Valentí Sanjuan y Alex Roca son dos fenómenos que han revolucionado las redes sociales y el deporte en los últimos años. Con la locura por bandera y con una mochila cargada de sueños e ilusiones, pasan las 24 horas del día imaginando y maquinando planes diabólicos que solo a ellos se les ocurren para llevar el mensaje de la inclusión y de la diversidad a todos los rincones del mundo. Solo así se explica que sean capaces de completar retos tan extremos como los que se proponen, siempre con una sonrisa y con un mensaje de optimismo para todos sus aficionados.
Entre ambos superan ampliamente los más de dos millones de seguidores que están pendientes de cada uno de sus movimientos, de sus vídeos y de sus contenidos, los cuales son de un valor humano incalculable. Día a día se han ganado entrar en la vida de muchas personas que les tienen como verdaderos ejemplos de superación y de motivación y que usan sus casos para seguir adelante con sus vidas. Ninguno de los dos lo ha tenido fácil y a través de mostrar sus realidades se han consolidado como un apoyo para muchos de sus seguidores.
Valentí, que quería encaminar sus pasos hacia el periodismo y hacia el cine, dio un giro brusco a su vida tras vivir una serie de momentos muy duros que le hicieron replantearse el rumbo real de sus pasos. Ahí apareció el deporte, al cual se abrazó como ahora se abraza a su inseparable amigo Alex Roca, deportista que nació con un herpes cerebral que le provocó una discapacidad física del 76% de su cuerpo. Sin embargo, estas no fueron barreras suficientes para detener el espíritu de ninguno de ellos, sino que se convirtieron en un impulso para alcanzar el éxito y, sobre todo, para ser felices.
Juntos completaron hace unas semanas otra de sus aventuras, recorrer 700 kilómetros desde Barcelona hasta Madrid para llevar la antorcha olímpica desde la ciudad condal hasta la sede del COE en la capital de España con el objetivo de mostrar a través de las redes sociales que los límites los pone uno mismo y que las diferencias no las marcan las capacidades de cada uno, sino las ganas con las que se afronta la vida y con las que se lucha el día a día.
Tras completar juntos otros retos como la Titan Desert o el Camino de Santiago, y apoyados por TikTok, por Toyota y por el programa 'Start your impossible', Alex y Valentí hablan con EL ESPAÑOL para contar cómo ha sido su aventura y el valor de su mensaje, la cual se podrá ver también a través de un documental que estrenan este domingo y que se llama DISCAPACITADO.
¿Cómo se definen Valentí Sanjuan y Alex Roca?
Valentí Sanjuan: Yo quiero definir a Alex porque siempre dice que es un tío normal, pero es un zumbado de la vida que cada vez que se encuentra con un no, que suelen ser muy grandes, como una señal de tráfico que dice este camino no es para ti, él lo transforma en un sí. Algunos de estos noes podrían parecer fáciles de convertir en un sí, pero otros no lo son. Cuando tenía seis meses tuvo un herpes en el cerebro que le provocó una parálisis cerebral y una discapacidad física del 76% de su cuerpo. Los médicos le dijeron que o no viviría o que podría quedar en estado vegetativo. Pero como se puede ver, aquí está, vivito y coleando, demostrando que puede tener una vida independiente, andar, correr, montar en bici, estudiar o tener su propio trabajo.
En los últimos 30 años ha conseguido con su lucha, su superación y su sonrisa todos estos retos. Por eso ha hecho triatlones, medias maratones, el Camino de Santiago, la Titan Desert… es una persona a la que le han dicho tantas veces que no, que siempre lo consigue. Por eso yo nunca le digo que no, porque siempre te da una lección de vida. Tanto él como su equipo y su familia demuestran que trabajando y peleando juntos enseñan que el límite se lo pone cada uno y que no hay no que valga. Así es Alex Roca.
Alex Roca: Valentí es un loco de la vida. Hace tiempo atrás tuvo que luchar porque esa vida le puso unas barreras que tuvo que superar y eso creó a la persona que hoy es. Es un luchador que se propone retos extremos y que se propone terminarlos para motivar a todas las personas que se encuentran en un momento duro. Él les ayuda con su sonrisa y con su capacidad de comunicar, con su lucha y con su espíritu de superación.
Nosotros somos un tándem, una simbiosis perfecta, es muy importante en la vida luchar juntos, en equipo. Una persona sola no puede llegar nunca a ningún sitio, necesita de otro para alimentarse y poder seguir. Él tiene cosas que yo no tengo y yo tengo cosas que él necesita. Viajamos en tándem para demostrarle al mundo que la palabra discapacidad no significa nada, cada uno tenemos capacidades distintas.
