adiós para el piloto español.
El coche de Fernando Alonso dijo basta en la vuelta 28. Otra vez un problema de motor le apartaba de luchar por los puntos, una situación a la que ya estaba acostumbrado a lo largo de toda la temporada. No es ni la primera ni la segunda ni la tercera, es la sexta vez que le deja tirado ante la perplejidad por todos.
Una vez más un contratiempo le dejó fuera de la batalla cuando peleaba por alcanzar el treno de Sebastian Vettel y Esteban Ocon. Eso sí, luchaba por dejar atrás a Yuki Tsunoda, Lance Stroll y Valtteri Bottas, que le adelantaron tras su paso por boxes en una nueva y dudosa estrategia de Alpine.
Si ya le pasó factura el coche cuando se convirtió en el piloto con más Grandes Premios en Singapur, le ocurrió en el día de su adiós a la escudería francesa. Un nuevo varapalo que cierra dos temporadas muy agridulces para él. Una sensación de lo que pudo haber sido y no fue en las 44 carreras desde su regreso.
Aún así, una nueva puerta se la abrirá en muy pocos días. Alonso está muy ilusionado con su desembarco en Aston Martin y quiere recuperar el tiempo perdido en los últimos meses. Ya que no ha conseguido superarse con respecto al año pasado, acabando sus dos temporadas en Alpine con 81 puntos. Eso sí, en esta última la cifra podía haber sido mucho mayor si no llega a abandonar en seis carreras o sufrir problemas de distinta índole en el monoplaza.
Además, su prematuro adiós en Yas Marina no le dejó estar en el adiós de Sebastian Vettel a la Fórmula 1. Él iba a ser uno de los grandes protagonistas junto a Lewis Hamilton para despedir al alemán, curiosamente ni el español ni el británico pudieron estar en la retirada de su compañero.
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El Plan, un viacrucis
Cuando Fernando Alonso tomó la decisión de volver a la Fórmula 1, el Gran Circo le recibió con los brazos abiertos. Y con la organización, Alpine le ofrecía ocupar el asiento con el que fue campeón dos veces. Nada hacía presagiar que 'El Plan' se iba a convertir casi en un viacrucis en sus últimos días.
Y tras una primera temporada de aclimatamiento, donde dejó su tercer puesto en Qatar como mejor carta de presentación, todo hacía indicar que el segundo año iba a darle la oportunidad de poder acercarse a Ferrari, Mercedes y Red Bull. Sin embargo, la realidad ha sido completamente diferente. Un jarro de agua fría.
Porque sus últimos días con la escudería han estado marcados por fallos y más fallos. Eso sí, cuando el coche respondía, como ocurrió en el Gran Premio de Brasil, Alonso fue capaz de exprimirlo al máximo y pelear con los mejores. El quinto puesto de Interlagos fue un claro ejemplo de lo que pedía el piloto: un coche que le diese la oportunidad de terminar sin problemas. El resto ya se encargaba de ponerlo él, como casi siempre.
Pero la tónica final ha estado marcada por las decisiones de equipo. Él ya dejó caer antes de subirse al coche en Yas Marina que estaba supeditado a las órdenes de equipo, que iban a favor de Esteban Ocon. De ahí, la estrategia dudosa que realizaron con él en la última prueba del Campeonato. Pero vamos, que no pudo terminar y volvió a quedarse con las ganas de saber que es la bandera a cuadros una vez más.
Alonso volvió a descargar su frustración tras un nuevo abandono. Nuevamente reflejaba con la prensa su malestar por lo sucedido, porque se cierra una etapa que estaba muy marcada por la ilusión, pero ha quedado reducida a una desazón constante.
"Una vez más, el motor creo que perdía agua y me mandaron parar. Tuve que parar, es el resumen del año. Es un año complicado, porque creo que hemos ido más o menos rápido en todas las carreras, pero son seis abandonos. En Australia el coche se rompió en la crono, en Austria ni arrancó en la carrera al sprint, en Canadá me quedé sin batería... No son solamente seis abandonos, son nueve o diez", explicó a DAZN tras la carrera.
Una descarga de adrenalina que fue el fiel reflejo de la situación que ha vivido en este segundo año, donde ha duplicado el número de abandonos y ha sufrido más que nunca con el coche. Y, para más inri, Alonso tenía una de las mejores manos de su trayectoria automovilística.
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La ilusión de Aston Martin
Ahora se abre un nuevo e ilusionante camino para Fernando Alonso. Ya hizo oficial su marcha a Aston Martin. Allí ocupará el lugar del recientemente retirado Sebastian Vettel, que ha dicho adiós definitivamente a la Fórmula 1. Con el español se aseguraron un relevo de garantías y con experiencia, mucha experiencia.
Él se ha mostrado muy predispuesto a iniciar su nueva andadura. Decir adiós a una amarga experiencia para tratar de encontrar una mucho más satisfactoria. Lo aseguró tras el Gran Premio de Abu Dhabi tras resaltar los fallos de su todavía equipo hasta final de temporada.
"Cerrar este capítulo y empezar uno nuevo en Aston es increíble, por lo que están haciendo en cuanto a fichar a gente, preparar instalaciones, inversión. Estoy deseando que empiece el año que viene", sentenciaba Fernando Alonso. El desembarco se hará en breves, este 22 de noviembre será su primera cita.
Y pese a que su cierre no ha sido el mejor, también quiso dejar un mensaje para Alpine antes de dejarlos atrás. "La frustración por este año está ahí, y no puedo hacer nada, pero estoy agradecido y siempre pensaré en los buenos recuerdos con Alpine y Renault. Ganamos dos títulos, pasé nueve años de mi vida en la F1 con ellos. Siempre les desearé lo mejor. Volví a un buen nivel de prestaciones y estoy preparado para Aston Martin", zanjó.
Tras la carrera disputada en Yas Marina, los equipos probarán los nuevos neumáticos de Pirelli para la próxima temporada. Y en dichos test, Alonso tendrá la oportunidad de sentarse en su nuevo coche tras recibir el permiso de Alpine, con la que ya solo tendrá que realizar compromisos comerciales.
La sexta aventura de Fernando Alonso comenzará en apenas unos días, pero la ilusión por 'La Misión' del español ya está intacta. Él sabe que sus manos todavía pueden dar mucho más y eso intentará realizarlo en Aston Martin, donde le esperan con los brazos abiertos. Una temporada más seguirá siendo el más veterano de la parrilla a sus 41 años, pero también uno de los mejores al volante.