El juez Joaquín Aguirre, que investiga el llamado caso Negreira, sospecha que los pagos del Barça al exvicepresidente de los árbitros produjo "los efectos arbitrales deseados por el FC Barcelona, de tal manera que debió existir una desigualdad en el trato con otros equipos".
Todo ello habría provocado "la consiguiente corrupción sistémica en el conjunto del arbitraje español". Así lo ha manifestado el magistrado en el auto más reciente de esta investigación judicial, en el que, además, atribuye un delito de cohecho al club culé.
La investigación judicial ha calculado que el FC Barcelona pagó, al menos, siete millones y medio a las empresas de José María Enríquez Negreira mientras era número dos del Comité Técnico Arbitral (CTA).
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En su auto, el juez Aguirre sostiene que, "con toda claridad", los pagos realizados a la familia "fueron para que ejecutara actos relativos al ejercicio de su cargo, ya fuera por su influencia con otros miembros del CTA encargados de la designación de los árbitros, ya fuera porque puntuara a los árbitros condicionando su ascenso o descenso, ya fuera por su influencia general como vicepresidente y la ascendencia sobre otros miembros del Comité Técnico, que, con toda seguridad, debía tener si fue mantenido en el cargo durante 25 años".
De hecho, tal y como recuerda el magistrado, el delito de cohecho se consuma cuando se efectúa un pago indebido a un funcionario, "se demuestre o no la corrupción sistémica del arbitraje español a causa de tales pagos". El auto señala que, a ojos del Juzgado, Enríquez Negreira "tenía el concepto legal de funcionario", dado su cargo.
"Participaba del ejercicio de funciones públicas durante el periodo de tiempo en que el FC Barcelona le pagó. Precisamente, dejó de pagarle cuando cesó en su cargo de vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros [en 2018]. De aquí se deriva, al menos con carácter indiciario, que los pagos se hicieron en atención al cargo que desempeñaba como vicepresidente del Comité Técnico Arbitral", subraya la resolución.
Concretamente, Joaquín Aguirre atribuye el delito continuado de cohecho pasivo (por recibir los pagos) a Enríquez Negreira y a su hijo. A éste, como "cooperador necesario".
Además de al club culé, el juez también imputa este delito, en su modalidad activa (por efectuar, supuestamente, los pagos) a los expresidentes del Barça Josep Maria Bartomeu y Sandro Rosell.