El volcán en el que se ha convertido la relación de José María Enríquez Negreira y su hijo con el Fútbol Club Barcelona expulsa cada vez asuntos más turbios. La trama se sigue enrevesando día tras día al destaparse nuevas conexiones que ponen muy en jaque la limpieza de una relación que duró tantos años, así como la credibilidad de la competición al estar involucrado de manera muy directa el número 2 de los árbitros.
Las últimas informaciones destaparon una red de varias empresas vinculadas con el excolegiado y con un exdirectivo del FC Barcelona a través de las cuales se cobraban comisiones y se trataban de disfrazar los pagos de la entidad culé. A la ya conocida sociedad de DASNIL 95 SL, se le suman las marcas NIDSAL SCP y Soccercam SL, ambas pertenecientes a la familia de Enríquez Negreira, y también Tresep 2014 SL, del exmandatario culé Josep Contreras Arjona.
Con estas maniobras, Arjona también sacó beneficio de la relación estrecha de Enríquez Negreira con el Barça ya que en algunos pagos la comisión que se llevó ascendió hasta el 50%. Todas estas conexiones apuntan que el movimiento de dinero desde la entidad culé a la familia arbitral se produjo al menos desde 2001 hasta 2018, precisamente el instante en el que Negreira dejó de ser el vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros.
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Las investigaciones de la Fiscalía siguen abiertas, y a medida que pasan las jornadas se conoce la complejidad de toda esta trama de cifras millonarias de dinero al número 2 del CTA. Por si fuera poco, a Enríquez Negreira le crecen los problemas porque un colegiado en activo en la sala de VAR como es Xavier Estrada Fernández interpuso una querella criminal contra el que fuera mandatario de los trencillas al considerarlos a él y a su hijo "autores de un delito de corrupción deportiva o fraude deportivo".
Las sociedades
José María Enríquez Negreira recibió importantes sumas de dinero por parte del Fútbol Club Barcelona a través de su empresa DASNIL 95 SL, de la que además su hijo Javier Enríquez figuró durante años como el administrador único. Sin embargo, a esta firma ya conocida se suman ahora tres nuevas sociedades diferentes que también forman parte de la misma trama y que trataron de disfrazar las operaciones.
El portal Football Leaks tuvo acceso a una serie de documentos en los que también aparecía NIDSAL SCP, unas siglas que se asocian con una Sociedad Civil Privada, de la que también llegó a ser titular el exvicepresidente de los árbitros. Su hijo Javier Enríquez entra en acción al verse también implicada la empresa Soccercam SL, propiedad del hombre que dio clases de coaching a los árbitros durante años.
Precisamente, los pagos a DASNIL 95 SL finalizan en la temporada 2005/2006 bajo el mandato anterior de Joan Laporta, pero entonces pasan a producirse a la compañía NILSAD SCP, también propiedad de la familia de árbitros.
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La tercera firma nueva en cuestión es Tresep 2014 SL, la que además hace entrar de lleno en la trama a un exdirectivo del propio Fútbol Club Barcelona. Esta sociedad estaba relacionada con Josep Contreras Arjona, que fue mandatario en las épocas de Núñez, Gaspart y Bartomeu el frente de la entidad culé, y que además mantuvo un estrecho vínculo con el actual presidente, Joan Laporta.
A través de Tresep 2014 SL, los documentos muestran que Arjona se llevó comisiones de manera habitual y que en ocasiones la 'mordida' llegó a alcanzar hasta el 50% de los pagos que recibía Javier Enríquez. Es decir, que el antiguo directivo del Barcelona se llevó una cantidad de dinero importante fruto de la relación de Enríquez Negreira con el club.
Arjona, el 'infiltrado' de Negreira en el Barça, tuvo una carrera de lo más polémica y se vio envuelto en varios escándalos aparte de este de los pagos del club culé al vicepresidente del CTA. Fue directivo de la Federación Catalana de Fútbol, y en ese periodo realizó varias obras que fueron adjudicadas a dedo para conseguir un beneficio propio de unos seis millones de euros.
Más favores
En toda esta serie de favores también tiene mucho peso el hijo de José María Enríquez Negreira. Javier Enríquez, aprovechando la figura y la influencia de su padre, formó parte del Comité Técnico de Árbitros como analista desde 1993 hasta 2009, un periodo en el que ya se producían los pagos por parte del FC Barcelona a sus empresas o las de su padre.
Fue además el encargado de dar durante mucho tiempo clases de coaching a los colegiados de Primera División, aquellos que después tenían que arbitrar al Barcelona en los partidos, así que la relación que llegó a mantener con varios de ellos fue muy estrecha. Javier Enríquez conocía a la perfección a los colegiados y ellos le contaban sus preocupaciones mientras que cobraba por prestar unos supuestos servicios al Barça.
La red de favores y de actores implicados es cada vez mayor, y ya no solo aparece el número 2 de los árbitros durante años y su hijo, sino que se ven varios presidentes del Fútbol Club Barcelona implicados y exdirectivos con un afán de lucro insaciable.