Quedan 152 días para que arranque el Mundial de fútbol. El universo de la pelota se paralizará como no lo ha hecho antes, deteniendo todas sus competiciones durante un mes, para que las mejores selecciones del planeta se jueguen la copa más preciada de todas. Qatar se prepara para recibir a todos los equipos mientras La Liga, la Premier, la Serie A, la Bundesliga o la Champions detienen sus partidos.
Hay una persona especialmente interesada en que este proyecto salga bien y no trastoque demasiado la idiosincrasia de una temporada en la que el fútbol se juega mucho. Se trata de Gianni Infantino, presidente de la FIFA y uno de los impulsores de este nuevo y revolucionario Mundial a mitad de temporada.
El máximo responsable de la federación internacional ha tomado una revolucionaria decisión para intentar limpiar la imagen de una competición que ha nacido entre muchas sombras y pocas luces. Ha decidido trasladarse ya a Qatar, a pesar de que todavía restan casi cinco meses para que eche a rodar el balón.
Infantino ha viajado hasta Doha para seguir los avances en los preparativos finales de la Copa del Mundo. Además, el mandamás de la FIFA también quiere seguir de cerca y supervisar las medidas políticas y gubernamentales que el país se ha comprometido a aplicar para mejorar en el tratamiento sobre los derechos humanos y sobre la defensa de las igualdades sociales.
Una de las principales críticas que ha recibido la FIFA al aceptar a Qatar como la sede de un evento tan importante es precisamente esto, acceder a hacer negocios con un país que está en duda desde muchos aspectos democráticos y sociales. Sin embargo, el máximo organismo del fútbol mundial defiende que gracias a estos proyectos, algunos países empiezan a abrir sus puertas, sus miras y sus mentes.
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Infantino aterriza en Doha
Gianni Infantino ya ha aterrizado en Qatar, concretamente en la ciudad de Doha, donde quiere seguir de cerca las reformas introducidas en materia de derechos humanos, uno de sus principales compromisos. "Pongo mi tienda de campaña aquí en Doha, voy a vivir aquí e iré todos los días para ver a los responsables en el Gobierno y asegurar que estas leyes se aplican, y si se comete alguna violación".
El presidente de la FIFA está convencido de que con su presencia allí será más fácil que los pactos alcanzados se respeten y que el gobierno de Qatar se preocupe por hacer de su territorio un país más accesible y abierto a los tiempos que corren en occidente. Infantino participó en la clausura del Foro Económico de Qatar donde ha transmitido estas innovadoras y frescas ideas que pretenden abrir una etapa de cambio en el estado.
Qatar es un país que, poco a poco, se ha ido introduciendo en el mundo del deporte organizando grandes eventos y abriendo sus puertas a competiciones importantes de atletismo, tenis, Fórmula 1, motociclismo, pádel, natación o balonmano. Además, sobra decir la influencia que ha ganado en el universo del fútbol tras la gestión de equipos como el PSG. Sus últimos grandes retos son acoger este Mundial y la futura organización de los Juegos Olímpicos del año 2036.
Las medallas de FIFA
La FIFA, y en particular Gianni Infantino tras este peculiar viaje, está presumiendo de las conquistas sociales que ha conseguido ya a cambio de celebrar una competición tan importante y seguida en el mundo como la que arrancará en el mes de noviembre.
El propio presidente, en su estancia en Qatar que se alargará hasta después del Mundial, ha destacado algunos logros como la eliminación de la 'kafala', el sistema que impedía a los migrantes salir del país. Además, también ha conseguido mejoras en el ámbito laboral y económico, ya que el país ha subido su salario mínimo interprofesional.
Otra de las grandes críticas que ha recibido la FIFA por la celebración de un Mundial en dicho estado es la supuesta sombra de la esclavitud sobre la que se habrían edificado muchos estadios e instalaciones según sus mayores detractores. "Protegemos lo posible los derechos humanos y los de los trabajadores". Infantino mantiene la esperanza de que este aperturismo continúe más allá de la disputa de la Copa del Mundo.
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Gianni augura un Mundial "especial y maravilloso" precisamente por todas estas conquistas de las que se siente como una especie de 'Robin Hood'. El máximo dirigente de la FIFA alaba también la capacidad que ha tenido Qatar para adaptarse a los nuevos tiempos, algo que, según él afirma, a Europa le costó siglos.
"Nos tomó cientos de años en Europa llegar a donde estamos ahora en lo que se refiere al impacto social. En esta parte del mundo, y en particular Qatar, eso ha sucedido en pocos años". Una afirmación un tanto polémica y que ha sido criticada. Las palabras de Infantino parecen dan a entender que, los años que Europa necesitó para tener un buen estado en la mayoría de sus democracias, no pasaron para Qatar.
La defensa del colectivo LGTBI
Por último, Gianni también quiso hablar sobre uno de los temas más delicados de la presencia del Mundial en un país como Qatar. La situación de las comunidades LGTBI no es ni mucho menos cómoda en este tipo estados árabes y el máximo dirigente del fútbol mundial confía en que todos sean bienvenidos. Ya no desde el punto de vista legal, sino también desde la aceptación de una sociedad que ha pasado demasiados años anclada en un tipo de cultura que no se caracteriza por su apertura de miras en cuanto a ideología, creencias religiosas o libertades sexuales.
"Creo que serán bienvenidos en Qatar. Tienen que respetar la cultura local. Si Catar no diera la bienvenida a todos no hubiera organizado el evento. Estamos capacitando a los responsables y trabajando de la mano con las entidades y la policía y les daremos la bienvenida a todos".
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El trato al colectivo LGTBI es uno de los asuntos que más preocupan a la FIFA, pero también a diferentes asociaciones y ONGs que tratan de defender los derechos de estas personas. También de los colectivos inmigrantes. Según varios estudios, representan el 95% de la fuerza laboral y sufren abusos como impagos, horas excesivas de trabajo, restricciones de viajes, lesiones e incluso muerte sin compensación, entre otros.
Estas mismas instituciones han reconocido mejoras "en la protección de los derechos de los trabajadores migrantes por las reformas laborales introducidas por Doha". Sin embargo, no confían en que estos avances vayan a perdurar una vez la atención del Mundial se disipe en 2023. Infantino tratará de encargarse que no sea así después de un viaje que va a durar alrededor de seis meses. Su tienda, como él mismo dice, ya está puesta en Doha.