El Real Madrid ha completado una temporada de ensueño. El triunfo en Wembley frente al Borussia Dortmund en la final de la Champions League culminó un curso que se cierra con tres títulos: Champions, Liga y Supercopa de España. Un triplete que ha vuelto a poner sobre la mesa el dominio del conjunto blanco.
Pese a que se habla mucho de jugadores como Vinicius, Jude Bellingham o Kroos, hay un figura que destaca por encima del grupo. Se trata de Carlo Ancelotti. El técnico del Real Madrid ha sabido hacer encaje de bolillos para dar minutos a todos y mantener el ritmo en la plantilla al completo, es decir, lo que se considera como un magnífico gestor.
El trabajo de Ancelotti ha sido sobresaliente. Cierto es que tenía a una plantilla soberbia y con jugadores de talla mundial, pero el técnico italiano ha sabido encajar, una vez más, todas las piezas del puzle. No ha dejado nada al azar y siempre creyó en sus ideas, al igual que hizo en sus futbolistas.
Además de actuar como entrenador, Ancelotti ha destacado por ser un padre para la plantilla. Los jóvenes, como Vinicius, Rodrygo, Camavinga o Arda Guler, han crecido bajo su cobijo y él siempre les ha defendido a capa y espada. El resto es prácticamente historia. Todos han brillado con luz propia tras ser cuidados meticulosamente por el italiano y su staff.
El propio Ancelotti, a veces reacio a mojarse, tuvo claro cuál había sido la nota suya y del equipo tras culminar la conquista de la Champions League. "Si tengo que poner una nota, nos ponemos un diez esta temporada. A veces se nos pregunta y es lo que tengo que decir esta vez", sentenció en rueda de prensa. Unas declaraciones que dejan claro que está completamente comprometido.
Entrenador y gestor
La temporada de Carlo Ancelotti es para analizarla. El Real Madrid tenía las expectativas muy altas tras cerrar la pasada temporada sin títulos relevantes. Esto trasladó una presión inusitada a un equipo que había perdido este verano a uno de sus grandes líderes, Karim Benzema.
Eso no importó para 'Carletto'. Desde el primer momento tuvo claro que debía cambiar el sistema para adaptar a su engranaje a un futbolista como Jude Bellingham. Las bandas estaban completamente cubiertas por Rodrygo y Vinicius, por lo que solo faltaba encontrar a alguien pudiese aportar lo que Benzema.
Y así fue, dicho y hecho. Bellingham ha completado su mejor temporada desde que es profesional. Supo ver antes que nadie la proyección del centrocampista inglés, al que ha hecho batir su récord de goles y de asistencias. Es decir, más allá de ser un gestor, también supo hacer honor a su profesión.
También ha demostrado ser un entrenador de categoría al explotar en la faceta más técnica a los recursos que tenía en el banquillo. Es el caso de Joselu, Brahim o Arda Guler, todos ellos se han convertido en futbolistas recurrentes, especialmente en este final de temporada, y han respondido a la perfección. Además, también ha exprimido situaciones como el balón parado, algo que quedó patente en la final de Champions contra el Borussia Dortmund con el gol de Dani Carvajal.
Por lo otro lado, faceta de gestor ha sido notabilísima. Ha sabido llevar a cabo la transición hacia la retirada de dos leyendas como Toni Kroos o Luka Modric. El alemán colgará las botas a final de curso y el croata parece que seguirá, pero ambos han disputado menos minutos de los que podían aspirar a priori. No obstante, han sido futbolistas que han tutelado a los más jóvenes sin dejar estar en los minutos calientes.
Kroos ha sido titular en numerosas ocasiones, pero en muchas segundas partes Modric le daba el relevo. Es decir, ha complementado a uno con otro. Ese mismo aspecto, ha sido adaptar a futbolistas a posiciones en las que apenas tenía experiencia, como es el caso de Tchouameni por las lesiones.
También es destacable su gestión con Arda Guler. Apenas dio minutos al jovencísimo jugador turco, que se curtió en Valdebebas durante muchísimos meses en silencio. Todos señalaron a Ancelotti por dejarle en el ostracismo, pero el italiano supo tirar de él en el momento clave y el otomano ha terminado siendo uno de los futbolistas más en forma del equipo.
También se puso en duda su gestión con Courtois y Lunin para la final. El ucraniano había sido el titular de toda la temporada por la lesión de su compañero, pero en el momento de la verdad apostó por darle los galones al belga a pesar de que regresaba de lesión. Dio partidos a los dos y una gripe golpeó a Lunin poco antes de la final de Champions y le daba la oportunidad a Courtois, que ya era de por sí el titular en su cabeza. Aún así, el mejor portero del mundo salió casi a hombros de Wembley.
Para el recuerdo ya queda ese manteo de toda la plantilla. Una imagen que demuestra la gran complicidad que tiene con la plantilla.
En silencio pese a las dificultades
Si uno echa la vista atrás al comienzo de la temporada, prácticamente daría por imposible lo que Carlo Ancelotti ha logrado este curso. Las lesiones gravísimas de Thibaut Courtois, Eder Militao y David Alaba ponían en jaque a la defensa, obligándole a encontrar soluciones de emergencia. En el ataque, Vinicius también estuvo fuera un tiempo, por lo que tuvo que buscar a esos jugadores que le dieran los goles y la electricidad del brasileño.
A pesar de encontrarse con todos esos problemas de frente, Ancelotti ha sabido gestionar todo con mano izquierda y aceptando las dificultades de frente. Nunca levantó la voz ni se quejó en público, sino que trató de reponerse a través del trabajo en la sombra.
Solo puso en duda la cantidad enorme de partidos, una idea que impera en casi todos los banquillos, pero siempre se mostró contento con los refuerzos que le habían conseguido en verano y apostó por los jugadores que tenía en plantilla. Y al final su esfuerzo ha dado rédito.
Tras una temporada sin grandes títulos, Carlo Ancelotti ha sido capaz de devolver al Real Madrid a la élite más absoluta con la conquista de la Champions League y con el triunfo en LaLiga. Un doblete, unido a la Supercopa de España, que le dejan como uno de los entrenadores más laureados de la historia. Un señor dentro y fuera del campo que ha terminado por conquistar a todos.