El pasado domingo por la noche saltó la noticia que mantuvo en vilo durante días enteros a cientos de aficionados del Sevilla. El Ministerio del Interior francés prohibía a los aficionados andaluces viajar al país vecino para poder ver en directo el último partido de la fase de grupos de la Champions League entre el Lens y el Sevilla, algo que enseguida causó un gran revuelo en Nervión.
La orden firmada por el prefecto de Lille-Arras tras el adelanto realizado por el ministro del Interior, Gérald Darmanin, cayó como una losa apenas unas horas antes de un partido que se antojaba además decisivo en lo deportivo para el Sevilla en su meta de seguir vivo en las competiciones europeas.
Cientos de sevillistas tenían ya su viaje planificado, con vuelos de avión comprados, noches de hotel reservadas y hasta días de trabajo pedidos para poder ver al equipo de sus amores en directo, así que la incertidumbre se apoderó de todos ellos. Rápidamente, diferentes organismos, entre ellos el club y hasta el propio Gobierno español, tomaron cartas en el asunto para tratar de revertir esta situación.
[El Gobierno francés recula y los aficionados del Sevilla podrán acudir al partido contra el Lens]
Felizmente, apenas unas horas antes del choque y ya con cientos de sevillistas en suelo francés, se conoció la noticia que parecía más lógica. En torno a las 16:00 horas (con el pitido inicial programado para las 18:45 horas) se levantó el veto y los hinchas andaluces pudieron acceder al estadio para presenciar en directo el choque.
EL ESPAÑOL habla con Carlos Jiménez, representante de la Federación de Peñas Sevillistas, que cuenta el sentir de la afición hispalense y la manera en la que han vivido, instalados en la más absoluta incertidumbre, las últimas horas previas antes del partido contra el Lens.
Sin saber qué hacer
Se esperaba que fueran 300, pero finalmente cerca de 200 aficionados del Sevilla pudieron estar en las gradas del Bollaert-Delelis para presenciar el que fue el último partido de su equipo en Europa esta temporada. Lo hicieron con normalidad, sin ningún tipo de problema, pero sí con una angustia previa difícil de gestionar.
"Las horas previas al partido las hemos vivido con mucha incertidumbre, sin entender el sinsentido que había con respecto a la decisión del Ministerio del Interior francés, y a la expectativa de lo que pudiera ocurrir", relata para este periódico Carlos Jiménez.
Desde que saltó la noticia hasta unas pocas horas antes del partido, los aficionados eran pesimistas sobre un posible levantamiento de este veto que les impedía tanto viajar como entrar al estadio: "Sí que ha habido momentos en los que la gente pensaba que no se iba a entrar, pero siempre con la esperanza de que hubiera luz verde porque ni se ha avisado con tiempo, ni era algo lógico lo que se había decidido. Por lo tanto, la gente sí que ha llegado a pensar que se quedaba fuera", cuenta Jiménez.
Sin embargo, desde la Federación de Peñas Sevillistas destacan la labor que han realizado diferentes organismos, incluido el suyo, para poder darle la vuelta a esta situación y que finalmente pudiera haber aficionados del Sevilla en el estadio del Lens: "Gracias a los movimientos del club, de la Federación de Peñas y de diferentes estamentos e instituciones, hasta por parte del Gobierno de España, se ha puesto cordura y se ha tenido una solución satisfactoria".
De hecho, en la propia Federación de Peñas Sevillistas no entienden que un problema que sobre el papel afecta a algunos grupos ultras en Francia les tuviera que salpicar a ellos, que viajaban sin ningún ánimo más allá del de animar a su equipo: "Ha imperado la cordura, no había motivos para matar moscas a cañonazos. Es un problema de seguridad que tiene el país francés y que no tiene por qué afectarle al Sevilla", finaliza Jiménez.
Apoyo de la afición del Lens
Lo cierto es que pese a que esta medida de seguridad extrema trataba de evitar enfrentamientos entre los aficionados del Sevilla y del Lens, especialmente entre los más radicales, no se llegaron a registrar incidentes en los días ni en las horas previas del partido aunque ya había afición hispalense desplazada.
De hecho, se llegó a amenazar con que los aficionados españoles no podrían portar distintivos del Sevilla bajo pena de multa, y eso hizo que varios de los desplazados tuvieran que pasearse por Francia con las bufandas, camisetas y banderas de su equipo ocultas para no generar alboroto.
Sin embargo, dentro del estadio la afición del Lens tuvo un guiño con la hinchada del Sevilla y en los primeros minutos del partido desplegó una pancarta que el mundo entero pudo ver con nitidez a través de la televisión. "Apoyo a los aficionados del Sevilla", se pudo leer en un perfecto castellano. Lo peor, que los sevillistas presentes en Francia no se pudieron llevar una alegría con su equipo.