España volvió a estar convocada detrás del televisor con la Fórmula 1 como punto de reunión en la tarde de este domingo. El rugido de los motores volvió a copar los salones de las casas del país, mientras las luces del circuito de Sakhir, donde se corría el Gran Premio de Bahrein, iluminaba las caras de ilusión por el regreso del deportista que les hizo vivir un sueño que era muy real y por el estreno de rojo del que está llamado a ser su sucesor.
Tanto Fernando Alonso, con su Alpine, como Carlos Sainz, con su Ferrari, volvieron a hacer vibrar a todo un país con el deporte del motor, aunque la razón fuera un poco más fuerte que la ilusión y todo el país entendiera que no iban a luchar por la victoria en la carrera. De momento, ninguno de los dos está para eso y tendrán que seguir trabajando para conseguir mejores resultados. Pero el hecho de que estuvieran en pista ya fue un motivo para que nadie se perdiera este regreso.
El jarro de agua fría llegaría cuando la radio de Fernando sonaba y daba el mensaje que nadie quería escuchar: los problemas con los frenos por culpa de la suciedad del circuito provocó un sobre calentamiento que le obligaba a abandonar. Su estreno quedaba arruinado por un envoltorio de un sándwich, tal y cómo informó Marcin Budkowski. La mala fortuna volvió a aparecer para el piloto español que volvió a sentir el vértigo de la Fórmula 1 a sus 39 años.
Aún así, el asturiano se mostró muy contento con el rendimiento del coche y, sobre todo, con volver a estar combatiendo de tú a tú con pilotos como Sebastian Vettel y Carlos Sainz. Era importante para Alonso comenzar esta andadura desde los puntos para reforzar su posición en la parrilla tras esta vuelta de su retiro. Demostró su fuerza en la salida del Gran Premio, peleó como un jabato por defender sus posiciones y demostró entereza ante la adversidad, cerrando filas con el equipo y defendiendo el trabajo realizado.
Fiabilidad
Alpine recordó con este percance a viejos problemas de Renault con el objetivo primordial que es acabar las carreras. Si hay algo de lo que presumía la escudería antes de que arrancase la temporada, respaldado en lo que había sido la campaña anterior, era de fiabilidad. En realidad, no fue un error del coche, si no la mala suerte de encontrar ese elemento en la pista que se coló en ese refrigerador. Pero Budkowski también anunció que tuvieron otros problemas eléctricos tras la primera parada.
Ocon, que estuvo toda la carrera intentando llegar a los puntos, fue un poco más cauto que Alonso y sí consiguió cruzar la meta en una actuación más discreta. Su coche también sufrió algunos daños que le impidieron tener un mejor rendimiento. El francés llegó en décimotercera posición, por detrás de los dos Alfa Romeo, el Aston Martin de Stroll y el Alpha Tauri de Tsunoda. Fernando, sin ese problema, debería de haber estado, al menos, por delante de estos.
A pesar de que la escudería intentó el 'undercut' en la primera parada, la estrategia no salió demasiado bien y ahí también se evidenció que están un punto por detrás de muchos coches que luchan en ese segundo campeonato que se ha creado tras Mercedes y Red Bull. Si se quieren acercar a los McLaren y los Ferrari, tendrán que trabajar bastante en estas tres semanas hasta Imola. Ahí, Alpine ya ha anunciado cambios en el fondo plano y en el difusor.
El motor, clave
La pelea con Sebastian Vettel, cuando este estaba cuidando sus neumáticos mientras alargaba su primera parada, dejaba en evidencia la comparación de llevar un motor Mercedes o un Alpine. En esta maniobra, el alemán le adelantaba cada vez que Alonso usaba el DRS para superarle. Conocer hasta qué punto los problemas eléctricos estaban limitando el coche de Fernando será clave para mejorar en las próximas carreras.
La necesidad de trabajar en la velocidad punta apremia para la escudería francesa con el objetivo de que las manos de Alonso tengan una máquina que dé un poco más de sí. La primera carrera dejó claro que 'Magic' no ha perdido habilidad con el volante. Aunque todo el trabajo en Alpine se sigue centrando para que en 2022 incluso estén en el escalón más alto, la compañía franco-británica quiere llevar el A521 a estar en la pugna por la 'segunda división' de la Fórmula 1.
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