El apellido Schumacher está a punto de volver a desaparecer de la parrilla de la Fórmula 1. Mick, el primogénito del 'Káiser', va a quedarse sin asiento para la temporada 2023. La decisión de Haas, su escudería, está tomada y todo apunta a que su sustituto será otro alemán, el veterano Nico Hülkenberg.
Haas se lo ha pensado y no renovará a Mick, de 23 años, dado que los resultados no han sido los esperados de un piloto que llegó como gran promesa. El apellido pesó y el sueño se va a acabar demasiado pronto. No hay más asientos libres para 2023 y al campeón de la Fórmula 2 en 2020 le tocará dar un paso al lado.
Sobre Mick Schumacher pesa los múltiples incidentes que ha sufrido en pista esta temporada. Para Haas ha sido un auténtico dolor de muelas, puesto que los daños que ha provocado al volante han tenido un coste de reparación que asciende a tres millones de euros. La escudería estadounidense ha dicho basta.
Günther Steiner, jefe de Haas, ya anunció que el interrogante de su segundo asiento para 2023 se resolvería pronto: "Solo tenemos que resolver los detalles de cómo vamos a hacer lo que vamos a hacer". Con aquella declaración se refería solo a la firma del contrato de Hulkenberg, como reveló el diario Bild.
La pareja de Haas para el año que viene, por tanto, la formarán Kevin Magnusen, que logró en Brasil su primera pole por sorpresa, y Hulkenberg, que vuelve a la Fórmula 1 como piloto oficial tras salir de Renault F1 Team al acabar 2019. Curiosamente, el alemán sustituyó al danés en la escudería gala a partir de 2017.
Flojo balance en Haas
Volviendo al hijo del siete veces campeón del mundo, su salida será escenificada en el Gran Premio de Abu Dabi que se celebra este fin de semana. Será su despedida tras un periplo de dos años en la F1 en el que los resultados no han acompañado. En 2021 no le dio para competir con un Haas anticompetitivo que no puntuó (ni con Mick ni con Mazepin) en toda la temporada y en 2022 ha estado por debajo de lo que debería.
Magnussen ha rascado el doble de puntos que Mick esta temporada (25 a 12 a falta de Abu Dabi), además de obtener mejores resultados en clasificación: el danés se ha metido nueve veces en Q3 por las cuatro del alemán. La pole en Brasil también deja atrás el sexto puesto en el que Schumacher logró clasificar en Canadá -su mejor salida-. El hijo del 'Káiser' solo gana a su compañero en el global en carrera (12-8).
Pero lo que de verdad ha acabado descartando la continuidad de Mick en Haas ha sido el coste de los destrozos generados. Gene Haas, propietario del equipo le lanzaba una advertencia hace un mes: "Creo que tiene mucho potencial, pero sabes que nos cuesta una fortuna. Ha destrozado muchos coches que nos han costado mucho dinero que simplemente no tenemos", decía en AP.
A finales de agosto, se calculaba que Mick había costado más de tres millones de dólares a Haas por accidentes. Eso le coloca a la cabeza frente al resto de la parrilla. Lo mismo ocurrió en 2021, cuando acabó el año produciendo costes valorados en 4,7 millones. Los errores de novato se pagan caro y el hijo de Schumacher se ha quedado sin tiempo.
Del rojo... ¿al plateado?
Por si fuera poco, ya se anunció tiempo atrás que Mick Schumacher acabaría su relación con la Ferrari Drivers Academy a final de temporada. Había ingresado en ella en 2019, teniendo oportunidad de rodar con el bólido rojo en algún entrenamiento y hasta sentarse en el monoplaza de su padre, el mítico Ferrari F2004.
Ferrari tenía grandes esperanzas de continuar con Mick el legado de Michael, que ganó con la Scuderia cinco de sus siete Mundiales de Fórmula 1. El plan era que aprovechara su paso por Haas para preparar el salto a la marca roja, pero viendo el poco crecimiento del alemán reforzaron su apuesta por sus dos pilotos actuales: Charles Leclerc y Carlos Sainz, ambos con contrato hasta 2024.
Pasar página con Ferrari, sin embargo, abre la puerta a una última vía para Mick Schumacher de quedarse en la Fórmula 1. No como piloto oficial, pero al menos sí como reserva. Y para alegría del alemán, la interesada no es otra que Mercedes. Las piezas encajan, ya que la escudería se queda sin dos de sus probadores: Nyck de Vries, que correrá en AlphaTauri, y Stoffel Vandoorne, que será reserva en Aston Martin.
Toto Wolff, jefe de Mercedes, ya ha abierto las puertas a Mick: "Lo más importante es que consiga un asiento para correr, pero no es ningún secreto que la familia Schumacher pertenece a Mercedes. Realmente apreciamos a Mick como persona y como piloto. Por lo tanto, definitivamente lo discutiremos si esa opción está ahí. La primera prioridad para él es conseguir un asiento, eso es lo que se le da bien. Él también se lo merece".
El apellido Schumacher se liga inevitablemente con Ferrari en la Fórmula 1, pero Mercedes quiere cambiar eso. En 2010, Michael Schumacher regresó a la competición con la firma alemana y corrió para ella durante tres años hasta su adiós definitivo. A comienzos de su carrera también había estado vinculado a ella, corriendo para su equipo de resistencia en 1990 y 1991.
Como hiciera Michael, ahora a Mick se le abren las puertas de Mercedes para seguir manteniendo vivo su sueño. Seguramente sea la última bala que le queda y puede llegar a ser interesante si en el futuro le da la oportunidad de sustituir a Lewis Hamilton, de 37 años y por ahora con contrato solo para 2023.