Didier Deschamps y toda la selección francesa de fútbol podrían tener una gran preocupación en estos momentos: Lionel Messi. O incluso dos, si se añade el buen momento de forma de un jugador como Julián Álvarez. Eso sin dejar atrás a un equipo que les ha arropado hasta colarse en la gran final del Mundial. Sin embargo, lo que ahora mismo más atención recibe en la concentración del equipo galo no viste de corto ni juega al fútbol.
Se trata de una misteriosa enfermedad que está diezmando las defensas del combinado francés. A medida que se va acercando la gran final de la Copa del Mundo de Qatar en la que Argentina será el rival del equipo de Didier Deschamps se van conociendo más casos de jugadores que caen enfermos. Los últimos han sido, según ha informado RMC Sport, Raphaël Varane e Ibrahima Konaté.
Los dos se encuentran con un fuerte resfriado, pero de momento, no corre peligro su presencia en la gran final del domingo. En el cuerpo médico del equipo confían en que puedan revertir su situación de cara al gran partido en el que defienden el título conquistado en el año 2018 en Rusia.
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Sin embargo, el miedo se ha instalado de forma permanente en la concentración de Francia porque no ha sido todavía localizado el mal que les ataca. Y la preocupación ahora mismo es que los síntomas registrados se parecen mucho a los del temido 'virus del camello'.
Máxima alerta en Francia
Ya son cinco los casos que se han registrado en la plantilla de la selección de Francia. Fuertes resfriados que, en ocasiones, imposibilitan a los jugadores desempeñar sus funciones correctamente. Una situación que podría identificarse con una gripe común o incluso con casos de Covid-19. Sin embargo, el miedo que ahora mismo existe en los galenos franceses es que sus jugadores se hayan podido contagiar del famoso 'virus del camello'.
Los casos de Varane y Konaté han provocado que los problemas ya no sean aislados, sino que pueda existir un patrón de contagio a modo de brote en la plantilla. Quedan menos de 48 horas para que ruede el balón en la gran final del Mundial y Francia está intentando extremar las precauciones en su concentración.
Se ha puesto el uso de mascarillas obligatorio en las zonas comunes y se han extremado al máximo los contactos con el exterior de su cuartel general. Además, se vigilan los posibles cambios de temperatura que se puedan sufrir y hasta la utilización de los aires acondicionados después de que en Qatar hayan bajado las temperaturas considerablemente en los últimos días. Y todo tiene que estar regado permanentemente por gel hidroalcohólico.
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Una situación que recuerda y mucho a un pasado reciente, cuando el coronavirus era protagonista en el día a día. De momento, no está claro si los casos son debido a simples resfriados, a un brote de gripe dentro de la plantilla o al citado 'virus del camello'. Sin embargo, las sospechas crecen a cada minuto que pasa.
La situación, además, se ha ido agravando a medida que se han ido reproduciendo las bajas. Los primeros en caer fueron Adrien Rabiot y Dayot Upamecano. El centrocampista de la Juventus se encontró tan afectado que no pudo jugar contra Marruecos. Lo mismo que le sucedió al tercer contagiado, Coman, quien ni siquiera pudo ejercitarse este jueves con sus compañeros. Todos ellos parecen haber sido afectados por una misma enfermedad que, de momento, está a falta de las últimas confirmaciones.
La campeona del mundo se está viendo amenazada por una preocupante enfermedad que se suele traducir en un síndrome respiratorio bastante preocupante en el corto plazo después de haber vivido una plaga de graves lesiones. Didier Deschamps perdió a Karim Benzema por problemas musculares y a Christopher Nkunku y Lucas Hernández por problemas graves de rodilla.
El 'virus del camello'
¿Qué es el 'virus del camello'? Es lo que muchos se preguntan después de que esta enfermedad haya copado los titulares de medio mundo como la posible causa de las bajas de Francia. De momento, la Federación Francesa de Fútbol ha definido estas situaciones como "cuadros febriles y síntomas de gripe". Pero el miedo es que la respuesta esté detrás del MERS.
Este sería el síndrome respiratorio de Oriente Medio, sin descartar de momento un posible brote de SARS-CoV-2, la variante más conocida del coronavirus. La existencia del MERS no es nueva, ya que tiene una antigüedad reconocida de una década. Los primeros casos se registraron en el año 2012 en Arabia Saudí y fueron calificados como una enfermedad respiratoria. Sin embargo, los expertos lo consideran más peligroso y letal que la Covid-19.
El nombre coloquial de esta enfermedad hace referencia a su origen, aunque no se propaga a partir de los camellos, sino de los dromedarios. Y también a través de productos lácteos que no estén pasteurizados o carne que esté contaminada. Esta fue controlada en su momento, pero no erradicada.
El MERS es una enfermedad respiratoria viral provocada por uno de los coronavirus, concretamente el MERS-CoV. Según la OMS, se trata de un virus zoonótico, es decir, que se transmite de los animales a las personas por contacto directo o indirecto con ellos. Las zonas de mayor actividad han sido históricamente el Oriente Medio, África y el sur de Asia.
Sin embargo, la buena noticia para Francia es que los casos registrados en Qatar fueron aislados. Cierto es también que el estado árabe no había tenido una afluencia de visitantes como la que ha registrado en el último mes por el Mundial en mucho tiempo. Su época de mayor incidencia fue de 2012 a 2017 dejando síntomas tan diversos como neumonía, fiebre, dificultad respiratoria, tos, diarrea, vómitos e incluso insuficiencia renal. Su tasa de mortalidad durante esos años fue del 35%, aunque su índice de contagio interpersonal era bastante reducido.
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A pesar de eso, países como Reino Unido o Australia ya están tomando medidas con aquellos viajeros que proceden desde Qatar para evitar sufrir una situación de alarma generalizada. La biblioteca de Medicina de Estados Unidos ha informado que el período de incubación de este virus no se conoce con precisión. Se estima que la duración media es de cinco días tras la exposición al mismo, aunque este podría variar desde los dos hasta los catorce días.
Además, no tiene un tratamiento específico ni tampoco una vacuna y la recuperación, en caso de ser leve, es similar a cuando se supera un cuadro de virus gripal. La mejor defensa, sobre todo si se tiene contacto con animales, es extremar la higiene en zonas como las manos y evitar acercarse a animales que se sepa o que se sospeche que pueden estar enfermos. También tener mucho cuidado al consumir ciertos productos crudos o poco cocinados procedentes de animales.
La OMS notificó solo 2.585 casos durante el 2022, de los cuales la mayoría fueron en Arabia Saudí, un total de 2184. Lo preocupante es la elevada tasa de mortalidad, ya que se cuantificaron 890 víctimas, 812 de las cuales se produjeron en Arabia Saudí. Toda esta situación mantiene en vilo ahora a la plantilla de Francia a pocas horas de disputarse la gran final del Mundial.