La derrota de Argentina frente Arabia Saudí ha sido la primera gran sorpresa del Mundial de Qatar 2022. La albiceleste se ha estrellado de manera inesperada ante un combinado muy inferior que ha conseguido remontar en una segunda parte que ya es historia del fútbol mundial. Dos goles que hunden al equipo de Scaloni y que le ponen contra las cuerdas a las primeras de cambio.
Argentina ha caído contra el rival más débil del grupo. Ahora tendrá que medirse a Polonia y México, las dos candidatas al segundo puesto que ahora ven abierta la posibilidad de atacar la primera posición del grupo. Ni siquiera el gol de Leo Messi de penalti en la primera mitad sirvió para amarrar los tres puntos. De hecho, Argentina tuvo hasta tres goles anulados por fuera de juego que no se tradujeron en más ocasiones, aunque sí en dominio.
Leo, como capitán y máxima estrella, quiso dar la cara tras el choque reconociendo el golpe tan duro que se habían llevado: "Tuvimos las situaciones de los goles anulados, en ese momento creíamos que íbamos a tener muchas situaciones y caímos en el error de acelerarnos, de jugar de una, no mover la pelota de un lado a otro. Sabíamos que ellos tiraban la línea alta y por ahí nos enredamos un poquito. Y después nos pusimos 1-2 abajo y ya nos empezamos a desordenar, a jugar a la desesperada".
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"El gol tan temprano nos hizo mal, nos hizo confundir. Sabíamos que podía pasar en el primer partido, no jugar de la mejor manera como lo veníamos haciendo y nos pasó eso, no encontramos el funcionamiento, el juego que venimos demostrando desde hace mucho tiempo. A medida que iba pasando el partido, los minutos... y cuando te pones con el resultado en contra, se hace más difícil".
Un equipo que levantar
Sobre el estado del grupo, el '10' fue claro y rotundo: "La verdad es que muerto, porque es un golpe muy duro, porque no esperábamos arrancar de esta manera, confiábamos en arrancar bien, poder ganar y eso te da tranquilidad, pero este grupo se destaca por la unión, por la fortaleza y es el momento de estar más unidos que nunca y saber que tenemos que volver a la base, a nuestro funcionamiento para intentar ganar".
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Sin embargo, quiso mantener las altas expectativas y mandar un mensaje: "De tranquilidad. Sabemos que es un golpe muy duro, una derrota que duele, pero tenemos que seguir confiando y que la gente confíe, que este grupo no le va a dejar tirado. Vamos a intentar ir a ganar a México".
El argentino reconoció cuál es el principal problema que tuvieron: "La ansiedad... y el partido también, porque nos encontrábamos tan fácil con situaciones de meterla y de mano a mano con el arquero, que por ahí nos acelerábamos un poquito y no la movíamos, no íbamos de un lado a otro para encontrar el momento justo, cosa que hacemos bien. Por eso muchas veces caímos en el fuera de juego, que ellos lo hacían muy bien".
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"Es un momento de estar unidos, de pasar página, de no pensar más en esto que pasó, sólo para sacar reflexiones, sacar lo positivo y mejorar lo que hicimos mal. A pensar en México. Siempre dijimos que queríamos ganar todos los partidos y ahora más que nunca".
Admitió que a su juicio tuvieron mala suerte también por cómo se dio la primera parte: "Algunos de los goles anulados podría no haber sido y ponerte con 2-0... Eso te cambia toda la historia, pero eso ya no podemos cambiarlo. Vi por fotos que fueron muy justos, no los vi en imágenes, pero si lo anularon es porque seguramente estaban en fuera de juego. No hay excusa".
"Es una situación que nunca me tocó vivir con este grupo o hace mucho tiempo de un golpe tan duro. Ahora hay que demostrar que somos un grupo de verdad. Es un golpe muy duro para todos".