Fernando Alonso lo tiene claro. No ha vuelto a la Fórmula 1 para ser uno más ni para pelear por un puñado de puntos. Hacer una temporada como la actual, con algunas carrera entretenidas y otras de mucha guerra y poco premio está bien, especialmente después de los duros que fueron algunos años con McLaren y Renault.
Sin embargo, no es sueño ni lo que le motiva, es solo el camino para volver a lo más alto a pesar de que tiene 40 años. Él se siente como uno de 30, con cuerda para rato, chispa en su mano y la mente despejada para afrontar retos y ser el más rápido en pista, el más hábil en las salidas y el más acertado en las estrategias.
Ahora mismo, al asturiano le falta algo muy importante, una máquina que le permita luchar por lo más alto. De hecho, cuando el Alpine ha respondido incluso por encima de sus expectativas, el asturiano ha demostrado su potencial. Así se pudo ver en su batalla contra Hamilton en Hungría o contra 'Checo' Pérez y Verstappen en Rusia.
El asturiano ha concedido una entrevista al medio F1-Insider en la que ha intentado imaginar lo que podría dar de sí en un campeonato en el que tuviera un de los coches top de la parrilla, es decir, un Mercedes o un Red Bull, los únicos monoplazas que puede ser calificados así por su rendimiento y regularidad. Y el español, aunque lo haga titubeando, lo tiene claro.
"Es difícil responder a eso. Pero, sí, confiaría en mí para luchar por el título. Pero Lewis Hamilton y Max Verstappen hacen un gran trabajo en sus equipos. Por lo tanto, no hay una respuesta clara a ello".
A pesar de haber dejado el 'Gran Circo' durante dos años y de haber estado inmerso en otro tipo de competiciones que nada tienen que ver con lo anterior, Fernando se sigue encontrando preparado para grandes retos y explica así los motivo de su confianza.
Fernando se auto-analiza
"Principalmente porque tengo más experiencia. Sé mejor lo que un coche necesita en la carrera para ser rápido. Puedo gestionar mejor la presión a día de hoy. Incluso hoy en día, sé mucho mejor cómo prepararme de manera óptima para un fin de semana de carreras. No sólo en el fin de semana de carrera en sí, sino también en todos los momentos anteriores".
Y aunque Fernando tiene una ambición desmedida y sueña con verse peleando por un título en el futuro próximo, el asturiano no esconde cuáles son sus puntos débiles, los mismos que lo han sido en toda su carrera y que le han obligado a plantear en ocasiones los domingos como una continua batalla de ganar puestos.
"También es importante cómo sacar el cien por cien del coche y del equipo. Esto tiene mucho que ver con la experiencia. En mi año de regreso, aprendo algo nuevo cada fin de semana. Por ejemplo, todavía no soy perfecto en la clasificación cuando se trata de sentir el agarre óptimo de los neumáticos. Tal vez estoy en el ochenta por ciento en este momento. El año que viene debería ser casi perfecto". Los sábados, su asignatura pendiente.
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