Un grupo de niños que acaba de terminar su tiempo de recreo grita su nombre desde unos cuantos metros. "¡Jordan! ¡Jordan!". En realidad, alguno no termina de saber si es futbolista o qué. Bastan unas palabras mágicas para que los ojos de esos críos se iluminen y crezca en ellos la emoción por ver de cerca a un astro del deporte: "¡Es atleta y va a ganar una medalla olímpica!". Los chillidos, entonces, suben de decibelios.
Jordan Díaz (La Habana, 2001) les saluda levantando su largo brazo y con una sonrisa que entremezcla inocencia y la seguridad de haber detrás de ella una persona divertidísima. Es esbelto y flexible. También meticuloso cuando le toca practicar el triple salto. Ya en el pasillo, su mirada se queda fija en el objetivo. Echa a correr, da dos brincos y, al tercero, alza el vuelo casi deteniendo el tiempo hasta que aterriza en la arena. Es el 'Air Jordan' del atletismo.
Lo de volar lo viene haciendo desde muy pequeño. Figuradamente, también tuvo que hacerlo para salir de Cuba y buscar mejores oportunidades en España. Pasó por la odisea que, cada uno a su manera, todos su compatriotas deportistas atraviesan para lograr una vida mejor. Su tío y Ana Peleteiro fueron sus 'salvadores' después de fugarse de la selección cubana, tras un meeting en Castellón, en 2021. En febrero de 2022 obtuvo la nacionalidad española y en los siguientes cuatro meses batió cinco veces el récord nacional en triple salto.
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Jordan Díaz tiene la plusmarca absoluta de España, con un salto de 17.87 metros. En 2023, una lesión en el tendón rotuliano le apartó de la temporada al aire libre y el pasado febrero volvió a competir. En junio se cumplirán tres años de su llegada a España tras fugarse de Cuba y obtendrá el permiso de World Athletics para representar al equipo español en las grandes competiciones. Se estrenará en los Juegos Olímpicos de París tras haber renunciado a los de Tokio.
El triple salto es candidato a ser la mejor competición de atletismo en los JJOO de este verano. Durante la charla con EL ESPAÑOL, el saltador hispano-cubano va más allá y asegura que "va a ser la competición más grande de toda la historia". El que quiera el oro tendrá que saltar por encima de los 18 metros y, por primera vez desde hace mucho tiempo, hay una amenaza real sobre el récord del mundo (18.29), que logró el británico Jonathan Edwards hace ya 29 años (1995). Jordan, al que patrocina Red Bull, quiere un oro mucho más importante que el que ya brilla en sus cadenas y hasta en sus dientes.
P.- ¿Cómo te sientes de forma a poco más de tres meses para los JJOO?
R.- La verdad es que estoy muy contento con la preparación, ya que estamos entrenando muy continuo. Bueno, estuve lesionado todo el año pasado por el tema de los tendones rotulianos y la verdad es que ahora estoy súper bien. Estamos trabajando en vista de los Juegos Olímpicos y hay buenas visiones, que es lo importante.
P.- En 2021, durante un viaje que hiciste con la selección cubana a España, para competir en Castellón, decides separarte por tu cuenta y establecerte aquí. ¿Qué le lleva a un joven de Cuba a tomar esa decisión?
R.- Es un momento en el que te das cuenta de que en donde estás no puedes ejercer el trabajo que te gusta. Lo que a mí me gusta hacer es el deporte. El deporte es todo en mi vida. Es lo que me hace comer, como quien dice. Al ver que el esfuerzo no se recompensaba de la manera que uno quería, pues se llega a tomar estas decisiones.
"Aquí se me valora como atleta, en Cuba no tenía oportunidades"
P.- ¿Fue muy difícil tratar este asunto con tu familia?
R.- Me pilló en cuarentena y me dio mucho tiempo a pensar en lo personal. Cuando le conté mi decisión a mis padres, ellos siempre me apoyaron. Es lo importante, que tu familia siempre te lleve el paso y que te apoye en todo los planes que tengas.
