Es como si de repente Robert Lewandowski se hubiera quitado diez años de encima. A sus 36 y después de toda una vida marcando goles a pares, el delantero polaco no se cansa de seguir haciendo lo que mejor sabe, convertirse en el terror de las defensas y los porteros rivales.
'Lewy' es una de las claves de la resurrección de este Barcelona. Como si fueran de la mano, el equipo y él mismo han reverdecido viejos laureles en una especie de sinergia mágica que está encumbrando a ambas partes. El Barça gana con los goles de Lewandowski, Lewandowski hace que el Barça gane con sus goles.
Pese a que se habla mucho de la importancia que están teniendo en el equipo culé hombres como Raphinha o Lamine Yamal, una relevancia irrefutable por otra parte, lo cierto es que sin Lewandowski nada sería lo mismo.
Sus registros goleadores en este arranque de temporada están a la altura del mejor nivel del delantero varios años atrás. Después de ser muy criticado el curso pasado, donde tuvo que soportar expresiones tan duras como que "estaba acabado", Lewandowski suma ya 17 goles en 14 partidos. Un promedio estremecedor de más de un gol por partido.
El polaco es una de las piedras angulares del proyecto de Flick y sus dos últimas exhibiciones así lo demuestran. Goleador ante el Bayern y doble artillero en la victoria contra el Real Madrid en El Clásico, Lewandowski es de nuevo un jugador imparable que pelea por la Bota de Oro.
Flick le recupera
El fichaje de Robert Lewandowski ya fue puesto en duda en el momento de llegar al Barcelona. Su veterana edad levantó muchas suspicacias. Un delantero con la treintena más que sobrepasada, que ya lo había ganado todo y que no tenía nada que demostrar a nadie, no parecía la mejor pieza para un equipo que debía resurgir de sus cenizas.
Su primera temporada en el Barça fue, no obstante, más que aceptable. Hasta 33 goles y la condición de ser el máximo goleador de La Liga justificaron el traspaso del polaco, empeñado en jugar con la camiseta azulgrana.
Sin embargo, todos los fantasmas se ciñeron sobre él durante el pasado curso. Cerró el año con 'sólo' 26 goles entre todas las competiciones, su registro más bajo desde la temporada 2014/2015, y eso alimentó la teoría de que los mejores momentos del polaco habían llegado a su fin.
Apenas fue determinante, estuvo desaparecido en muchos partidos importantes y el Barça se estrelló tanto como lo hizo el delantero. La aparición de jóvenes como Lamine Yamal le superó y este bajo acierto de Lewandowski hizo saltar las alarmas en la ciudad condal.
Sin embargo, ha quedado claro que lo que sucedió el pasado curso no se debía a que 'Lewy' estuviera ya acabado. Ni mucho menos. Todavía tiene mucho fútbol que dar y le restan muchos goles que marcar a sus 36 años.
Hansi Flick ha encontrado la manera de crear una atmósfera favorable para uno de los mejores delanteros que ha visto el fútbol en las últimas décadas. Sin con Xavi Hernández le costaba ver puerta, con el técnico germano y la nueva manera de jugar al fútbol todo es mucho más sencillo para Lewandowski.
Se compenetra a la perfección con lo que ofrecen Lamine Yamal o Raphinha desde las bandas, y también con lo que aportan los jóvenes del centro del campo. No es casualidad que la nueva cara del Barcelona coincida con la resurrección goleadora de Robert Lewandowski.
Datos de otra época
El polaco lleva cinco encuentros consecutivos viendo puerta con el Barça. De hecho, tan sólo se ha quedado sin marcar en cuatro de los catorce partidos que ha disputado esta temporada con el conjunto culé.
Diez tantos en los últimos cinco duelos suponen unos registros tan sólo al alcance de unos pocos elegidos, o de los que firmaba hace unos años el propio Robert Lewandowski cuando goleaba con una parsimonia insultante en el Bayern de Múnich.
Precisamente ante su exequipo firmó una de sus últimas apariciones estelares. Los bávaros sufrieron en sus propias carnes el estado de gracia en el que se encuentra el ariete y vieron cómo abría el camino de la victoria culé en Champions.
Lo que hizo Lewandowski en el Santiago Bernabéu no fue sino la confirmación del increíble momento por el que atraviesa. Una definición de muchísima confianza en el mano a mano ante Lunin para abrir el marcador, y un remate de cabeza imparable, de '9' puro, para hacer el segundo.
El resultado de todo esto son 17 goles en 14 partidos cuando la temporada no ha llegado ni siquiera a su ecuador. Si mantiene el nivel, no sería nada extraño que Lewandowski pudiera acariciar los 40 goles que hace unas campañas firmaba con facilidad en el Bayern, algo que sería sinónimo de éxito para el Barça.
Por el momento, es el mejor en la carrera por la Bota de Oro, ese trofeo individual que distingue al mejor goleador de las ligas europeas. Lewandowski está recuperado para la causa, Flick le ha rescatado de la caída a los infiernos, y esa es una de las mejores noticias posibles para el Barcelona.