El Girona consiguió el pasado fin de semana el ansiado premio a una temporada sobresaliente. El equipo dirigido por Míchel se convirtió por primera vez en su historia en equipo de Champions League. Palabras mayores para un club que hace no tanto estaba en Segunda División.
Los catalanes lograron un hito histórico y lo hicieron en un día muy especial. El Barça, el club por antonomasia de la comunidad autónoma, visitaba Montilivi en un duelo trascendental por la segunda plaza del campeonato de Liga. Los de Xavi llegaron incluso a estar por delante en el marcador al descanso, pero su segunda parte fue una escabechina.
El Girona, de la mano de Portu, sacó a relucir su mejor fútbol y ofreció una exhibición ante su público para remontar el choque con tres goles en apenas un cuarto de hora y volver marcarle cuatro tantos al Barça. Igual que en la ida.
Tras el pitido final se consumó por fin de forma matemática la clasificación para la Champions League. Montilivi se convirtió en una fiesta. No era para menos, ese feudo va a escuchar el himno de la Champions en los próximos meses.
Éxito del City Group
El éxito del Girona esta temporada supone un empujón para el City Group, una sociedad que administra clubes de fútbol y cuyo club insignia es el Manchester City de quien posee el 100% de su poder. A partir del cuadro citizen llegan otros clubes como el Melbourne City, New York City, Palermo, Yokohama, Troyes... Y Girona.
El conjunto catalán, reforzado esta temporada con tres talentos del equipo que dirige Pep Guardiola (Yan Couto, Yangel Herrera y Savio) ha encontrado en la multipropiedad una forma de rebelarse contra la hegemonía del Real Madrid y el Barcelona en La Liga.
Y es que Couto -60% de los minutos disputados-, Herrera -70% -70% de los minutos disputados- y, sobre todo, Savio -90% de los minutos disputados, 8 goles y 9 asistencias- han sido claves en el éxito que el Girona ha cosechado esta temporada.
La multipropiedad ha permitido al Girona lucir músculo financiero y buenas finanzas. Dos elementos clave a la hora de poder acudir a un mercado cada vez más saturado por los millones de la Premier. Aunque sólo sean tres futbolistas, ninguno de ellos hubiera recalado en el Girona de no ser por la mano de la propiedad.
'Divorcio' con el City
La clasificación para la Champions League del Girona supone un 'problema' para su copropiedad con el Manchester City. Según el reglamento de la UEFA, el el Girona tiene vía libre jugar la Champions League, aunque también participe el Manchester City en la misma competición, siempre y cuando realice una reestructuración en su Consejo de Administración.
Los consejeros del club catalán son Marcelo Claure, Roger Solé, Ingo Bank, John MacBeath y Simon Cliff. Los tres últimos también forman parte del City y deberán desvincularse de la entidad gerundense para evidenciar que el City no toma decisiones en el club. Además, el Girona también tiene que acreditar que el equipo británico no tiene influencia en la dirección deportiva del conjunto catalán.
[La construcción del Girona líder: la ventaja que saca del City Group no son los grandes fichajes]
Además, UEFA apunta que los clubes multipropiedad no pueden traspasarse ni cederse jugadores entre sí, ni subscribir ningún tipo de cooperación, ni acuerdos técnicos o comerciales conjuntos; y no utilizar bases de datos conjuntas de ojeadores y jugadores.
Habrá que ver, pues, lo que sucede con el futuro de Yan Couto, cedido por el Manchester City, y de Savinho, a préstamo por el Troyes, que es propiedad del City Football Group. Unas cuestiones que se resolverán en los próximos meses.
El caso del Troyes
Precisamente, el equipo con los derechos de Savinho, el Troyes, es un ejemplo totalmente antagónico de lo que está siendo el Girona. Y es que el club francés ha sufrido dos descensos consecutivos. En mayo de 2022 estaba en Ligue 1 y este pasado fin de semana descendió a la tercera categoría del fútbol francés.
La gestión del conglomerado cuyo equipo matriz es el Manchester City ha provocado una oleada de críticas en Francia, a tal punto de estallar en la propia ciudad de Troyes. En su partido contra el Valenciennes del pasado viernes, los ultras, hartos de las irregularidades por parte de los dirigentes, decidieron lanzar bengalas al terreno de juego, provocando la suspensión inmediata del encuentro y certificando el descenso del conjunto francés a National (Tercera División).
El City Group anunció la adquisición del Troyes en septiembre de 2020 y los inicios fueron prometedores. Lograron el ascenso a Ligue 1 y todo hacía presagiar a un proyecto candidato a ocupar la zona noble del campeonato francés.
Sin embargo, su vuelta a la élite no fue nada fácil y en el primer año finalizaron decimoquintos y sufriendo para certificar la permanencia. Pero todo empeoró al año siguiente con un nuevo descenso a Ligue 2. El proyecto quedaba en entredicho y este curso ha llegado el batacazo definitivo. El Troyes ha descendido a la tercera categoría y el fracaso del City Group con el club galo se ha consumado. No todo reluce como sí ocurre en Girona.