Lo más importante en esta vida es la actitud, la motivación y las ganas de querer luchar. Nosotros juntos somos la muestra de que si quieres puedes y de que, si te dicen que no, llegará un día que quizás no puedas, pero te vas a sentir gratificado. Siempre debes darlo todo de ti mismo para que nunca nadie pueda decirte nada.
¿Cómo surge la idea de ir desde Barcelona hasta Madrid con la antorcha olímpica?
Valentí Sanjuan: Yo soy deportista de Toyota que es uno de los patrocinadores de los Juegos Olímpicos. Tenía que haber ido a correr con la antorcha hace un año en ese recorrido que hace hasta la ceremonia de inauguración. Por motivos evidentes de la Covid-19 no se pudo hacer, se pospuso y al final se terminó anulando. Cuando los Juegos se pasaron a este año, teníamos que ir a correr igual con la antorcha.
Sin embargo, cuando se decidió que todo se haría más cerrado al público, con el movimiento olímpico Start Your Impossible (empieza tu imposible), que intenta explicar que todos somos iguales y que simplemente tenemos capacidades distintas, nos dijeron qué se nos ocurría para hacer con la antorcha. Tenía que ser algo dentro de España y se nos ocurrió que siendo los dos de Barcelona, ciudad olímpica, y estando el Comité Olímpico Español en Madrid, con la mayoría de deportistas estando allí, podíamos pillar la antorcha sin perderla ni romperla y llevarla en siete etapas. Era hacer un Barcelona-Madrid llevando este mensaje y este espíritu olímpico para todos los deportistas, darles toda la fuerza para luchar por las medallas.
¿Cómo ha sido compartir vuestra aventura a través de TikTok?
Alex Roca: A mí TikTok me cautivó y lo comenté con Valentí cuando empezaba a subir. Son contenidos cortos, con imágenes potentes que captan al público de todas las edades, pero sobre todo a la gente joven que busca humor. Es el futuro y creo que puede ayudar a hacer cambiar a las personas para enseñarles que existe una diversidad y que es importante apoyar iniciativas inclusivas como la nuestra. Nosotros somos personas de arriesgar y de crear contenidos que hagan sonreír a las personas.
Valentí Sanjuan: Alex y yo llevamos bastante tiempo con estas aventuras. Empezamos en YouTube, después en Instagram y en el último año con TikTok y Twitch. Nuestros contenidos habituales han seguido funcionando muy bien, pero que lo que ha supuesto una explosión han sido los vídeos diarios que íbamos subiendo a TikTok. Antes de la aventura ya subimos algunos vídeos de presentación, pero el día de la primera etapa llegamos a las 260.000 reproducciones. Sin embargo, el de la segunda etapa está en 5,9 millones de reproducciones. Ese fue nuestro vídeo más serio, que lo grabamos en Lleida y básicamente era una lección de vida de todo lo que ha pasado Alex, porque hacer 90 kilómetros en bici es duro, pero es lo que nos gusta.
Aquí puedes llegar a un niño de 10 años o a un hombre de 50 y transmitir un buen contenido con un gran mensaje humano que cale. Nosotros nos quedamos flipados con lo que iba creciendo cada día. Éramos dos tíos de pie, sin música ni bromas y con un mensaje muy importante. Esta ha sido nuestra primera aventura donde le ponemos el foco a TikTok para llegar a un público más joven, que no es lo más habitual en nosotros. En toda la aventura hemos sumado 23,5 millones de reproducciones y la mayoría ha llegado por TikTok.
¿Cómo eran los comentarios que os llegaban?
Valentí Sanjuan: Ha sido una locura total en todas las plataformas, sobre todo de gente nueva que no nos conocía. Los comentarios han sido de piel de gallina. Eso te anima mucho. La gente que nos sigue la tenemos ganada, ya nos conoce y nos quiere, tienen un corazón muy grande, con ellos es jugar en casa. En TikTok era jugar en una plaza nueva, donde no nos conocían porque los vídeos llegan a mucha más gente. Ha sido increíble.
Alex Roca: Han sido muy buenos y bonitos. Cuando yo empecé tenía mucho miedo. Cuando colgué mi primer vídeo había mucha gente que no conocía mis características físicas y preguntaban con interés. Sin embargo, han ido pasando los meses, he ido subiendo más vídeos y mostrando cómo soy, lo que hacemos y la gente ha mostrado mucho respecto.
El reto de Barcelona-Madrid fue muy gratificante porque recibí tantos buenos comentarios… yo en mi vida he recibido comentarios de todas formas, muchos de ellos negativos, pero ahora, para mi día a día y para mis ganas de avanzar, recibir lo que recibimos por TikTok es algo que me gratifica, como una bomba para seguir hacia delante, demostrándole al mundo que ser diferente es solo ser especial porque realmente, ¿quién no es diferente del que tiene a su derecha o a su izquierda? Si todos fuéramos iguales, ¿qué gracia tendría la vida?
