El 10 de agosto del 2021 saltaba la sorpresa. Leo Messi anunciaba su fichaje por el PSG. Era la primera vez que el jugador argentino iba a vestir otra camiseta que no fuera la del FC Barcelona, club al que había llegado siendo solo un niño y con el que había terminado su contrato ese 30 de junio. Ahora, casi dos años después, el '10' afronta su último partido en el Parque de Los Príncipes.
Mucho se ha escrito y se ha hablado sobre el futuro de Leo Messi en las últimas semanas y en los últimos meses. El futbolista argentino venía de ganar la Copa del Mundo en Qatar con su selección y todo parecía felicidad. Sin embargo, los dirigentes qataríes que rigen el PSG no estuvieron lo suficientemente hábiles y terminaron dejando escapar a su estrella.
No se consolidó la renovación de Leo Messi y ahora, unos meses después, su marcha es ya inevitable. El ganador de siete Balones de Oro se despide de la capital francesa mientras la incógnita de su futuro sigue abierta. Todo apunta a que se marchará a la Liga de Arabia Saudí para firmar el contrato más grande de la historia del deporte y así enfrentarse a su archienemigo futbolístico, Cristiano Ronaldo.
Sin embargo, en el FC Barcelona parecen no perder la esperanza en su regreso. Ya están trabajando en la creación de un Plan de Viabilidad que pueda ser aprobado por LaLiga para intentar su fichaje. Una quimera de solución imposible que quita el sueño tanto a Joan Laporta como a Mateu Alemany. Con su futuro abierto, lo único claro en el presente de Leo Messi es que a partir de este sábado París ya será el pasado.
¿Cómo ha sido el paso de Leo Messi por el PSG?
El PSG se congratulaba el verano de 2021 por haber fichado al que consideraban como el mejor jugador del mundo. Una condición que generaba un problema, ya que en ese vestuario había un futbolista que quería ser considerado como tal: se trataba de Kylian Mbappé. La relación entre el crack argentino y el francés nunca ha sido del todo fluida, aunque consiguió mejorar con el paso del tiempo, la llegada de los goles y la ausencia de Neymar.
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Messi llegó a París con un contrato de dos años más otro opcional que, finalmente, no terminará cumpliendo. Dejó el '10' a su amigo Neymar y cogió el '30', el número con el que debutó en el Barça. Fue recibido por todo lo alto en la Ciudad de las Luces con una presentación más propia de una estrella de rock. Una ilusión desmedida que duró lo que la sequía de grandes títulos empezó a aparecer.
Se calzó las botas y debutó un 29 de agosto en la cuarta jornada de la Ligue-1 contra el Stade de Reims. Solo fueron 24 minutos, pero nada volvió a ser igual para él. Siempre ha dejado destellos de su calidad infinita, pero nunca se consolidó como el jugador decisivo que muchos creían haber fichado. De hecho, las diferencias las siguió marcando un Mbappé que rechazó al Real Madrid por ser la estrella del Parque de Los Príncipes y que ha tenido que lidiar con el ostracismo que provoca tener cerca a una figura tan grande como Messi.
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Pasó un largo periodo de lesión y tardó varias semanas en encontrar su primer gol, el cual llegó en Champions contra el Manchester City. Unos días después marcó también contra el Nantes en Ligue-1. Finalmente, terminó la fase regular de la competición continental con cinco goles y dejando ahí sus mejores actuaciones.
El primer fracaso de Messi con el PSG llegó en los octavos de final de la Champions. El PSG se llevó un resultado positivo de la ida gracias a Kylian Mbappé frente al Real Madrid, pero después sucumbió con la primera gran remontada de los blancos en la competición. Una eliminatoria en la que Leo Messi no apareció y tras la que recibió críticas durísimas. Fue la primera vez que se pidió su salida. Ahí se abrieron grietas que nunca más se cerraron.
Messi terminó la temporada con dos títulos, la Ligue-1 y la Supercopa de Francia, pero sin la Copa, su segundo gran fracaso. Marcó 11 goles y repartió 15 asistencias en los 34 partidos que disputó. Un rendimiento bueno para un jugador de su edad, pero muy lejos de lo esperado por quien debería haberles guiado hasta la Champions.
Su primera temporada fue una decepción y llegaron los primeros rumores de que Nasser Al-Khelaïfi le quería fuera del club. Sin embargo, en ese momento Leo no quería abandonar el barco, ya que necesitaba París como preparación para el Mundial de Qatar. Por ello, comenzó la temporada arrasando, en forma, aportando grandes goles y asistencias.
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Se puso en 'Modo Mundial' y consiguió los mismos números hasta la cita de noviembre que los que había aportado en su primer curso. Finalmente, el '10' guio a su selección al título y fue nombrado mejor jugador del torneo. Además, lo hacía por delante de Mbappé. Una situación que le volvía a dar el bastón de mando del vestuario galo y que acercaba su renovación cuando le restaban ya menos de seis meses de contrato.
No obstante, el segundo fracaso consecutivo de Leo Messi con una nueva eliminación en Champions en octavos, esta vez contra el Bayern de Múnich, supuso el borrón definitivo en su historial y consumó la decisión del PSG de no hacer efectivo ese año opcional que tenía su acuerdo. El tercer fracaso consumó el desastre.
Para colmo, los rumores de salida y de un posible fichaje por el Barça terminaron de encender a los aficionados del PSG que cargaron de manera desmedida contra su estrella, con continuas pitadas, insultos y persecuciones. La situación se volvió tan tensa que Messi terminó tomando la determinación de no aceptar ninguna oferta que le pudiera llegar desde Qatar por buena que fuera.
El escándalo de Arabia Saudí, cuando Leo se marchó al país del que es embajador a pesar de que el PSG no quería que lo hiciera, terminó haciendo estallar la bomba. Fue suspendido de empleo y sueldo y declarado persona non grata. La situación ahí ya se tornó totalmente irreversible. Este ha sido el abrasador caldo del cultivo en el que se ha cocinado el adiós definitivo de Leo Messi a París, donde no renovará y donde este sábado tendrá su último partido contra el Clermont.
Las estadísticas y datos de Leo Messi en el PSG
Leo Messi nunca ha conseguido ofrecer su mejor versión con la camiseta del PSG, algo que desde París no han podido perdonar. Solo ha dejado destellos y acciones de mucho mérito en partidos de poca trascendencia. Por el camino, la afición del Parque de Los Príncipes ha tenido que ver cómo Messi guiaba a Argentina hasta una Copa del Mundo y cómo se dejaba querer por los cantos de sirena del Barça e incluso de Arabia Saudí, su destino más probable.
De hecho, tras su regreso de Qatar, ha disputado 14 partidos en los que ha anotado solo 3 goles y ha repartido 1 asistencia. Números nada comparados a los que había aportado antes del Mundial. Finalmente, y a falta de su última aparición, Messi dejará París después de haber disputado 74 partidos, de haber marcado 32 goles y de haber repartido 35 asistencias.
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Números discretos para una estrella de su talla, pero que se acercan a la producción de un tanto por encuentro. Sus mejores días han estado en Champions a pesar de los dos fracasos que ha acumulado con el PSG, ya que ha aportado 9 goles y 4 asistencias en solo 14 partidos.
En el apartado de títulos, Messi ha levantado 2 trofeos de la Ligue-1 y 1 Supercopa de Francia en dos temporadas en el PSG. Un bagaje muy pobre teniendo en cuenta que el equipo galo no debería tener rival en su país y que su gran reto debería haber sido pelear la Champions en cualquiera de sus dos intentos.