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Gerard Piqué se encuentra más alejado del foco mediático a raíz de su retirada del fútbol profesional. Tras colgar las botas, el exjugador del Barça se ha enfocado en su faceta como empresario: fundó la empresa Kosmos, organizadora de la Copa Davis, y además creó la 'Kings League', un formato de fútbol muy diferente al tradicional.

Sin embargo, Piqué ha reaparecido ante los medios para hacer balance de los 125 años de historia que tiene el Barça, el club donde desarrolló la mayor parte de su carrera profesional y el que le ha catapultado a la élite del fútbol. Aunque el actual empresario no habló únicamente de la situación deportiva del club, sino se adentró en las cuestiones políticas.

El 1 de octubre de 2017 es una fecha que ha marcado un antes y un después en la situación política de España. Ese día tuvo lugar el referéndum ilegal de independencia de Cataluña. Además, coincidió con la disputa del partido entre el Barça y Las Palmas en el Camp Nou: la peor experiencia en la carrera de Piqué.

El Barça decidió jugar el partido a puerta cerrada ante el riesgo de boicot por parte de los aficionados que asistirían al estadio, una decisión que se tomó media hora antes del inicio del partido. "Fue un día muy duro, al final se jugó un partido que creo que no debería haberse jugado, pero es una opinión más personal y el club decidió acabar jugando", comenzó explicando el catalán a TV3.

"Al terminar el partido me pusieron el micro en la zona mixta. Me emocioné y al día siguiente fui a Madrid a la concentración de la selección española", reconoció el jugador ante una situación que fue cada vez más difícil. Cuando Piqué se incorporó a la concentración del equipo, Lopetegui (entonces seleccionador) y Sergio Ramos (capitán del equipo) le pidieron rectificar.

La negativa a pedir perdón

"Sorprendentemente me coge el míster y el capitán y me dicen que debo pedir perdón", ha confesado Piqué, quien respondió incrédulo que él solamente se había posicionado "a favor del derecho a decidir".

El exjugador ha llegado a confesar que Lopetegui le llegó a entregar un discurso para pedir disculpas públicamente, pero él se negó y tiró el papel a la basura. Luego ya "todo eran silbidos, aunque también tengo que reconocer que incluso me gustaban", concluyó.