Gerard Piqué fue fiel a su estilo hasta para decir adiós al fútbol. El central del Barça dejó boquiabiertos a todos al publicar un vídeo anunciando su retirada de manera abrupta y sin avisar a nadie. Una noticia que pilló a todos por sorpresa, ya que se produjo en un momento completamente inesperado.
El defensa pondrá punto y final a su trayectoria frente al Almería, lo hará en el Spotify Camp Nou el próximo sábado. Un adiós que será por todo lo alto en su ciudad y con el equipo de sus amores. Uno de los jugadores más icónicos de los últimos años deja la práctica del fútbol, aunque detrás de su marcha hay una serie de motivos.
El tramo final de la carrera de Gerard Piqué ha estado marcado por varios tira y afloja con el Barça. No ha sido una situación idílica para él ni para los que le rodean, ya fuese dentro o fuera del club. Fue relegado al fondo del banquillo y también señalado por la directiva, es decir, los últimos días del central no han sido los mejores.
Laporta, contra él
La llegada de Joan Laporta a la presidencia del Fútbol Club Barcelona fue una alegría para todos. Muchos estaban deseosos de verle a los mandos del conjunto culé tras unos tumultuosos años con Josep Maria Bartomeu y Sandro Rosell. Un desembarco marcado por los problemas económicos que azotaban el club y la ilusión que generaba la carismática figura del abogado.
Ahí era donde Piqué adquirió especial importancia. Con la soga al cuello por las restricciones financieras y con el adiós de Messi sobre la mesa, el objetivo Laporta fue seguir con la misma tónica: aligerar la masa salarial. Él era uno de los señalados dentro la plantilla.
El central culé era, tras el argentino, el futbolista que más cobraba. Era uno de los pesos pesados del club junto a Jordi Alba, Sergi Roberto y Sergio Busquets. Y la guerra del presidente culé fue dirigida a ellos en una búsqueda de soluciones a la desesperada. La presión del máximo mandatario fue una tónica constante contra ellos desde su llegada, pues ellos eran los que mayor masa salarial ocupaban con sus abultados contratos.
["Gracias Geri, estoy en shock": las reacciones a la retirada inminente de Gerard Piqué]
Piqué, como uno de los cabecillas, se negó a marcharse y rebajarse el sueldo, ya que se lo había diferido anteriormente para ayudar a las maltrechas arcas. Eso le costó la crítica conjunta de Laporta a él y sus compañeros. Este mismo octubre las palabras del presidente culé fueron muy explícitas e iban dirigidas para al nutrido grupo de futbolistas.
"Lo intentamos, hablamos con algunos jugadores para negociar una rebaja... Pero no se dio. No solo no salió, sino que hemos tenido que avalar 10 millones de euros que de haber existido esas rebajas no habrían obligado a hacer ese aval", recalcó Laporta, en un claro dardo hacia Piqué y compañía.
Con la inesperada retirada del central, el presidente culé consigue uno de sus grandes objetivos: desprenderse del jugador que más cobra. Un triunfo para él, aunque habrá que ver las situaciones en las que se ha marchado el todavía futbolista. Presumiblemente, Piqué se marcharía sin cobrar lo que le resta de contrato, ya deja más de media temporada sin completar. Una despedida traumática que se ha dado cuando menos se esperaba, pero que parece satisfacer a las dos partes.
Lo que está claro es que Laporta ha ganado su primera batalla. Se deshace de un lastre, económicamente hablando, y gana mucho margen salarial para afrontar nuevas operaciones. Ahí no se acaba la partida para el máximo mandatario, todavía tiene mucho por hacer.
Sus siguientes escollos son Jordi Alba, Sergio Busquets y Sergi Roberto. Tres futbolistas que parece que tienen su tiempo agotado en el Camp Nou. Y tampoco hay que olvidarse la figura de Frenkie de Jong, que ya señaló públicamente los problemas que había tenido con el club tras las presiones internas para marcharse. Sigue la batalla, aunque todo parece encaminado a la misma dirección: una salida más pronto que tarde para los jugadores. Una hoja de ruta marcada por la máxima autoridad del Barça y con la que seguirá mandando mensajes a todo aquel que le estorbe para reducir el déficit económico.
