España empezó este Mundial como un grupo profesional y lo terminará como familia, y puede que con un oro colgado del cuello. Es la otra gran victoria de esta Selección, la de Jorge Vilda y Luis Rubiales. Porque no se puede olvidar lo turbulento que fue el último año en el entorno del combinado nacional, lo cual refuerza todavía más que este equipo haya sido capaz de alcanzar la gran final del domingo.
Esa familia formó un corrillo este martes en el Eden Park de Auckland nada más ganar con épica a Suecia (2-1). Las 23 jugadoras, todo el cuerpo técnico e incluso Rubiales y varios miembros más de la expedición de la Federación (RFEF) se abrazaron sobre el césped. La emoción estaba presente en cada uno de sus rostros.
Vilda ejerció de líder y dejó un mensaje ya imborrable, más aún si de Oceanía vuelven con el título: "Hemos puesto de pie a todo un país y ahora hay que sacarlo a la calle el domingo ganando el Mundial". Tras eso, y un grito de "a la final, oé, a la final, oé...", la euforia se apoderó de todo el mundo entre saltos y demás celebraciones.
Rubiales destacaba a Vilda como "el artífice fundamental e indispensable" del histórico paso de España por este Mundial. Vilda también sabe que sin el respaldo de Rubiales ni él ni su cuerpo técnico estarían donde están. "Hemos aguantado mucho", resumía el máximo mandatario de la RFEF. Con un motín de por medio, ambos se abrazaron con alivio este martes.
Ese motín estalló el pasado mes de septiembre. Jorge Vilda, entrenador de la Selección desde 2015, se enteró por las espaldas que 15 de sus jugadoras no le querían. Más de la mitad del equipo, incluyendo a varias de sus estrellas, quisieron chantajear a la Federación: "O él o nosotras".
Pero Rubiales no cedió. En la Federación no encontraban motivos para prescindir de un entrenador que también antes había dirigido a la Sub17 y la Sub19 de España. Se entendió que el motín se debía a algo personal de un grupo de jugadoras, nada deportivo aunque quisieran señalar a Vilda como un mal entrenador. Y tanto el presidente como el seleccionador aguantaron el temporal.
La presión mediática agrisó aún más el ambiente del equipo nacional, mientras que algunas partes también lanzaban ataques interesados contra Rubiales aprovechando la situación. La única realidad es que esto, presionar para echar a un entrenador, ya había ocurrido en el FC Barcelona (contra Lluís Cortés tras ganar el triplete). La Selección no iba a dejar que las jugadoras -en su mayoría las mismas que en el caso del club azulgrana- decidieran quién mandaba y quién no.
La firmeza y valentía de Rubiales manteniendo la confianza en Vilda da meses después sus frutos. El éxito de España en este Mundial pone en valor la figura de un entrenador del que antes se pusieron en tela de juicio temas personales. "Es un hombre con una capacidad bestial. De los mejores entrenadores del mundo. Un top mundial que ha tenido muchas ofertas, pero que ha seguido trabajando", quiso resaltar el presidente del técnico madrileño tras la victoria de semis.
Vilda asumió el reto de reconstruir una Selección a la que le faltaban muchas piezas. En el Mundial, la mayoría de sus decisiones han sido acertadas: apostar por Tere Abelleira en el lugar de Patri Guijarro, la gran estrella que renunció a ir al torneo junto a Mapi León; confiar en el talento joven, como el de una Salma Paralluelo que se ha vestido de heroína con sus goles; o dar peso a secundarias, caso de Olga Carmona, que ahora se han ganado a pulso ser protagonistas.
La apuesta por el fútbol femenino
La Federación puede presumir del trabajo de Vilda, de este Mundial y del camino recorrido desde hace cinco años cuando Rubiales llegó a su presidencia. Potenciar el fútbol femenino siempre fue una de las claves para la RFEF actual: de 40.000 niñas federadas se ha pasado a 100.000 y en la Selección ya no hay equipos sin cuerpos médicos ni con cuerpos técnicos sin contrato como antes.
La apuesta por este Mundial de Australia y Nueva Zelanda también ha sido fuerte. "La RFEF hizo la mayor inversión de todas las federaciones", resaltó Rubiales. Desde 15.000 euros a cada jugadora para que puedan estar acompañadas de sus familias hasta unas primas que "se pagan con alegría" y que incluyen al cuerpo técnico.
Paso a paso, España ha seguido haciendo historia. No ha dejado de encadenar rondas que nunca antes había pisado en un Mundial (el límite eran los octavos de final) hasta llegar a una final en la que ya espera a Inglaterra o Australia. Con Vilda como protagonista y con un grupo que ha acabado uniéndose como una familia. "El odio no puede ser el motor en la vida, sí el amor", recalcó Rubiales.
Esta Selección es superior a todas esas personas a las que no les interesaba sumar, a las que, por resentimiento, cantaban que este equipo estaba llamado a caer a la primera de cambios en el Mundial. La realidad ha sido otra bien distinta y pone a cada uno en su lugar. Solo el oro puede hacer aún más grande lo que ya es una victoria de Vilda y Rubiales.