El Real Madrid nunca se rinde y buscará La Decimoquinta el próximo 1 de junio en Wembley. Los blancos remontaron en casa al Bayern Múnich, que se adelantó con un gol de Alphonso Davies. Los bávaros se veían en la final de Champions League cuando Joselu, con dos tantos a partir del minuto 88, dio la vuelta al marcador. Es el eterno milagro blanco. Una noche mágica más en el Santiago Bernabéu para seguir haciendo historia en Europa. [Narración y estadísticas: Real Madrid 2-1 Bayern Múnich]
El Real Madrid dominó prácticamente todo el partido, pero le costó encontrar el gol. Perdonó mucho en los inicios de las dos mitades, con unos inspiradísimos Vinicius, con el balón, y Kroos, en la creación de juego. El Bayern resistió y creó peligro cuando tuvo la ocasión, y así se adelantó. A los blancos le anularon un gol con polémica, por una falta de Nacho sobre Kimmich que señaló el árbitro tras revisar el monitor del VAR.
El Bernabéu volvió a desempeñar un papel fundamental, como durante toda la Champions de 2022. El estadio empujó hasta el final y se echó tan encima que hasta Neuer, el portero inquebrantable, se tambaleó y dejó escapar de sus manos el balón del 1-1, así como las esperanzas de su equipo. Joselu, tres minutos después, se confirmaba como el héroe de la noche cazando otra pelota en el área. El rey de Europa volverá a pelear en menos de un mes con el Borussia Dortmund, en una final inédita, por la corona continental.
Tuchel sacó un once más ofensivo que en el Allianz Arena, aunque variaría su plan pronto. Metió a Pavlovic y Gnabry por Goretzka y Müller; también recuperó a De Ligt para sentar a Kim Min-jae, el hombre más flojo de la defensa bávara en la ida. Ancelotti apostó por el mismo bloque de Múnich, con la única entrada de Carvajal en el once tras cumplir su sanción y reservando a Camavinga en el banquillo.
El Madrid salió más decidido a por el partido; con la posesión claramente de su lado, pero a su vez moviendo la pelota rápido. En el primer cuarto de hora logró embotellar al Bayern en su área como si del final del choque se tratara y los blancos tuvieran que salvarse con un gol. Y el Bernabéu lo cantó antes de tiempo, ya que Neuer tocó lo justo un tiro de Vinicius que se fue al palo y atrapó el rechace con todo a favor de Rodrygo.
Hasta la media hora, el Bayern tuvo serios problemas. Le costaba entrar en juego y más en concreto a su estrella, Harry Kane -sólo diez toques al balón en la primera media hora-. El inglés, eso sí, demostró con una volea, que fue bien atajada por Lunin, que no le hace falta mucho para crear peligro. Se lesionó Gnabry, que llegó muy justo a la ida, y entró Alphonso Davies. El cambio le vino bien al conjunto alemán para ordenarse mejor.
En los quince minutos finales de la primera parte se notó el desgaste de un Madrid, hasta ese momento, con el balón -siempre movido extraordinariamente por Kroos- y más agresivo por las bandas. Un centro peligrosísimo de Vinicius fue salvado por Neuer, ya que sino se colaba dentro. El Bayern resistió, con un rearme defensivo rápido, pero a la vez dio la sensación de peligro cuando se acercó al área blanca. La primera mitad acabó con 0-0 en el marcador y buen ritmo sobre el campo, aunque en los de casa se echó en falta algo más de jugadores como Bellingham o Valverde.
La resistencia activa del Bayern
El Bayern salió fuerte tras el descanso y algún suspiro se escuchó en el Bernabéu con un disparo de Davies que rozó la cruceta. Pero ahí estaba Vinicius para levantar al equipo y a todo el estadio. El brasileño capitalizaba el peligro blanco y generaba con su juego y sus gestos a la grada un cúmulo de emociones entre el madridismo. Kimmich, De Ligt y hasta Sané en las ayudas se volvían locos intentando descifrar por dónde iría el balón cuando Vini lo tenía en sus pies.
A Rodrygo, tras una fría primera parte en la resolución, le seguían sin entrar. Primero otro remate a centro de Vinicius que no encontró portería y luego una falta que atajó Neuer. Se escuchaban los '¡uy!', sobre todo, tras una electrizante jugada del '7' del Madrid que acabó en un potente disparo con la diestra y otra gran parada del portero alemán. Los de Ancelotti entraban en calor, pero seguía sin abrir el marcador.