P.- ¿A día de hoy has podido volver a ver a tus padres?
R.- No, no, no.
P.- ¿Cómo llevas el tema de la distancia con ellos?
R.- Es complicado. (Pausa durante unos segundos). Es complicado. Pero al final saben que me fui por un motivo. Es para ayudarlos a ellos y para ayudarme a mí también de cara al futuro. Siempre lo tengo presente y trabajo en vista a ello. Sé que siempre me están apoyando.
P.- La decisión no era tampoco sencilla en lo deportivo. Ya despuntabas a nivel mundial y venirte a España suponía quedarte sin ir a Tokio y al Mundial. Pero aún así tenías claro que te compensaba para tu carrera. ¿Por qué?
R.- Claro, por las oportunidades que te da. Son oportunidades que no tenía cuando estaba en Cuba. Aquí se me valora como atleta, se me valora lo que estoy haciendo bien y eso se agradece. Estoy muy contento aquí y no tengo ninguna queja. Tampoco me puedo quejar, pero es que además no tengo razones.
P.- Lo primero que hiciste tras escaparte de la selección cubana fue buscar refugio en casa de un familiar, tu tío.
R.- Sí, sí. A él le debo todo (ríe). También que siempre me apoyó durante los primeros meses que estuve allí.
"Era entendible que hubiera recelo al principio. Que venga uno de otro país a quitarte los récords..."
P.- Y desde allí contactaste con la saltadora Ana Peleteiro, bronce en Tokio. ¿Qué hizo ella por ti?
R.- La ayuda que me dio fue increíble y súper importante. Tanto que me puso en contacto con mi actual mánager, Alberto Suárez. Y ya por ahí es donde me dio alas para poder hablar con Iván [Pedroso, histórico del triple salto y su entrenador]. Gracias a eso, desde entonces he podido estar concentrado en Guadalajara. Fue el primer paso para poder estar como estoy ahora. Fue el inicio. Estoy muy agradecido a Ana, aunque ahora la veo todos los días entrenando y ya es otro rollo (risas).
P.- La mayoría de las veces os acompaña cierto recelo de fuera a los atletas que son nacionalizados. Han pasado ya dos años. ¿Te has sentido siempre arropado?
R.- Al principio, sí que notaba ese recelo. Yo sabía que iba a pasar y lo entendía perfectamente. Que venga uno de otro país a quitarle los récords y medallas a un atleta que vive aquí en España... Es entendible que alguien se pudiera sentir así. Pero yo no lo hice por joder a nadie, ¿sabes? Yo lo hice por mí y por mi futuro, pero hay personas que no lo entienden. Estoy de acuerdo con ello, lo repito, pero son cosas que han pasado. Aunque la verdad es que se fue muy rápido. Se evaporó muy pronto ese recelo y ahora me siento muy arropado y muy cuidado aquí en España.
P.- ¿Has vuelto a tener algún contacto con los que fueron tus compañeros y entrenadores en Cuba?
R.- No, ninguno.
P.- El boxeador Enmanuel Reyes Pla es otro deportista que tiene un camino similar al tuyo. En una entrevista, me hablaba del trato como desertor que ha recibido desde Cuba tras decidir irse. ¿Temías que en tu caso ocurriera algo así? ¿Contabas ya con ello antes de escapar?
R.- Sí, es lo que nos pasa a todos. A mí también. Todo es político. Allí todo es en torno a la política. Yo tomé la decisión, la tomaría una y mil veces y no me arrepiento de nada. Estoy muy contento. Hay personas que no lo entienden allí, pero era simplemente por mi futuro. Si veo que no me está yendo bien en un sitio, yo trato de mejorar mi futuro. No puedo estar en un lugar preso, como quien dice. No, eso no.
