Tras pasar más de un año entre rejas en una prisión de Barcelona condenado por agredir sexualmente a una mujer, Dani Alves está comenzando a recuperar su vida una vez ha sido puesto en libertad condicional.
Las medidas cautelares para la obtención de la libertad condicional incluyeron la entrega de sus dos pasaportes (español y brasileño). Además, debe presentarse cada viernes en la Audiencia de Barcelona. Pero puede hacer vida normal y lo está aprovechando.
El brasileño, tal y como informa On Economía, ha creado la empresa OQP Sport & Management. Una sociedad dedicada a la gestión de derechos de imagen, al asesoramiento y a la representación de deportistas. Alves constituyó esta nueva sociedad el mes pasado, y lo hizo con un capital social de 30.000 euros y como administrador y socio único en su organigrama.
Con la creación de OQP Sport & Management, Dani Alves busca no solo estabilizar su situación financiera, sino también rehabilitar su imagen pública. Esta nueva empresa le permite aprovechar su vasta experiencia y contactos en el mundo del deporte para ofrecer servicios de representación y gestión de imagen a otros deportistas.
Con anterioridad, Alves estuvo detrás de otra agencia de representación de futbolistas, Flashforward, domiciliada en Esplugues de Llobregat, en la que aparece como administradora única Dinorah Santana, su primera esposa y madre de sus dos hijos.
Además, sigue apareciendo al frente de la inmobiliaria Bahia Ilheus y, en el pasado, entró en negocios de restauración, moda e incluso en uno de monturas para gafas. En febrero pasado, la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional le dio la razón en el largo litigio que mantuvo con Hacienda y, a raíz de esta sentencia, se le devolvió 1,2 millones de euros. Y no es el único caso que ha ganado a Hacienda. También desapareció de la lista pública de morosos.
Su visita a los juzgados
Alves lleva casi dos meses en libertad provisional. La leyenda del FC Barcelona salió de prisión el pasado 25 de marzo y desde entonces debe visitar cada viernes la Audiencia de Barcelona.
Esta es una de las medidas impuestas para disfrutar de su libertad provisional mientras se resuelven los recursos presentados contra la sentencia, todavía no firme, que le condena a cuatro años y media de cárcel.
A esta medida se le suma, además, una orden de alejamiento y prohibición de comunicación con la víctima a mil metros de su domicilio, lugar de trabajo y cualquier otro lugar frecuentado por la joven. En caso de que Dani Alves incumpliese cualquiera de estas medidas supondría la reforma del autor de libertad provisional y por tanto debería regresar a prisión.