LaLiga y la RFEF dejan solo al Barça y a Laporta: Dani Olmo ya tiene la carta de libertad para fichar por el club que quiera
- Ninguno de los dos organismos respalda al club culé en sus intentos desesperados por retener al futbolista para evitar un ridículo histórico.
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"Estoy muy contento de volver a casa, es un sueño hecho realidad para mí". Esas fueron las primeras palabras de Dani Olmo en el día de su presentación como nuevo jugador del Barça ante miles de aficionados que le vitoreaban en Montjuïc. Apenas cuatro meses después, el sueño ya se ha convertido en una auténtica pesadilla.
El futbolista catalán se ha convertido involuntariamente y muy a su pesar en el protagonista del culebrón del invierno. Una trama que roza unas dimensiones esperpénticas que no se recuerdan en nuestro fútbol y que vienen a dejar al descubierto -una vez más- las deficiencias de la gestión de Joan Laporta desde que volvió a hacerse con el mando del Fútbol Club Barcelona.
La campana sonó y el dirigente culé no encontró la manera de obtener el OK de LaLiga a la prórroga de la inscripción de Dani Olmo. Tampoco a la de Pau Víctor, en la misma situación que él. Los dos se quedaron sin ficha con el término del 2024 y ahora, salvo milagro inesperado, ninguno de los dos podrá volver a jugar al menos en Primera División con la camiseta del Barça.
Ni el multimillonario contrato con Nike, ni los dos recursos fallidos ante los tribunales, ni tampoco la venta desesperada de los palcos VIP del nuevo Camp Nou a inversores árabes por 100 millones de euros han sido suficientes para conseguir el objetivo.
Medidas de urgencia, todo sea dicho, ejecutadas a última hora cuando el Barça era plenamente conocedor de esta situación desde el momento en el que en verano -no sin problemas- logró inscribir a Olmo. Ahora el Barcelona y Laporta se asoman a un abismo en una pelea en la que se han quedado solos y que lleva a un desenlace que alcanza el ridículo.
RFEF y LaLiga, en sintonía
El comunicado de LaLiga cayó como un auténtico bofetón a pocas horas de que concluyera el año. Tan tajante como escueta en su escrito, la patronal aseveró que "el FC Barcelona no ha presentado ninguna alternativa que, atendiendo al cumplimiento de la normativa de control económico de LaLiga, le permita inscribir ningún jugador a partir del próximo 2 de enero".
Es decir, que ninguno de los intentos desesperados de última hora que lanzó el club catalán convenció a Javier Tebas de que tenía suficientes garantías como para generar el Fair Play Financiero necesario como para poder inscribir a Dani Olmo.
Joan Laporta se las prometía muy felices con la venta de los palcos VIP del nuevo Camp Nou por cerca de 100 millones de euros a unos inversores árabes, pero LaLiga consideró que la documentación presentada no era suficiente como para garantizar ese pago inmediatamente, como así lo requería la situación.
La inscripción de Dani Olmo estaba garantizada tan sólo hasta el 31 de diciembre, como bien sabía el Barça desde el pasado verano, y ahora la situación que tantas veces había negado Joan Laporta ha llegado.
Ante todos estos reveses, el último grito de auxilio por parte del Barcelona ha ido dirigido a la Real Federación Española de Fútbol. Dice el artículo 130.2 del Reglamento General de la RFEF que "un/a futbolista podrá estar inscrito/a en un solo equipo de un club, sin posibilidad de ser dado de baja y alta por el mismo en el transcurso de la misma temporada, salvo caso de fuerza mayor o disposición reglamentaria", y a este caso de fuerza mayor se aferraban los azulgrana.
Pedían que la Federación expidiera una nueva licencia para Dani Olmo y que, de esta forma, pudiera ser de nuevo inscrito. El Barcelona consideraba esta norma desfasada, pero tampoco han recibido la respuesta esperada.
En la RFEF caminan ahora muy de la mano de LaLiga. Desde que Louzán, el nuevo presidente de la Federación, nombrara vicepresidente del organismo federativo a Javier Tebas, presidente de LaLiga, parece casi imposible que ahora vayan a llevarse la contraria.
La Federación se lava las manos en este aspecto y se remite a lo que dice LaLiga, así que no se espera tampoco que vaya a haber una bendición por parte de la RFEF en torno al caso Dani Olmo.
La patata caliente, para Olmo
Mientras tanto, la pelota ha pasado a estar directamente en el tejado de Dani Olmo. El futbolista se encuentra ahora en una encrucijada salvaje porque puede ejecutar en cualquier momento la cláusula que aparece en su contrato por la que pasaría a ser un hombre libre para firmar por cualquier otro equipo.
El futbolista apenas se ha pronunciado al respecto. Tan sólo un mensaje a través de sus redes sociales en el que afirmó que era "tiempo de 2025" acompañado de unos corazones blaugranas, algo que algunos han calificado como un gesto demasiado tibio.
Dani Olmo le costó al Barça este pasado verano 55 millones de euros, 48 fijos más otros 7 variables. Una operación que, aunque el futbolista salga a otro equipo en los próximos días, tendrá que abonar el club que preside Joan Laporta irremediablemente. Podrían ser los cuatro meses más caros de la historia.
En la oposición echan humo y Víctor Font, antiguo aspirante a la presidencia del Barça, ya ha estallado públicamente: "Ante la gravedad de los hechos relacionados con la inscripción de Dani Olmo y Pau Víctor, y ante la imagen pésima e impropia del mejor club del mundo, compartimos la preocupación de todos los culés por las nefastas consecuencias deportivas, económicas e institucionales de este caso".
"El resultado es la posible pérdida de un jugador que hace cuatro meses incorporamos por 55 millones de euros y que ahora vemos que puede marchar por culpa de una gestión llena de improvisaciones y carencia absoluta de profesionalidad", aseveró Font, cargando las tintas contra Joan Laporta.
Los grandes clubes de Europa ya están por si acaso al acecho de esta situación. París Saint-Germain, Arsenal, Bayern o Chelsea son algunos de los clubes que ya se han relacionado con el futuro del futbolista, que ya completó la primera sesión de entrenamiento del año. Si nada se desbloquea, como parece, será él quien tenga que decidir.