Del sonido de los disparos con armas al de las trompetas en los campos de fútbol. A Antony (Osasco, Brasil; 2000) la vida le ha llevado a triunfar en el deporte tras pasar su infancia en una de las favelas más peligrosas. Su sueño no era jugar un Mundial, como hará ahora en Qatar, era sacar a su familia del Inferninho.
Antony ha contado su historia a días de la inauguración de la Copa del Mundo. Está entre los 26 convocados por Brasil y aspira a ser una de las revelaciones del torneo. 2022 ha sido el año de su salto a la élite tras fichar el pasado verano por el Manchester United a cambio de 95 millones de euros.
Detrás de este futbolista 'gambeteador' hay un pasado rodeado de violencia y armas. Es a lo que se acostumbró durante su niñez, la cual pasó en una de las peores zonas del estado de São Paulo. "Nací en el infierno. Esto no es una broma. Para mis amigos europeos que no saben, la favela donde crecí en São Paulo se llama Inferninho". Así arranca el artículo que firma en The Players Tribune.
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Antony nació como tantos otros niños brasileños en una favela. Vivía con sus padres y sus dos hermanos mayores. Una familia al uso. Pero lo que sucedía alrededor de su hogar no lo era: "Estábamos tan acostumbrados a ver armas que ya ni siquiera daba tanto miedo. Era sólo una parte de la vida cotidiana", describe.
"Teníamos más miedo de que la policía rompiera nuestra puerta. Una vez, irrumpieron en nuestra casa buscando a alguien y entraron corriendo y gritando. No encontraron nada, por supuesto", añade.
Aquel entorno le hizo vivir situaciones impactantes. La que más de todas queda relatada en la publicación: "Una vez, en mi camino a la escuela cuando tenía unos 8 o 9 años, encontré a un hombre tirado en el callejón. Sólo que él no se movía. Cuando me acerqué, me di cuenta de que estaba muerto. En la favela, te insensibilizas un poco en algunas situaciones. No había otro camino a seguir, y tenía que ir a la escuela. Así que cerré los ojos y salté sobre el cadáver".
Pero Antony lo recuerda feliz por "haber crecido en el lugar equivocado, pero con las personas idóneas". Eso le permitió acercarse al fútbol con la naturalidad de un niño: "Aprendí todos los trucos de Ronaldinho, Neymar, Cristiano Ronaldo. Los veía en YouTube, gracias a mi 'tío' Toniolo. Él no es mi tío de sangre. Era nuestro vecino de al lado. Pero me trató como a uno más de la familia. Cuando era pequeño, me dejó usar su wifi para poder entrar a YouTube y aprender de los mejores".
Su sueño está cumplido
Antony reflexiona sobre los sueños. El mayor de ellos y lo ha conseguido cumplir: "Si hablas con los medios, siempre te preguntan por tus sueños. ¿La Champions League? ¿El Mundial? ¿El Balón de Oro? Pero estos no son sueños, son metas. Mi único sueño era sacar a mis padres de la favela. No había un plan B. Iba a lograrlo o morir en el intento".
Esa infancia que tuvo creó una coraza que ahora le permite jugar sin presión, sea el escenario que sea: "No siento presión en el campo. Sin miedo. ¿Miedo? ¿Qué es el miedo? Cuando creces teniendo que saltar sobre cadáveres solo para llegar a la escuela, no puedes tener miedo de nada en el fútbol. Las cosas que vi la mayoría de los expertos en fútbol solo pueden imaginar. Hay cosas que marcan y no te las puedes quitar de la cabeza", concluye.