Dani Alves continúa detenido en la prisión de Brians 2 de Barcelona después de haber sido acusado por una joven de 23 años de haberla agredido sexualmente durante la noche del 30 de diciembre. Los hechos denunciados se habrían producido en una fiesta celebrada en la discoteca Sutton de Barcelona.
La joven y el futbolista brasileño permanecieron juntos en los baños de unos de los reservados del local de ocio nocturno durante alrededor de un cuarto de hora. Allí mantuvieron relaciones sexuales, pero ambos difieren en el consentimiento. La chica de 23 años asegura que fue forzada y víctima de un comportamiento por parte del jugador mientras que Alves afirma que el encuentro sexual se produjo de manera consentida.
El que fuera futbolista de equipos como el Barça, el Sevilla, la Juventus o el PSG lleva detenido desde el pasado 20 de enero y la Audiencia de Barcelona ya ha desestimado en varias ocasiones las peticiones de libertad provisional solicitadas por su defensa. El equipo que acompaña a Dani Alves y que está liderado por el conocido abogado Cristóbal Martell prepara ahora una nueva estrategia de defensa después que esta haya variado en múltiples ocasiones. El último punto al que se agarran tiene que ver con el "flujo vaginal".
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La intención de la defensa es preparar una estrategia que desacredite los argumentos de la supuesta víctima y que lo haga también con la investigación de los Mossos d'Esquadra y con los informes forenses realizados a la joven en el Hospital Clinic aquella misma noche del mes de diciembre del 2022.
Las muestras de ADN recogidas del cuerpo de la víctima coincidían con las de Dani Alves y refuerzan la versión de que el brasileño agredió a la joven. El futbolista ha variado ya su relato de los hechos hasta en cuatro ocasiones, pasando de no reconocer el encuentro y de no conocer a la chica hasta admitir que hubo penetración en sus relaciones. Sin embargo, su única salvación sigue pasando por demostrar que hubo consentimiento de la joven. Eso y conseguir que la jueza del caso interprete que ha habido una narración desvirtuada de lo sucedido.
La defensa de Dani Alves tiene una esperanza y es que consideran que los análisis del flujo vaginal de la joven deben demostrar que la relación fue consentida. Antes ya afirmaron que las lesiones físicas que padecía no eran propias de un acto forzado. Para el equipo de Martell, la presencia de flujo vaginal en el acto impide la realización de un encuentro sexual forzado y eso explicaría la ausencia de lesiones en la cavidad vaginal de la joven de 23 años.
La importancia de la lubricación
Sin embargo, desde el punta de vista de la defensa de la víctima consideran este argumento como ridículo además de ofensivo para la integridad de la denunciante. Y sostienen que los expertos explican que se trata de una leyenda urbana y de una corriente popular extendida la relación entre lubricación femenina y ausencia de agresión sexual. Así pues, se trata de un recurso muy utilizado por abogados penalistas que pone en duda la honestidad de la víctima.
Diversos estudios como los realizados por Roy Levin, experto en fisiología de la sexualidad del Reino Unido, afirman que durante una violación se puede producir, no solo lubricación, sino incluso orgasmos involuntarios. Después de estudiar con detalle informes médicos de víctimas de agresión sexual se podía determinar que muchas de ellas lubricaban por un aumento del flujo sanguíneo en los genitales. Una situación que puede producir algo similar a la excitación o al placer más físico a pesar de ser un acto en contra de su voluntad.
Además, respecto a la ausencia de lesiones, a través de estos informes se explica cómo a veces el cuerpo reacciona fisiológicamente protegiéndose y evitando en la mayor medida de lo posible la existencia de dolencias como acto de supervivencia ante el ataque recibido. E incluso que existen personas que ante situaciones de estrés, miedo, dolor o repulsión reaccionan de una forma contraria a la habitual, cambiando la reducción de excitación sexual por aumento.
Así pues, la defensa de la joven supuestamente agredida considera que las alegaciones que prepara el equipo de Cristóbal Martell solo son un intento por criminalizar a la supuesta víctima. En cualquier caso, confían en que las autoridades consigan diferenciar una reacción física involuntaria de una manifestación de deseo y consentimiento.