¿Os han ayudado las redes sociales a sentir el calor del público en vuestro viaje?
Valentí Sanjuan: La experiencia ha sido súper bonita. Hacer el día a día, con casi 20 horas de emisión ha sido muy loco y muy bonito, pero también ha sido agotador hasta límites prácticamente insospechados. Comunicativamente fue un reto porque lo hemos retransmitido todo al detalle.
Eran unas ocho horas al día de la etapa que las retransmitíamos enteras, luego al terminar dos horas más de entrevistas con algunos streamers muy potentes con millones de seguidores. Luego hacíamos otra horita más de cierre para explicar cómo iba el viaje. La parte de las entrevistas ha sido muy bonita porque aparecíamos en canales y en redes de gente que no nos conocía de nada. Ahí surgió una reflexión de Alex que luego hizo varias veces y que a mí me deja muerto y con la piel de gallina cada vez que lo pienso. Él decía que de pequeño tenía dos mundos, el de su familia, sus amigos y la gente que le conocía, le quería y le cuidaba, y el mundo de cuando salía a la calle y la gente le miraba como si fuera un monstruo, y pensaba que qué había hecho él mal para vivir eso.
Por eso, cuando aparecíamos en pantalla delante de incluso millones de personas que no nos conocían de nada, estaba el pensamiento de cómo nos iban a mirar y qué nos iban a decir. Alex explicaba en esas charlas que daba las gracias por sentirse como en esa primera parte de su vida y de su mundo, rodeado de gente que le quiere. Ha sido brutal colarse en las vidas de la gente que no nos había visto nunca y que nos digan que menuda locura, que querían ser como Alex o que le querían conocer algún día. Eso ha sido muy bonito, gratificante y sorprendente.
Alex ayuda a plantear el reto de cada uno incluso cuando tienes un mal día porque te das cuenta de todo lo que ha tenido que pelear él para salir adelante y que además lo hace con una sonrisa. Quizás los que ya le conocen no hacen esa reflexión porque ya lo tienen interiorizado, pero cuando alguien le escucha por primera vez hablar y nota las ganas y la fuerza que tiene le sirve para cuando tiene ese mal día volver a ver a Alex, y eso es muy positivo.
En ese momento de la entrevista, Alex Roca nos tuvo que dejar porque tenía que marcharse a otro compromiso y es que ser un ejemplo de vida y de superación tiene estas cosas, que uno casi no dispone de tiempo para todos los que queremos hablar con él unos minutos para que nos dé esa dosis de vitalidad y de fuerza. Aún así, el rato con él fue fantástico. Valentí sí pudo aguantar un poco más con nosotros para seguir desgranando esta aventura.
¿Qué supuso tener el apoyo del COE y ese recibimiento con los atletas olímpicos y paralímpicos?
Valentí Sanjuan: Yo creo que todos los profesionales sueñan en algún momento con ser olímpicos, pues imagina para los que no somos profesionales. Entonces imagina cuando te dicen que puedes hacer algo con la antorcha olímpica, con los Comités Olímpico y Paralímpico… sabes que es algo simbólico, pero éramos los elegidos para eso. Era una gran responsabilidad, pero lo cierto es que a los dos minutos se nos pasaba esa sensación porque ya estábamos con nuestras cosas, pero veías que cada día había hasta millones de personas viéndolo y pensabas que mejor no liarla. Ha sido un súper aliciente.
Además, hacerlo dos personas sirve para mirarse el uno al otro y verse como dos personas normales, iguales el uno al otro. Yo no veo a Alex como alguien con discapacidad y él cuando me mira a mí no ve a alguien distinto a él. Cada uno tiene sus capacidades. Poder hacer un proyecto así juntos, cerca de los Juegos Olímpicos, con el Comité, con tantos ojos mirándonos, poder transmitir todo esto con naturalidad, con normalidad, con risas, con esfuerzos… para todo el equipo ha sido espectacular, de mucho orgullo y de mucha felicidad.
¿Qué ha tenido este reto de diferente a otros que ya habíais hecho?
Valentí Sanjuan: Por un lado, ese reto olímpico que te hace sentirlo como algo que pasa una vez en la vida. Los otros retos son también espectaculares y bonitos, pero en este además estábamos con los dedos cruzados porque habíamos pasado un año y medio en el que o se posponía, o se aplazaba o se cancelaba. Cuando lo propusimos nos dijeron que era una pasada, pero que iba a ser imposible.
Nosotros dijimos les dijimos que, si el lema era 'Start your impossible', no nos podían decir eso, y entonces ahí se dieron cuenta y fuimos avanzando todos los procesos, conseguir el fuego olímpico, la autorización de Japón, del COE… y al final todo salió. Cuando teníamos la antorcha en las manos no nos creíamos que íbamos a hacerlo dos locos y ha sido una ilusión que hemos vivido juntos como algo que seguramente no vuelva a pasar en la vida.