P.- ¿Cómo de diferente ha sido el entrenamiento que has tenido en España, con Iván Pedroso, curiosamente también cubano, respecto al que realizabas en tu país natal?
R.- Me ha cambiado mucho. Lo que es el tema velocidad y el tema técnica me los ha cambiado completamente. Pero a niveles increíbles. Bueno, ya se ve en los resultados (ríe). Iván es una persona muy técnica, siempre va al detalle, y luego está la tranquilidad que te transmite. Y siendo un entrenador con un palmarés increíble, es otra tranquilidad más que te da.
P.- La materia prima que le llegó a Iván Pedroso tampoco era mala.
R.- Yo tenía mis resultados y ya venía fuerte (risas). Pero sí que había que gestionar varias cositas que estaban mal.
P.- Desde hace no mucho tienes como compañero a Teddy Tamgho, una leyenda del triple salto.
R.- Increíble.
P.- ¿Hay pique entre vosotros?
R.- No, no, no. Qué va. Al contrario. Nos apoyamos en todo. A veces nos vamos por ahí a comer, no sé qué. No hay una rivalidad. Cuando estás en la competición, todos estamos enemistados. Pero cuando salimos, ya es otro mundo. En el fútbol también se revientan a patadas, se pelean, y luego fuera están increíbles y se van todos a cenar. Es así literal.
P.- Te hemos visto batir continuamente, en dos años, el récord de España. ¿Sientes que hay demasiadas expectativas puestas en ti de cara a los JJOO?
R.- Pff. Yo creo que sí. No es tanto por los récords de España. El récord de España, sí, se ve bonito, pero yo creo que es más por los resultados. Porque al final estoy haciendo el récord de España, pero no lo estoy haciendo con 17,10. No. Estoy haciendo el récord de España con 17,87. Ya es una marca respetable. Lo de la expectación es lo justo y necesario. Estoy saltando bien y estoy muy bien a nivel mundial. Todos estos años he estado entre los cinco primeros en el ranking del mundo y yo creo que es por eso.
P.- ¿Cómo ves la competición para París? ¿Te motivan los registros tan altos que han ido consiguiendo también otros competidores en el último año?
R.- Va a ser la competición más grande de toda la historia.
P.- Lo dices muy seguro.
R.- Sí, estoy muy seguro de eso. Porque a nivel de atletas, por marca, es la más tocha de toda la historia.
"Cuidado no se rompa el récord del mundo en los Juegos de París..."
P.- Entonces será muy duro colgarse una medalla.
R.- No, no. Es que para ganar los Juegos Olímpicos va a haber que saltar 18 y... Ojito. Cuidado no se rompa ahí el récord del mundo.
P.- Siento que te ves capaz, eh.
R.- Lo digo por cualquiera. ¿Pero si me veo capaz? Se intentará. Yo voy ahí con todo y si sale, sale.
P.- Hablas de romper en París el récord mundial, que logró Edwards hace casi 30 años. No es poca cosa.
R.- Es que en esta generación de saltadores estamos todos muy fuertes. (Ríe). Estamos todos muy fuertes y esa igualdad, con marcas súper altas, yo creo que no se había visto en tiempo. Y de verdad que te lo digo, que yo creo que va a ser... Que igual llegan los Juegos Olímpicos y es una basura de competición (risas). Pero por nivel, atleta por atleta, va a ser increíble.
P.- Para terminar, y no fallar con la tradición. Te voy a hacer la pregunta que más rabia da a muchos deportistas, a ver si es tu caso. ¿Qué vas a hacer si ganas en París?
R.- Uff. (Ríe). Es que me lo habéis repetido mucho, eh (risas). Pero es que no sé, te lo juro. Me lo habéis preguntado mucho ustedes [los periodistas], pero no sé. Si me veo con la medalla olímpica en el pecho, es que no sé ni por lo que me daría [hacer]. Es esperar a que llegue el momento, y al ser un momento especial y mágico, pues a saber qué se hará.