El fútbol va de marcar goles y el Bayern aprovechó mejor la que tuvo. Cuando parecían más tocados los de Tuchel, una pérdida de Rodrygo originó una rápida contra bávara. Kane hizo una gran apertura y Davies, tras un recorte y disparando con la derecha, su pierna mala, hacía el 0-1 que daba momentáneamente el pase a la final a su equipo.
Cayó como un jarro de agua helada el gol entre los blancos, aunque el Bernabéu intentaba levantar a los suyos. Ni cinco minutos después del tanto del Bayern pudo llegar el empate. El Madrid marcó en una jugada llena de rebotes en el área germana y se cantó el gol. En el césped cayó tendido Kimmich y los alemanes protestaron una falta de Nacho sobre él. El árbitro, Szymon Marciniak, lo revisó en el VAR. La repetición mostró que el central se quitó de encima al jugador bávaro, que le agarraba con los dos brazos, poniéndole las manos en la cara. El colegiado decidió que había falta y anuló el tanto.
El eterno milagro blanco
Al Madrid cada vez le quedaba menos tiempo. Antes del gol anulado, Ancelotti metió a Modric y Camavinga en el campo por Kroos y Tchouaméni. A falta de diez minutos hizo dos sustituciones más: Brahim y Joselu por Valverde y Rodrygo. Luchaba el equipo blanco hasta el final, fiel a su espíritu, y el milagro volvió a hacerse realidad.
Cuando el partido se acercaba al descuento final, con el estadio en pie empujando a su equipo, el Madrid logró el tanto del empate. Un robo en el centro del campo desató el ataque blanco. Vinicius disparó desde lejos y Neuer, el que había sostenido al Bayern en los momentos críticos y el portero con más porterías a cero de la historia de la Champions, falló. Al alemán se le escapó el balón y Joselu, como buen matador de área, apareció para empujarla hacia dentro. El éxtasis se apoderaba del estadio, aún con un largo tiempo añadido por jugarse.
En el frenesí de noches así en el Bernabéu parece imposible parar la furia del Madrid. Se añadieron nueve minutos, pero ni tres después del 1-1, otra aparición de Joselu en el área ponía por delante a los blancos. El delantero español, tocado con una varita desde que salió al campo, metió la pierna para empujar a gol un centro de Rüdiger. El VAR miró si había fuera de juego y, tras comprobar que no, validó el tanto que mete al Real Madrid en otra final de Champions más.
El partido tenía reservado una polémica final. En una de las últimas jugadas, el Bayern colgó el balón al área y el línea señaló el fuera de juego justo cuando los alemanes marcaban gol. La jugada estaba bien invalidada, pero durante unos segundos creó una incómoda incertidumbre entre el madridismo. Minutos después estaba olvidado. Marciniak pitaba el final y en las gradas se reproducían los gritos de locura, los abrazos entre unos y otros y algunas lágrimas derramadas por la tensión contenida. Los alemanes se fueron enfadados por esta acción final, aunque no tuviera recorrido.
El Real Madrid volverá a jugar una final de Copa de Europa sólo dos años después de la última. La sexta desde 2014 y la decimoctava de su historia. En Wembley espera el Dortmund de Jadon Sancho, Matts Hummels y Marco Reus. Ellos, como toda Europa, saben que a los de blanco hay que matarlos ocho veces o más para acabar con ellos. Y si no lo sabían, sólo han tenido que ver lo que les ocurrió a sus compañeros de liga este miércoles en el Bernabéu.
Real Madrid 2-1 Bayern Múnich
Real Madrid: Lunin; Carvajal, Nacho, Rüdiger, Mendy; Tchouaméni (Camavinga, m.70), Kroos (Modric, m.70), Fede Valverde (Joselu, m.81), Bellingham (Militao, m.98); Vinícius y Rodrygo (Brahim, m.81).
Bayern Múnich: Neuer; Kimmich, Dier, De Ligt, Mazraoui; Laimer, Pavlovic; Sané (Kim, m.76), Musiala (Choupo-Moting, m.85), Gnabry (Davies, m.28); y Kane (Müller, m.85).
Goles: 0-1, m.68: Davies. 1-1, m.88: Joselu. 2-1, m.91: Joselu.
Árbitro: Szymon Marciniak (Polonia). Amonestó a Camavinga (101) por el Real Madrid.
Incidencias: Encuentro de vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Santiago Bernabéu, lleno, con 83.186 espectadores, 4.000 seguidores del Bayern.