De la gloria al infierno. Estas son las cosas que tiene el deporte y que tantas veces se han repetido en el fútbol, un equipo que un día está arriba disfrutando de los mejores momentos de su historia y que poco tiempo después se ve prácticamente pidiendo socorro a gritos.
Esto es lo que le pasa actualmente al Schalke 04. El equipo de Gelsenkirchen atraviesa uno de los momentos más delicados de toda su historia. Lejos de las mieles de las competiciones europeas que saboreaba hace no tanto, su cruda realidad dice ahora que esta temporada tendrá que pelear hasta el último momento por no caer a la tercera división alemana.
Los blanquiazules compiten en la 2.Bundesliga desde que dijeran adiós a la élite, y ahí se encuentran en la zona baja de la competición. Sus decenas de miles de aficionados viven en vilo porque saben que esta situación deportiva tan comprometida podría llevar a algo más, a un desenlace dramático que podría desembocar incluso en la desaparición de esta entidad con tantos años de historia.
Las cuentas no le salen al Schalke desde hace tiempo. Su deuda multimillonaria resultaría incompatible con la viabilidad en el tercer escalón del fútbol germano, así que un descenso tendría casi seguro terribles consecuencias.
Después de una primera vuelta completada, el equipo que actualmente dirige desde el banquillo Karel Geraerts se encuentra al borde del abismo. Los de Gelsenkirchen se encuentran fuera de la zona de descenso, pero tienen los mismos 20 puntos que el Braunschweig y que el Rostock, por lo que las urgencias son notables.
Un pasado glorioso
No hace falta echar mucho la vista atrás para recordar a un Schalke paseándose por los mejores campos de Europa en plena Champions League. La última vez que los blanquiazules jugaron la máxima competición continental fue en la temporada 2018/2019. En aquella ocasión llegaron a los octavos de final, aunque allí se cruzaron con un Manchester City que les pasó por encima sin ningún tipo de oposición.
Esos octavos de final se convirtieron en el techo reciente de los germanos en Champions, porque también detuvieron ahí su camino en las temporadas 2021/2013, 2013/2014 y 2014/2015. Eran tiempos boyantes, pero todo el mundo recuerda la campaña 2010/2011 en la que los alemanes se quedaron a las puertas de la final.
En aquella ocasión el Schalke se coló hasta las semifinales de la Champions League. Fue el Manchester United el que se interpuso en el sueño germano. Ralf Rangnick era por entonces el entrenador.
Lo más llamativo, puesto en perspectiva todavía más, fue la plantilla que tenía en aquella época el Schalke. Con una delantera formada por Raúl González y Huntelaar, el resto del equipo tenía unos nombres propios increíbles. Neuer en la portería, Höwedes o Metzelder en defensa, Rakitic o Jurado en el centro del campo, y otros atacantes como Draxler, Farfán o Edú.
Ahora, todo aquello parece de otro siglo, recuerdos de una época muy feliz para los aficionados de Gelsenkirchen. Su Champions League, esta temporada, es sin ningún tipo de duda salvar la categoría y evitar el descenso a la tercera división.