El Paris Saint-Germain está viviendo un verano muy convulso. La figura de Kylian Mbappé y su decisión de continuar en la entidad pese a no renovar ha provocado que un seísmo haya azotado al club. Las presiones de Nasser Al-Khelaïfi y Qatar para que se marche no parecen surtir efecto, aunque ya se han puesto manos a la obra para planificar la temporada sin él.
El equipo que dirige Luis Enrique ha vuelto a ser uno de los grandes animadores de este mercado de fichajes y no para de reforzar sus líneas. Una maniobra para meter presión a Mbappé y así hacer que se marche de París, sin embargo, la maniobra no parece haber surtido efecto en el futbolista.
Este mercado estival ha supuesto una pequeña revolución dentro del equipo. La salida de Christophe Galtier, anterior técnico, ha provocado el desembarco de Luis Enrique. El que fuese seleccionador español decidió embarcarse en un proyecto donde tendría plenos poderes, pero parece haber entrado a formar parte de una tela de araña.
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Esto ha hecho que esta pretemporada apenas se vea un PSG reconocible sobre el terreno de juego. Los resultados no han acompañado y solo han conseguido sumar dos victorias en cinco encuentros. Más allá de eso, el equipo no ha mostrado ese espíritu que se le presupone con el nuevo entrenador y se le ha visto muy frágil, especialmente en el aspecto defensivo.
Una situación que ha provocado una inestabilidad en la institución y una sensación de descontrol absoluto. Esto habría dado a lugar a que una figura muy importante dentro del PSG como es Luis Campos, consejero del club, tenga las horas contadas y se marche en las próximas semanas. Una maniobra, además, muy relacionada con Mbappé, ya que ambos mantienen una estrecha amistad desde hace años.
Enorme despilfarro
El PSG, auspiciado por los petrodólares de Qatar, ha vuelto a ser uno de los clubes que más se han movido en el mercado veraniego. Ha firmado a futbolistas de la talla de Manuel Ugarte, Lucas Hernández, Kang-In Lee, Milan Skriniar, Marco Asensio, Arnau Tenas o Cher Ndour.
Unos más reconocidos y otros menos, pero varios de ellos han supuesto una inversión considerable para el PSG. Asensio, Tenas, Ndour, Kang-In Lee y Skriniar han llegado con la carta de libertad. Sin embargo, también hay que contar el dinero invertido en la vuelta de Xavi Simons y en la opción de compra obligatoria de Hugo Etikike, que ronda los 30 millones de euros.
El mercado del Paris Saint-Germain ha servido para que desembolsen un total de 159,5 millones de euros. Una cantidad que no parece mucho tal y como se mueve el mercado, pero que superará ampliamente los 200 millones y se acercará a los 300 con sus próximos fichajes, que se harán oficiales en las próximas semanas.
Ousmane Dembélé aterrizará desde el Barcelona previo desembolso de 50 millones de euros. Por otro lado, Gonçalo Ramos hará lo propio desde el Benfica a cambio de una cifra cercana a los 80 millones. Dos incorporaciones llamadas a tener protagonismo, pero que suponen un desembolso notable para el PSG.
Sin embargo, hay otra realidad y es que el club quiere seguir rompiendo la banca para fichar a dos futbolistas muy prometedores. Es el caso de Randal Kolo Muani, jugador del Eintracht de Frankfurt por el que están dispuestos a pagar 100 millones, y Bradley Barcola, del Olympique de Lyon por el que piden alrededor de 40. Un completo despilfarro que parece no haber finalizado.
Sin resultados e identidad
La llegada de Luis Enrique al PSG este verano supuso el aterrizado de un entrenador experimentado al máximo nivel. El español llegaba tras haber terminado su periplo en España tras el Mundial de Qatar y su intención era tomar las riendas de un proyecto importante. Al-Khelaïfi se lo ofreció y él aceptó bajo la promesa de tener capacidades de mando.
Más de un mes después de aterrizar, Luis Enrique se ha encontrado con una situación más complicada de lo esperado. La presencia de Mbappé en el equipo, al cual quiere fuera lo antes posible, o las dudas sobre el terreno de juego han supuesto un contratiempo su estancia en París.
Los resultados en la pretemporada han dejado mucho que desear. En cinco partidos disputados solo ha ganado dos, frente a Jeonbuk y Le Havre. Una serie de resultados escasos para lo que se presupone un desembolso de tal calibre, ya que contra Inter de Milán, Cerezo Osaka y Al-Nassr dio una sensación de debilidad. De hecho, contra los italianos y los japoneses se dejó remontar en los últimos minutos, algo que demuestra la falta de contundencia y la relajación que impera sobre el campo.
Es más, el técnico español parece no haber sido capaz de dotar a su plantel con su fuerte carácter en los partidos. Una ausencia de identidad que demuestra que la plantilla del PSG no está completamente adaptada a su nuevo entrenador y que parece que tendrá que entender una manera de entender el fútbol diferente a la que tenían entrenadores anteriores.