Fernando Alonso terminó contento con su rendimiento en el Gran Premio de Francia. Feliz, pero también algo resignado. Sabe que Alpine no da para más y que incluso su sexto puesto no es real. Hoy le tocó aprovechar el abandono de Charles Leclerc para coger una de esas posiciones reservadas para Red Bull, Ferrari y Mercedes.
El asturiano está obligado a no cometer ningún fallo para poder aprovechar los de arriba. Hoy, la baza estaba en la remontada de Carlos Sainz. Sin embargo, el madrileño llegó hasta arriba y consiguió incluso pelear por el podio. No lo logró porque la estrategia de Ferrari le arruinó una vez más su carrera.
Alonso se marcha con buenos puntos del Gran Premio de casa para Alpine en el trazado y dejando un recado para la escudería. En realidad dos. El primero de ellos es la demostración de que haciendo las cosas bien pueden sacar los puntos que merecen. Sin problemas de fiabilidad y sin desvaríos en el box y en el pit lane. Haciendo una carrera sin necesidad de innovar. Limitándose a hacer lo justo y necesario, él ya se encarga del resto.
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Sin embargo, el más importante es lo de siempre. El rendimiento óptimo de los galos les da para lo que le da. Y nada más. Alonso quería ilusionarse y firmar un nuevo podio como el logrado el año pasado en Qatar, pero para ello necesitaba un milagro detrás de otro. Algo que no se ha producido. Por ello tenía que conformarse con ese sexto lugar que valoraba en justa medida.
Alonso brilla en su guerra
"Estamos sudando, pero estamos bien, contentos. Es otra vez lo máximo que podíamos hacer. La salida ha sido súper, de séptimo a quinto y luego buen ritmo y buena gestión de neumáticos. Al final hemos sido sextos, pero cómodos. Bien, es lo que hay. Ojalá tuviéramos muchos fines de semana normales porque hubiésemos terminado quintos o sextos cada domingo".
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Más allá de su ambición personal, la propia de todo un bicampeón del mundo, Alonso tiene que saber dónde está y cuál es su guerra. Y esa es la de pelear por el cuarto puesto en el campeonato de constructores. Una lucha que mantienen ahora con McLaren y que está de lo más igualada y bonita. Los optimistas que les ven luchando contra Mercedes se han llevado este domingo otro golpe de realidad. Los alemanes han sido segundo y tercero, algo impensable para los Alpine.
Fernando valoraba así haber terminado por delante de Norris y Ricciardo: "Tenemos esa lucha con McLaren en constructores que está muy bonita. Queríamos acabar delante de ellos. Parecía que iban muy rápido ayer en la clasificación. Nos metieron medio segundo. Pero hoy en carrera podíamos aguantarles el ritmo y estoy muy contento por ello". Alpine hasta ahora siempre había dado más los sábados que los domingos. Sin embargo, Paul Ricard parece haber cambiado el curso, lo que supone un adelanto para el campeonato.