Mientras la guerra en Ucrania no cesa por culpa de la invasión rusa, la vida en los dos países intenta seguir su curso a pesar de la terrible situación. Y el deporte hace lo propio. La cara que habitualmente se ha mostrado en los medios de comunicación ha sido la del país de Zelenski en el que muchos deportistas han tenido que dejar sus carreras y empuñar las armas para sobrevivir y garantizar la estabilidad de su pueblo.
Además, algunos equipos incluso se han propuesto hacer giras benéficas por Europa para recaudar fondos. Han sido los casos en el fútbol del Dinamo de Kiev o del Shakhtar Donetsk. Otros deportistas han sido noticia también porque han emprendido su huida para llegar a otros países como cualquier refugiado.
Sin embargo, en este conflicto existe otra cara, la del deporte ruso, que vive intentando esquivar todas las prohibiciones que ahora mismo tienen encima. Y mientras todo estalla por los aires, un histórico club del país vive un momento muy especial, su centenario. Se trata del Spartak de Moscú, que el pasado 18 de abril cumplió sus 100 años de historia, pero lo hizo en una situación muy extraña, en mitad de un conflicto bélico que muchos temen que pueda llegar a ser el germen de la tercera guerra mundial.
El centenario del Spartak
El club está viviendo esta fecha tan especial de una manera distinta, seguramente como no hubieran esperado hace unos años o incuso hace unos meses. A punto de que se vayan a cumplir los primeros 60 días de la guerra, ellos ya suman la friolera de 100 años existiendo, desde 1922. Una efeméride que bien merece una espectacular celebración, pero que dada la situación, no podrá ser así ni mucho menos.
El club moscovita ha emitido un comunicado para lamentar que este momento haya llegado en una situación tan difícil y que, además, ha sido provocada por el presidente de su país: "Esperamos de corazón que los tiempos difíciles sean pronto cosa del pasado y podamos celebrar a lo grande el centenario de nuestro querido club con un estadio Otkritie Bank Arena lleno".
Una situación que ha llenado de tristeza a sus aficionados, unos afines y otros contrarios a la guerra, pero que se ponen de acuerdo en el dolor que les produce no poder vivir con normalidad una fecha tan especial. Y más teniendo en cuenta que ya se empieza a ver la luz tras la relajación de la pandemia de la Covid-19.
El protagonismo del centenario del Spartak de Moscú ha sido tan grande que incluso el presidente Vladímir Putin ha hecho un alto en sus obligaciones y en el seguimiento de la guerra en Ucrania para felicitar al club en unos días tan señalados: "En la historia del Spartak no hay pocas victorias y récords. Sus extraordinarios logros son nuestro orgullo e hito nacional". El líder del Kremlin apuesta por un mensaje patriótico y casi bélico en tiempos en los que los sentimientos y las tensiones están a flor de piel para sociedad rusa, ya sea tanto para lo bueno como para lo malo.
Ahora, tras recibir la felicitación del presidente de la nación, el club espera que esta situación pase cuanto antes para así poder llevar a cabo una celebración a la altura y que pueda ser disfrutada en tiempos de paz y no de tensión, ya no solo contra Ucrania, si no entre los propios ciudadanos rusos que discrepan por la invasión del territorio enemigo.
El equipo del pueblo
El Spartak de Moscú celebra 100 años de historia después de una multitud de momentos que han ido acumulando después de tantas décadas de presencia en el primer nivel, especialmente en Rusia. Sin ir más lejos, este año estaban destinados a tener una participación importante en la presente edición de la Europa League, pero fueron descalificados por el estallido de la guerra. Esto provocó que sus aficionados vivieran momentos realmente duros.
Ahora, el Spartak vive también cierta zozobra, no solo por la situación del país, si no también por su propia crisis deportiva. En estos momentos se sitúan décimos clasificados en una liga en la que solo juegan 16 equipos, a 10 puntos de los puestos de descenso y a solo cinco de los lugares de promoción.
Si su presente es oscuro, sus orígenes son de lo más curiosos. A pesar de que su fecha de fundación no está del todo clara, el club empezó a echar a andar un 18 de abril de 1922 con un partido amistoso disputado ante el ZKS y que se saldó con victoria por 3-2. Lo más llamativo de aquel partido fue que el nombre utilizado por el ahora Spartak de Moscú y que por aquel entonces era el MKS, considerado como precursor del club, pero ya dentro de la misma entidad.
Esta entidad se fundó en el distrito de la ciudad moscovita de Presnya a través de un movimiento liderado por Iván Artémiev. El club nació de la reorganización de dos equipos deportivos, la Sociedad de Gimnasia Rusa, RGO, y la Sociedad de Educación Física de Presnenski, OFV. Ambos se unieron para crear el Círculo Deportivo de Moscú, cuyas iniciales respondían a MKS.
A pesar de esas diferencias, el origen del Spartak como tal se sitúa así. El club cambió varias veces más de nombre pasando por Krásnaya Presnya, Pishcheviki y por último Promkooperatsiahasta. No obstante, no fue hasta 1935 cuando usaron su nombre actual.
Los hermanos Starostin junto a Alexandr Kosarev, decidieron reformular el club y dar paso a un nuevo nombre. Escogieron la actual nomenclatura de Spartak en honor al famoso esclavo que se reveló contra el Imperio romano, Espartaco, al sentirse identificados con ese sentimiento de lucha. Hicieron a su vez imagen y seña del club al reconocido personaje histórico.
A partir de aquellos años, en Rusia empezaron a surgir varios equipos importantes y el país comenzó a distribuirlos en comunión con algunas organizaciones o instituciones gubernamentales soviéticas tales como la policía, el ejército o los ferrocarriles.
Por ejemplo, el Dinamo se creó bajo el patronazgo de la policía y otras fuerzas de seguridad del Ministerio del Interior, el CSKA fue fundado como una sociedad de amantes del esquí y transferido al Ejército Rojo y el Torpedo era auspiciado por la industria de la automoción. El Spartak, por su parte, fue creado en comunión al sindicato público y por eso siempre fue considerado como 'el equipo del pueblo'.
Durante sus dos primeras décadas de existencia, el Spartak pasó verdaderos apuros para poder competir en la élite donde su principal rival se llevaba casi todos los éxitos por su importante vinculación con la jefatura de la URSS, vigente desde 1922. En esos años ganó seis ligas y cinco copas. Sin embargo, tuvo que hacer frente a todo un Dinamo de Moscú que unos años después llegarían a contar incluso con el apoyo del KGB, el servicio de inteligencia y de la policía secreta de la Unión Soviética.
A partir de los años 60 en adelante, el resurgir de clubes ucranianos como el Dinamo de Kiev, por aquel entonces pertenecientes todavía a la URSS, provocó que su cuenta de éxitos no fuera especialmente alta. No fue hasta creada la Federación de Rusia cuando realmente vivieron su momento de gran expansión y de importantes victorias. A partir de 1991, el Spartak estableció su dominio en el país con nueve títulos de liga ganados de manera consecutiva a los que se unieron dos títulos de copa.
Esta racha de éxitos se cortó y nunca más volvió a brillar con esplendor de antaño a pesar de haber contado con el importante potencial de económico que supone la petrolera Lukoil. Desde el 2001, solo han conseguido ganar un título de liga más, en el 2017. Y desde entonces, una sequía total que todavía continúa hoy en día cuando están más cerca de los puestos de abajo que de los de cabeza. Momentos difíciles para celebrar el centenario más amargo posible.
[Más información: La gira del Dinamo de Kiev para ayudar a las víctimas de la guerra: Barça, PSG y una ruta que salva vidas]
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