Gianni Infantino alardea del Mundial que Qatar y la FIFA han organizado a pesar de que está recibiendo críticas por parte de todo el planeta fútbol. El presidente del máximo organismo internacional no ha dudado en afirmar que está siendo "la mejor Copa del Mundo de la historia hasta el momento". Sin embargo, habrá equipos como Brasil que no piensen lo mismo.
Los de Tite están siendo una de las selecciones que más en forma se ha mostrado hasta ahora en el torneo. Seguramente sea la mayor candidata al título. Todos ven a la Canarinha como la nueva campeona del mundo. Al observar el nivel de los Vinicius, Neymar, Richarlison y compañía, pero también cómo se está desenvolviendo el entramado defensivo que lideran Casemiro, Militao o Marquinhos, es difícil pensar que no sean los mejor colocados para alzar la copa. Solo Mbappé parece capaz de evitarlo.
Sin embargo, en Qatar tienen otras preferencias y es que el país organizador tiene claro cuál es su favorito para salir campeón: la Argentina de Leo Messi. El secretario general del Comité Supremo y Legado del Mundial, Hassan Al Thawad, no dudó en afirmar antes del inicio del torneo que para ellos sería "especial" que el '10' pudiera levantar en su tierra el título que tanto ansía en la que será su última aparición en un Mundial con la albiceleste.
En Brasil, y en muchas otras favoritas, no gustaron esas palabras y ven sospechoso que un país organizador y que deja tantas dudas como Qatar se signifique de una manera tan clara por un equipo participante. Para colmo, los de Tite están muy enfadados con el sistema de horarios que se les ha impuesto, los cuales fueron fijados antes del inicio de la competición, pero sabiendo también que Brasil era la máxima favorita para quedar primera del Grupo F. En su camino tendrá mucho menos descanso que los próximos rivales que se va a encontrar, tanto Croacia como sobre todo Países Bajos o Argentina.
Problemas con los horarios
El Mundial de Qatar, a pesar de lo que el estado árabe y Gianni Infantino quieran vender, está siendo un auténtico desastre. El último de los conflictos, y que tiene a Brasil como gran protagonista, está relacionado con los horarios. Y el gran damnificado en toda esta historia está siendo Brasil. Desde el país sudamericano están muy molestos por el timming aplicado a su selección y consideran que la única manera de parar el ciclón del equipo de Tite es mediante trabas externas al terreno de juego.
Cierto es que los horarios de todos los partidos se conocían desde antes de arrancar la Copa del Mundo. Sin embargo, también se sabía la composición de los grupos y la lógica apuntaba a que el camino que debía llevar Brasil era el que efectivamente ha terminado realizando, con la Canarinha terminando primera de grupo.
Desde la CBF se encuentran muy molestos por el poco descanso que van a tener de cara a su partido de cuartos de final y, sobre todo, de cara a un hipotético duelo en semifinales. Hasta ahora, Brasil ha disputado cuatro partidos en solo 12 días. Una cifra muy similar al resto de selecciones del Mundial. Sin embargo, el agravio comparativo se hace mayor cuando se pone atención al partido de octavos y de cuartos de final.
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Los de Tite llegaron al duelo contra Corea del Sur con 3 días de descanso. Jugaron el día 2 de diciembre frente a Camerún y volvieron a saltar al césped el día 5 de dicho mes. Su rival, quien se quejó del poco descanso por boca de su ya exseleccionador Paulo Bento, llegaba con el mismo tiempo de preparación. Sin embargo, arremetieron contra la FIFA por considerar que era imposible enfrentarse a un combinado tan potente como el brasileño con solo 72 horas para recuperar las piernas. Pero olvidaron que su rival llegaba en la misma situación.
El problema llega cuando Croacia disputó su penúltimo partido el día 1 de diciembre, es decir, un día antes en su turno que Brasil, y después jugó contra Japón el mismo día, el 5 de diciembre. Así pues, afrontó el duelo contra los nipones con un día más de descanso que la Canarinha su partido contra Corea del Sur. Eso implica llegar al enfrentamiento entre ambos con más descanso acumulado.
