El Gran Premio de Monaco de Fórmula 1 dejó muchas lecturas diferentes, especialmente el gran éxito de 'Checo' Pérez con una victoria que ha reforzado sus aspiraciones al título y su papel dentro de la escudería Red Bull. Sin embargo, para muchos, la gran atracción de la prueba fue el enfrentamiento que dejaron en la pista dos campeones del mundo que suman nueve títulos entre los dos. Fernando Alonso y Lewis Hamilton, dos viejos conocidos.
El español y el británico tuvieron un gran pique en la pista del que salió vencedor el asturiano. El estrecho circuito de Monaco jugaba a su favor y terminó desesperando al piloto de Mercedes, que no encontraba la forma de adelantar al corredor de Alpine. Una situación difícil de gestionar y que llevó a Lewis a perder los nervios.
Había una encarnizada pelea por la séptima plaza entre ambos pilotos en la que saltaron chispas. Mientras Alonso iba alarmantemente despacio, Hamilton se subía por las paredes para intentar quitarse de encima a su rival y antiguo compañero de equipo. De eso se quejaba el inglés, que pedía a dirección de carrera que hiciera algo para romper el tapón que estaba creando Fernando. Sin embargo, el de Alpine tenía una misión clara: conservar sus neumáticos.
Alonso no quería ser víctima de la degradación para poder llegar al final con un solo compuesto de ruedas y no tener que volver a pasar por boxes. Aprovechando que en Monaco es casi imposible de adelantar al ser necesario un diferencial de velocidad superior a los dos segundos, Fernando puso en práctica esa estrategia de aguantar y aguantar hasta que pudo consumir el número de vueltas necesarias.
Ya en la parte final de la carrera, el asturiano volvió a apretar, motivado también por las directrices de su escudería. Ocon había sido sancionado y por eso Alonso intentó que el francés abriera un hueco con sus perseguidores para que, una vez le fuera aplicada la penalización, no perdiera su posición en la tabla. En el momento en el que Alonso recuperó un ritmo normal y empezó a tirar, Hamilton se borró de la batalla, algo que muchos no entendieron.
El ovetense fue preguntado por esta circunstancia al término de la carrera y respondió con sorna que quizás Lewis se había cansado de la pelea y ya no le apetecía tirar. Sea de la forma que sea, la batalla entre los dos generó una gran expectación y condujo a muchos a tiempos pasados. Concretamente hasta el año 2007, cuando ambos compartían garaje en McLaren mientras peleaban por un Mundial que finalmente se terminó llevando Kimi Raikkonen.
Resucita el gran pique
Así lo vivió el expiloto de Fórmula 1 Martin Brundle, quien analizaba una jugada que fue la comidilla de todo el paddock tras la prueba: "Norris tuvo el lujo de una parada extra porque detrás de él Fernando se puso en una constante, pero necesaria para él, gestión de neumáticos con el resto de la parrilla en cola detrás de él, comenzando por un Lewis Hamilton muy frustrado".
"Ese no es mi problema', dijo Fernando y no puedes evitar pensar que todavía hay pique entre ellos tras su temporada en McLaren como compañeros allá por 2007". Aquel año comenzó una rivalidad que, a juicio de Brundle, todavía continúa. Para muchos, lo vivido en Monaco confirma esa teoría. Y la Fórmula 1 ya se frota las manos tras lo sucedido.
El bajón de rendimiento de Mercedes este curso tras la entrada de la nueva normativa ha reducido la brecha con Alpine. El 'Gran Circo' ve que puede ser una gran solución para el espectáculo tener a los dos pilotos de semejante categoría y con tantas cuentas pendientes compitiendo por un puesto de manera constante.
El propio Brundle confirmaba el cambio que había dado Alonso en la recta final de la carrera: "Fernando luego extrañamente aceleró durante un momento y marcó la tercera vuelta más rápida de la carrera para terminar en séptima posición". El 'Gran Circo' calienta motores ante lo que puede ser otro punto de atracción en el campeonato como los duelos entre Max Verstappen y Charles Leclerc y entre 'Checo' Pérez y Carlos Sainz.
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