¿Tenéis algún reto más en mente para el futuro más próximo?
Valentí Sanjuan: Alguna cosa caerá. El verano es momento de parar un poquito, reflexionar y pensar cuáles son las próximas aventuras, pero en el horno siempre hay tres o cuatro. De momento, que se pueda contar no, pero siempre estamos pensándolo y dándole vueltas.
¿Cómo te han cambiado la vida las redes sociales desde que empezaste en este mundo? ¿Alguna vez has sentido vértigo al exponerte demasiado?
Valentí Sanjuan: Es una pregunta difícil porque en cada momento podría dar una respuesta diferente. Ahora cuento cosas que cuando empecé hace siete años no imaginaba que iba a contar. También estoy viviendo muchas cosas que jamás pensé que viviría. Sin ir más lejos con TikTok, porque a mí me lo enseñaban en mi oficina con mi equipo y decía que no me veía haciendo contenido ahí.
Sin embargo, durante estos años, hemos ido aprendiendo a comunicar en cada una de las redes sociales y el último año ha sido en TikTok. Primero lo ves como una herramienta, luego como un vehículo y al final lo ves como una manera de conectar con la gente y te olvidas de que la cámara está ahí y solo intentas transmitir el mejor mensaje. A veces eso te pilla en una ambulancia, o te están cosiendo la cabeza, o te pilla nadando 10 kilómetros en un Ultraman y estás mareado y vomitando y todo eso aparece.
Llega un momento en el que piensas que no puedes mostrar solo lo bonito porque el que lo vea va a pensar que esto es muy fácil de hacer y cuando llegue ahí se la va a pegar. Igualmente, no puedes enseñar solo lo duro porque pensarán que no estás disfrutando. Llega un momento en el que intentas transmitir de corazón una vida privilegiada de carreras y retos en las que llegas a conocer en cada una a un ejemplo como el de Alex Roca, o incluso a varios. Allí hay mucha gente que va a competir y hay otros que van a superarse y te encuentras con estas historias de superación, y poder compartir momentos con ellos es lo máximo.
Aprendes tantas cosas y te preguntas tantas cosas que se te caen todos los mitos y todas las barreras. Es un máster vida, cada día es una lección. Te hace plantearte todo lo que creías que no podías, te da tres bofetones y te cambia todo. Y lograr todo eso con un vídeo de solo 15 segundos… en un documental sí, pero en algo tan corto lo creía imposible, pero durante todo este año hemos ido aprendiendo lo que se puede hacer con cada herramienta. Nos ha ayudado a llegar a millones de personas con un mensaje muy bonito. Hace 7 años no pensaba que contaría estas cosas, pero llega un momento que el propio corazón te pide contarlo.
¿Te atreves a dar una predicción cómo lo hará España en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos?
Valentí Sanjuan: Eso es una quiniela muy loca y muy difícil. Alex y yo hemos estado más cerca ahora del mountain bike y creo que hay dos medallas que tienen llegar tanto en chicas como en chicos con Rocío del Alba como con David Valero, que son los sucesores de Carlos Coloma, medallista en Rio de Janeiro. Tengo también esperanzas también con Eva Moral y David de la Fuente en paralímpicos. También confío en Niko Shera y me da mucha pena lo de Carolina Marín. Pero yo voy a seguir todos los deportes.
¿Qué opciones ves a Alejandro Valverde y a la armada española del triatlón?
Valentí Sanjuan: Valverde ya ha demostrado que tendrá 300 años y seguirá ahí. Ojalá pueda conseguir una medalla. Ya casi no entraba en la cabeza de nadie que con casi 40 años fuera campeón del mundo. Yo creo que para todo el país y para muchos aficionados al ciclismo, una medalla sería el broche final para un tío que siempre lo da todo. Creo que es complicado, pero es una de las cosas que más feliz me harían en el mundo del deporte.
Para triatlón mi apuesta es Mario Mola. También están Gómez Noya que lo empato con Fernando Alarza. Sería brutal que llegaran tres medallas porque en un día todo puede pasar, aunque es difícil. Aunque son de la misma selección y buenos amigos es difícil trabajar en equipo porque cada uno lleva una estrategia diferente. A cada uno le conviene que la carrera se rompa en un momento y en una disciplina diferente, por eso es muy difícil, pero sería muy bonito ver a la selección española haciendo la escapada todos juntos y que luego se jugaran las medallas. Pero yo creo que todos tienen muchos números de conseguir algo, puede ser una carrera muy loca. Hay muchas opciones y muchas ganas de esa carrera.
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