El Camp Nou sigue con su proceso faraónico de transformación para adecentarse a los nuevos tiempos. La reforma integral que está experimentando el estadio del Fútbol Club Barcelona ha llevado al equipo a tener que disputar esta temporada sus partidos oficiales como local en Montjuïc, pero los plazos pueden dilatarse más de lo esperado.
El Barça quiere regresar cuanto antes a su casa de siempre porque no termina de aclimatarse al estadio de Montjuïc, y aunque tenía previsto hacerlo ya para la temporada que viene es probable que la realidad dicte unos tiempos muy diferentes a los esperados.
Y es que al igual que sucedió con las obras en el Santiago Bernabéu, parece que los plazos más optimistas no se van a poder cumplir. En el caso del estadio del Real Madrid es cierto que cogió una pandemia entre medias, pero en el caso del Camp Nou la obra es también de tal magnitud que desde la constructora ya asumen que el remate de este estadio va para largo.
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Las obras avanzan a buen ritmo, más o menos según los plazos estipulados hasta el momento, pero los implicados en esta obra asumen que va a ser misión imposible que todo esté a punto para que el Barça esté jugando allí en noviembre. Ese era el sueño de Joan Laporta, pero parece que va a tener que conformarse con buscar otra alternativa ante estas previsiones frustradas.
Dos años de obras
Ahora mismo la reforma del Camp Nou se centra mucho en los trabajos subterráneos. De hecho, se espera que el nuevo aspecto del estadio, terminado por completo, se dilate todavía durante dos años más, un plazo incompatible con la intención de jugar allí ya en el próximo mes de noviembre.
De hecho, todavía los operarios no han podido ejecutar ningún trabajo relativo al levantamiento de la tercera grada, esa que le daría una capacidad extra al Camp Nou por encima de los 100.000 espectadores.
Al parecer, ese anillo superior no empezará a construirse hasta 2025, de nuevo una fecha que choca de frente con la posibilidad de que el Barça esté de vuelta a casa en el mes de noviembre.
Y es que si el Camp Nou no está por entonces lo suficientemente avanzado, pasaría a ser un estadio cuyas butacas quedarían prácticamente al completo al descubierto. Incluso el palco presidencial dejaría de tener techo, un escenario que se presenta como otro elemento más insalvable con la disputa de partidos oficiales de primer nivel allí.
Sin esa tercera gradería que no empezaría a construirse hasta 2025, el Camp Nou vería reducida su capacidad hasta unos 65.000 espectadores, una cifra lejana del aforo que quiere tener el club culé con la reforma y también que dista mucho del aforo anterior.
La junta directiva de Joan Laporta quiere que el estadio luzca sus mejores galas para conmemorar en noviembre de 2024 el 125 aniversario de la fecha de fundación del Fútbol Club Barcelona. Sin embargo, la realidad actual dice que no será posible llevar a cabo ningún acto de celebración en el Camp Nou dadas las previsiones que hay ahora mismo con los plazos de ejecución de las obras.