Cuando Jordan Alejandro Díaz Fortún (La Habana, Cuba; 2001) tomó la decisión de buscar una vida mejor en España lo hizo con la fecha de este viernes entre ceja y ceja. Es el día en el que se celebra la final del triple salto en sus primeros Juegos Olímpicos, los de París. Un día en el que él tenía claro desde hace mucho tiempo debía citarse con la historia del atletismo (20:13 horas).
A sus 23 años, Jordan Díaz es la gran baza del equipo español en las pruebas que se celebran dentro del estadio de Saint Denis. Es decir, exceptuando a los marchadores, María Pérez y Álvaro Martín, que se han colgado un oro, una plata y un bronce en los JJOO. El saltador hispano-cubano no contempla nada que no sea subirse al podio en la penúltima jornada de competición en París.
Se espera que sea una gran final en la que hay hasta otros dos favoritos a la victoria, el burkinés Hugues Fabrice Zango y el máximo rival de Jordan, el portugués también de origen cubano y oro en Tokio 2020, Pedro Pichardo. También hay hueco para posibles sorpresas, como el jamaicano Jaydon Hibbert, el mexicano Andy Díaz o el estadounidense Salif Mane.
Todos ellos tienen grandes marcas durante la temporada, todos por encima de los 17.50 metros, pero es Jordan quien llega como el rival a batir. El motivo son los 18.18 metros que alcanzó en Roma hace dos meses para convertirse en campeón de Europa. Fue el tercer mejor salto de todos los tiempos, lográndolo en su debut internacional con España.
El espectáculo está garantizado, hasta el punto de estar llamada a ser una de las finales más igualadas e increíbles de estos JJOO. Los 100 metros lisos masculinos, en los que ganó Noah Lyles, estuvieron cargados de emoción decidiéndose en la 'foto finish', pero se quedaron lejos de la marca de Usain Bolt. En el triple salto están dispuestos a romper todas las barreras.
Lo avisó hace menos de cuatro meses el propio Jordan Díaz en una entrevista para EL ESPAÑOL: "Va a ser la competición más grande de toda la historia", dijo. Entonces su mejor marca personal era aún de 17.87 metros y se lanzaba un reto: "Para ganar los Juegos Olímpicos va a haber que saltar 18 y... Ojito. Cuidado no se rompa ahí el récord del mundo".
"Es que en esta generación de saltadores estamos todos muy fuertes", señalaba entre risas. "Estamos todos muy fuertes y esa igualdad, con marcas súper altas, yo creo que no se había visto en tiempo. Y de verdad que te lo digo, que por nivel, atleta por atleta, va a ser increíble", terminó de vaticinar sobre una prueba que llega este viernes bajo una brutal expectación.
Tensión entre Jordan y Pichardo
Jordan superó la clasificación en París sin problemas. Saltó a la primera 17,24 metros, superó los 17,10 que se pedían como corte y se puso el chándal para descansar y pensar en la final. Por delante de él solo un atleta en la fase de clasificación, el portugués Pichardo, que alcanzó los 17,44 metros. Fue tan sólo un aperitivo del nuevo capítulo de su rivalidad que se escribirá en la final. Entre ambos atletas de origen cubano saltan chispas, más aún desde que todo estallara por los aires en Roma.
"No nos llevamos nada bien, no nos llevamos nunca. Él es un poco peculiar, es lo que hay", dijo Jordan Díaz sobre su relación de Pichardo tras la sesión de clasificación del Europeo. Antes habló el portugués, ocho años mayor, en un tono con cierta soberbia: "Tenéis que preguntarle al chico (Jordan), el campeón pasado [en Tokio 2020] fui yo". Y sobre si saltaría por encima de los 18 metros en la final, esto dijo: "¿Cuál es tu nombre? El martes por la noche me esperas aquí y te responderé". Jordan cogió la pelota del tejado... y la pateó: "Que los salte. Saltaré 18,01, ya está".
Esa rabia de Jordan Díaz hacia su rival le hizo volar en la final del Europeo. Hizo una marca de 17.56 en su primer intento, que fue batida en el segundo salto de Pichardo, que se fue hasta los 18.04. Era, de lejos, la mejor marca de la temporada en ese preciso momento. Jordan haría 17.82 en su segundo salto y nulo en el tercero. Pero el atleta afincado en Guadalajara, donde entrena bajo el manto del prestigioso entrenador Iván Pedroso, no perdió los nervios. Lo mejor estaba por venir.
En el cuarto salto mandó una seria advertencia a Pichardo: 17,96 metros para superar su récord de España y entrar en las diez mejores marcas de la historia. No era suficiente para superar a Pichardo, que ya sentía la respiración de su oponente en la nuca. El sorpasso llegó en el quinto intento de Díaz Fortún, con un salto ya histórico de 18,18 que le llevaba a hundir a su rival y colgarse el oro. Se quedó a sólo 11cm del récord mundial de Jonathan Edwards (18.29) que permanece inamovible desde hace casi 30 años. Este viernes, en Saint Denis, puede llegar el momento en el que, por fin, esta marca sea superada en una final de altos vuelos.