Por si esto fuera poco, Brasil y Croacia, a pesar de ser dos de las últimas selecciones en ganarse su billete a cuartos de final, abrirán dicha ronda y lo harán a las 16:00 horas de la tarde del día 9 de diciembre. Croacia comenzó su partido contra Japón a esa misma hora, pero Brasil lo hizo a las 20:00 horas, por lo tanto, volverá a tener otro hándicap. Teniendo en cuenta lo avanzado de la competición, cualquier mínimo descanso puede marcar la diferencia entre dos equipos y Brasil sale perdiendo en las dos comparaciones. Por ello, las palabras de Paulo Bento, que se refirió al tema de los descansos, aunque evidencian el desastre total de la organización, han hecho especial daño en Brasil.
El 'miedo' a Argentina
Brasil no llega en igualdad de condiciones a su duelo contra Croacia. Sin embargo, la mayor preocupación para los de Tite en estos momentos es que si consiguen desbancar a la actual subcampeona del mundo, el problema será todavía mayor al enfrentarse o a Argentina o a Países Bajos en semifinales. Tanto los de Scaloni como los de Van Gaal llegan mucho más descansados al duelo de cuartos y, por ende, al de semifinales.
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Argentina y Holanda disputaron sus partidos de octavos de final contra Australia y contra Estados Unidos el día 3 de diciembre. Es decir, dos días antes que el Brasil - Corea del Sur. Sin embargo, no volverán a jugar hasta el día 9 de diciembre, misma fecha del Brasil - Croacia. Para colmo, tanto balcánicos como sudamericanos disputarán su choque cuatro horas antes.
¿Unos horarios que ya se conocían antes del comienzo de la Copa del Mundo? Sí, pero como aseguran en Brasil, unos horarios que estaban marcados para que tanto Brasil como Argentina se encontraran este camino si cumplían con su condición de favoritas para ser primeras de su grupo. Una circunstancia que ambas selecciones han terminado cumpliendo a pesar de los problemas que tuvo la albiceleste contra selecciones como Arabia Saudí.
A este conflicto con los horarios se une esa obsesión que tienen en Qatar por ver a Leo Messi campeón del mundo en su país. Para el estado árabe, organizador de la cita, y parece que también para la FIFA, que Argentina levante el título sería el final perfecto. Por ello, decisiones como los polémicos arbitrajes ante Arabia Saudí o ante Polonia, con dos penaltis señalados bastante comentados, resuenan con mayor fuerza. Cierto es que ante el conjunto asiático también les fue anulado un gol por fuera de juego que era legal, aunque en ese caso el fallo fue cometido por el sistema de fuera de juego semiautomático.
"Argentina llega a la competencia como uno de los favoritos. Ver a Messi levantar el trofeo en la que podría ser su última Copa del Mundo sería algo realmente especial para nosotros como organizadores". Esas fueron las palabras que dichas por Hassan Al Thawad, secretario general del Comité Supremo y Legado del Mundial, antes del comienzo de la gran cita.
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Un discurso que fue apoyado por la siguiente reflexión: "Argentina probablemente será el segundo equipo después de la selección de Qatar para muchos aficionados. Además, ha liderado el camino al asegurar la mayor cantidad de venta de entradas. Algunos de sus partidos también han tenido la mayor demanda. Estoy seguro de que la selección argentina recibirá un animado recibimiento cuando llegue al país y estadios llenos en todos sus partidos".
Un país y una estrella que garantizaría éxito de ventas hasta la final para luchar contra dos polémicas. La primera es la que hace referencia a que los estadios qataríes se vacían antes de la conclusión de los partidos. Y la segunda es que las cifras de afluencia a los recintos están infladas por la organización para vender una mejor imagen de la Copa del Mundo. Qatar gana con una Argentina con larga vida en el Mundial.
A Brasil le preocupa enormemente esta situación ya que sabe que si hubiera la semifinal que todos sueñan, tendrían muchos aspectos contra los que luchar en un partido que paralizaría el mundo entero. Creen que solo con este tipo de circunstancias extrañas, horarios inentendibles y un favoritismo exacerbado hacia la albiceleste, serán capaces de intentar pararles.