Sin la confianza de Xavi
La llegada de Xavi Hernández junto a Joan Laporta se mostró como una opción de la vieja guardia para relanzarse. Piqué, Sergi Roberto, Jordi Alba o Busquets habían compartido equipo con su nuevo entrenador. Él los conocía, ellos también. Todo parecía destinado a una unión idílica para ambas partes.
Pese a la apuesta por la cantera culé inicial, Xavi se jugó las habichuelas con los de siempre a final de la temporada pasada. Aunque el central apenas pudo sumar debido a una lesión en el aductor en el último tramo de la misma, sí que fue pieza clave tras su desembarco. Un contratiempo que le hizo decir adiós prematuramente, aún así le había dado para ser titular en la gran mayoría de encuentros en los que había estado disponible.
El panorama dio un giro de 180º a comienzos de la 2022/23. El mercado veraniego del Barça estaba mucho más pendiente de un soplo de aire fresco y sacar casi a cualquier precio a todos los pesos pesados. Una sorpresa que pareció no gustarle. Eso le relegaba a un segundo plano y Piqué fue siempre de acaparar portadas.
Una horda de futbolistas llegaba al Spotify Camp Nou. Mucho más jóvenes, con más proyección y, lo más importante, con un salario muy inferior al de Piqué. Todo ello, le hizo perder su importancia en los esquemas de su antiguo compañero. Ahí llegaba otra de las guerras perdidas por el central.
Los datos son claros. Solo ha jugado nueve partidos de dieciocho posibles en lo que va de temporada y únicamente ha disputado 554 minutos en todos ellos. Datos que se antojan escasos para un futbolista de su talla, demostrando que Xavi no confía en él y que prefiere otras alternativas. Eric García, Jules Koundé o Ronald Araujo eran los elegidos a la hora de confeccionar el once.
Sin embargo, el nivel demostrado por Gerard Piqué tampoco ha sido el mejor. Su actuación frente al Inter de Milán le dejó retratado en la Champions League. Curiosamente, fue su último partido de titular antes de disputar el intrascendente duelo frente al Viktoria Plzn.
En él, durante los noventa minutos que estuvo sobre el terreno de juego, sus sensaciones fueron nefastas. Protagonista negativo en varios de los goles, su nivel de juego se alejó mucho de lo esperado. Además, era un partido trascendental para conseguir el acceso a los octavos de final de la Champions League, algo que no se consiguió. Un duro varapalo para Piqué y para el Barça.
Su vida personal
Otros de los problemas a los que se han enfrentado Gerard Piqué en su última temporada como profesional es su divorcio con Shakira. No por su superación, sino por la alianza del Barça con Spotify. El conjunto culé, como parte de su contrato, cambió el logo en El Clásico frente al Real Madrid para lucir uno del cantante Drake.
Poco después se especuló con que la cantante colombiana también podría aparecer en la camiseta del equipo. Una situación más que le dejaba en entredicho tras el adiós a su relación con Shakira, ya que en caso de llegar al acuerdo, se vería obligado a vestir una camiseta con claras referencias musicales a su ex.
También se ha especulado con la Ley del Deporte. Justamente el día que anunciaba su retira, el pleno del Congreso la aprobaba. Una situación que le ponía nuevamente entre la espada y la pared. Su relación con la Supercopa de España a la hora de realizar negocios mediante su empresa Kosmos le había colocado meses atrás en el disparadero.
Sin embargo, fue prematura retirada del fútbol provoca que no tenga ningún efecto contra él. Las comisiones cobradas como intermediario de la operación para trasladar el torneo y su nuevo formato a Arabia Saudí hubiesen sido imposibles, aunque todavía no se sabe si es con carácter retroactivo o no, con sus negocios en el mundo del fútbol.
Unos motivos que han sido protagonistas activos en los últimos meses de la carrera como jugador profesional de Gerard Piqué. Uno más en mayor medida que otros le han podido motivar a colgar las botas de manera prematura, cuando podía haber buscado otros destinos. Pese a ello, él ha optado por decir marcharse con un mensaje claro: "Volveré". Y con su mirada completamente clavada en el palco, quién sabe si en un futuro estará en él.