De heroína a posible villana. Es solo una niña, pero Kamila Valieva (Kazán, Rusia; 2006) está en boca de todos en los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebran en Pekín. Primero para bien y ahora para mal. Con solo 15 años llevó a su país a ganar la batalla en el patinaje artístico sobre hielo y ahora está bajo sospecha por posible dopaje.
Las alarmas saltaron cuando la ceremonia de entrega de medallas que debía encumbrar a Valieva y sus compañeros se canceló. Más tarde la Unión Internacional de Patinaje confirmó que la demora se debía a un problema legal y que este tenía que ver con una prueba de drogas realizada por la niña prodigio antes de Pekín 2022. Valieva había dado positivo, pero la situación es compleja al no haber cumplido los 16 años.
Aquellos atletas que todavía no tienen los 16 son considerados "personas protegidas", según las reglas del Código Mundial Antidopaje. Eso está obligando a realizar un laborioso trabajo legal que puede acabar en sanción para Valieva -mucho menor de la que sería si tuviera los 16- y para el Comité Olímpico Ruso, que se quedaría sin su oro de confirmarse la infracción de su patinadora.
El equipo ruso está vigiliado bajo lupa, teniendo en cuenta que no compite en estos Juegos (como tampoco hizo en Tokio 2020) con su bandera por una sanción impuesta por la Agencia Mundial Antidopaje en 2019. Aquello se debió a una trama de dopaje de estado que se orquestó dentro del país y ahora es su equipo de patinadores el que está bajo sospecha.
Un salto para la historia
A la espera de una decisión, el caso de Kamila Valieva ya es un escándalo que empaña un momento histórico en los JJOO de Invierno y una trayectoria que se aventuraba como legendaria. La rusa llegaba invicta a Pekín en su primera temporada en seniors y no falló ante las expectativas, siendo la primera mujer de la historia en realizar un salto cuádruple en unos Juegos Olímpicos. Su puntación de 178,92 entró en los anales de la competición.
Igual que Kamila se elevó una vez tras otra sobre la pista olímpica, su registro está en el aire. La victoria de Valieva y la de sus compañeras Anna Shcherbakova y Aleksandra Trusova, ambas de 17 años, suponía 'recuperar' el oro que se ganó en Sochi 2014 y se escapó en Pyeongchang 2018 por la victoria de Canadá. Un triunfo que el lunes se exhibía con orgullo por toda Rusia y ahora está en manos de un equipo de abogados.
La tensión se palpa en Rusia, donde las expectativas en Valieva estaban por las nubes. Su oro por equipos, de hecho, debía ser solo la antesala a su victoria en la modalidad invidual que se disputará entre el 14 y el 16 de febrero. Su participación corre peligro por una prueba que amenaza dos oros 'cantados' para el gigante que gobierna Vladimir Putin.
Valieva y los métodos rusos
La historia de Kamila Valieva arranca en Kazán, donde empezó ya a patinar cuando solo tenía cuatro años. A los siete coincidió que se mudó con su madre a Moscú y que el equipo ruso se colgaba el oro en Sochi. Kamila quería estar ahí en unos años y a un ritmo vertiginoso ha acabado siendo la reina del patinaje artístico.
Llegar hasta ahí no ha sido fácil. Valieva se ha sometido a los exigentes métodos de entrenamiento de Eterie Tutberidze, quien trabaja en el club Sambo 70, considerado el mejor del mundo y donde se han acabado rindiendo muchos atletas por la dureza de los ejercicios.
Aquella niña de Kazán es ahora como adolescente el gran prodigio del patinaje. Lo demostrado en Pekín da para pensar que acabará estando entre las mejores de la historia. Solo un resultado positivo en una prueba antidrogas puede arruinarlo todo o, por lo menos, el comienzo de un 'cuento' sobre el hielo que se presuponía con final feliz.
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