Luis Rubiales se refugió en Motril (Granada), en casa de su madre, durante el fin de semana tras estallar la polémica por el beso a Jenni Hermoso y otros de sus actos en la final del Mundial femenino. Pero la presión social ejercida sobre él sigue en la localidad andaluza, lo que ha generado la respuesta de Ángeles Béjar, la madre, iniciando una huelga de hambre dentro de la iglesia.
La llegada de Rubiales a Motril fue al arranque del fin de semana. Antes de la tormenta preveía pasar allí un tiempo de descanso, con su gente, y hasta se había organizado un partido de fútbol del que iba a ser partícipe como homenaje por la consecución del Mundial femenino. Y todo se fue por la borda, dada la suspensión del presidente de la RFEF por parte de la FIFA.
El Ayuntamiento de Motril canceló el partido que estaba previsto para el sábado por la tarde en el Estadio Municipal Escribano Castilla. Ante el riesgo de que se produjeran actos que supongan una alteración del orden público, ya que a la hora de su celebración se había convocado una concentración feminista de protesta, se decidió suspender el encuentro.
En un comunicado, el consistorio manifestó que "ante la posibilidad de que se produzcan actos que puedan suponer un posible delito de alteración del orden público y dentro de las competencias municipales, se procede a la suspensión del partido de fútbol organizado por el C. F. Motril que se iba a celebrar esta tarde en el Estadio Municipal Escribano Castilla".
Las protestas en contra de Rubiales en las inmediaciones del estadio municipal fueron desconvocadas, pero en sus paredes aparecieron pintadas atacando al presidente de la RFEF ahora suspendido de sus funciones.
Frases como "Rubiales machista" ,"Jenni contigo" , "#SeAcabó" y "Rubiales a prisión" aparecieron el sábado en las paredes del estadio donde se iba a jugar el partido entre amigos de Rubiales. Este lunes las pintadas han sido retiradas, pero la presión sigue en la localidad andaluza.
La madre, en huelga de hambre
Ahora la atención se centra en la iglesia de la Divina Pastora de Motril. Allí se ha encerrado la madre de Rubiales en huelga de hambre por la "cacería" contra su hijo. Ángeles Béjar -así se llama la madre- se ha atrincherado y exige a Jenni Hermoso "que diga la verdad" sobre el caso.