Se terminó. No habrá más partidos de Kylian Mbappé en el Parque de los Príncipes. No al menos con la camiseta del París Saint-Germain, porque si el caprichoso destino quiere que el delantero vuelva algún día a la que ha sido su casa durante tanto tiempo tendrá que hacerlo como visitante.
El francés disputó su último encuentro ante su afición antes de su anunciado adiós. El pasado viernes publicó un vídeo a través de sus redes sociales en el que confirmaba el secreto a voces, que no seguiría en París al final de la presente temporada, así que este domingo vivió su plebiscito.
Tras siete temporadas como jugador del PSG, en el partido ante el Toulouse llegó el momento de su despedida. Le queda jugar todavía la final de la Copa y dos jornadas más de la Ligue 1, es cierto, pero todos esos compromisos serán ya lejos de su afición.
Y en este momento en el que había tantos ojos puestos incluso mucho más allá de París, Kylian vivió sensaciones encontradas. Se topó con todo tipo de emociones y reacciones. Fue silbado pero también aclamado. Tuvo la oportunidad de despedirse jugando 90 minutos y marcando además un último gol, pero su equipo perdió en un mal partido.
Para bien o para mal, ya no tendrá que someterse a más juicios públicos en el Parque de los Príncipes. En los últimos tiempos sus partidos ante su afición se habían convertido en poco más que eso, así que en su nuevo lugar de destino, seguramente en el Santiago Bernabéu, le recibirán con los brazos abiertos.
Primero, silbidos
El día de su despedida no comenzó de la manera soñada para el crack francés. Lo primero que se pudo escuchar en el Parque de los Príncipes relativo a su figura fueron unos sonoros abucheos que incluso hacían presagiar un recibimiento hostil en el transcurso del partido.
Sucedió en la previa, cuando todavía restaba una media hora para el inicio del choque. Es cierto que el estadio presentaba un aspecto que distaba mucho de tener una gran entrada, pero los que sí estaban presentes mostraron su disconformidad con el anuncio hecho por el futbolista unos días antes.
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Las pantallas mostraron la camiseta con el 7 a la espalda y la megafonía pronunció el nombre de Kylian Mbappé, y enseguida se pudo escuchar un sonoro abucheo generalizado en el estadio.
El homenaje y el gol
Sin embargo, todo esto iba a pasar a un segundo plano a medida que se fue acercando el partido. Mbappé salió a calentar y tuvo incluso que interrumpir sus ejercicios para acudir a uno de los fondos. En la grada donde se sitúan los ultras del París Saint-Germain, el grupo más radical de la hinchada, se desplegó un impresionante tifo con la figura del futbolista.
Se trataba de una silueta del '7' con los brazos cruzados, el mismo gesto con el que ha celebrado tantos goles a lo largo de su carrera con el París Saint-Germain. Aquello no pasó desapercibido para el futbolista, que se marchó a la grada para agradecer el gesto.
Fue, eso sí, un acto totalmente desmarcado del club. El PSG como entidad no le realizó ninguna despedida especial al que ha sido su jugador franquicia durante los últimos siete años.
Poco a poco los vítores fueron por lo tanto ganando a esos silbidos de la previa, y Mbappé fue completamente aclamado ya durante el partido. El delantero quería despedirse a lo grande, así que a los 8 minutos de juego se encargó de abrir el marcador para anotar el que iba a ser su último gol como futbolista del París Saint-Germain en el Parque de los Príncipes.
El delantero lo celebró con una gran alegría, disfrutando del momento, y el público respondió a las arengas que se hicieron a través de la megafonía. De hecho, el propio Kylian se encargó de levantar los brazos en varias ocasiones dirigiéndose a la grada, saboreando este instante tan especial para él.
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No fue, sin embargo, una despedida plácida en lo puramente deportivo. Pese a su gol, volvió a firmar otro partido gris y además el París Saint-Germain terminó perdiendo contra el Toulouse. No importaba demasiado porque los de Luis Enrique ya tenían el título de Liga en el bolsillo, pero tampoco fue plato de buen gusto firmar el último encuentro con derrota.
Tras el choque se desató la fiesta y el PSG celebró el título con un gran espectáculo de luces y de sonido. Mbappé tuvo por lo tanto más tiempo para despedirse de la que ha sido su casa durante 7 años y prolongar un poco más un día tan especial para él.