Está siendo un verano especialmente movido en el entorno del FC Barcelona. La directiva azulgrana ha conseguido cerrar el último de los grandes movimientos que tenían en mente, el fichaje de Jules Koundé. Un jugador que aportará seguridad a su defensa, juventud y proyección. Sin embargo, lo hará a un alto precio, ya que la operación podría superar los 65 millones de euros.
El director deportivo del Sevilla, Monchi, ya se ha encargado de dejar claro que la oferta azulgrana fue aceptada porque era la más alta que había por el jugador. Incluso por encima de la que había hecho un club saneado y con nuevo propietario como el Chelsea. Una situación que ya se había producido con movimientos anteriores como los de Raphinha o Robert Lewandowski.
Y es que la famosa gestión magistral de Joan Laporta y de Mateu Alemany no está siendo tal. El Barça ha conseguido cerrar fichajes de relumbrón porque está pagando por ellos elevados precios como haría cualquier otro club. Sin embargo, muchos se preguntan cómo puede hacerlo si su situación económica es dramática. Hay que recordar que el club tiene una deuda de 1.500 millones de euros y que tiene abierto un proceso para la remodelación del Camp Nou y sus alrededores, el Espai Barça, a cambio de un préstamo de similares proporciones con Goldman Sachs.
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¿Por qué ha podido fichar el Barça?
Es la gran pregunta que muchos aficionados se hacen. También es la que se formulan algunos personajes del mundo del fútbol como Julian Nagelsmann, entrenador del Bayern de Múnich. El alemán ha visto como perdía a su gran estrella, Robert Lewandowski, quien era fichado por un club que aparentemente no tenía dinero. Sin embargo, a juzgar por sus movimientos, habría que afirmar que sí lo tiene. El problema es el precio que está pagando, y que pagará durante años, por ello.
El Barça está aplicando la regla básica de pan para hoy con la esperanza utópica de que no sea hambre para mañana. Aunque conseguir eso es ahora mismo parece una quimera. Para poder fichar, Joan Laporta y su junta directiva han activado las famosas palancas. La primera de ellas fue la venta del 10% de los derechos de televisión al fondo de inversión estadounidense Sixth Street por un valor de unos 207 millones de euros.
La segunda palanca tenía los mismos agentes. El Barça, el fondo de inversión americano y la venta de derechos televisivos. Pero esta vez fue el 15% a cambio de unos 300 'kilos'. De esta manera, el conjunto azulgrana obtenía liquidez de manera rápida a costa de hipotecar los próximos 25 años del club. Y es que se estima que, de no haber malvendido estos derechos, el club podría haber ingresado más del doble de lo que ha recibido ahora, es decir, unos 1.000 millones de euros.
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Reunir un poco de dinero, hacer grandes fichajes, intentar volver a ganar competiciones (especialmente la Champions), volver a ilusionar a la afición y atraer a grandes marcas y patrocinadores, las mismas que hicieron las maletas con la salida de jugadores como Messi o Neymar. Si consiguen reactivar toda esa maquinaria, tendrán opciones de salvar el club. De lo contrario, le habrán llevado a su desastre más absoluto, incluso más que deber 1.500 millones de euros. Y la salida a sociedad anónima deportiva será inevitable.
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A pesar de que la entidad culé ha conseguido poner en funcionamiento su máquina de hacer billetes, esta no hace milagros y por ello ya se medita activar la que sería la tercera palanca. En un momento dado se pensaron otras alternativas como la venta del 49% de Barça License & Marketing (BLM), lo cual hubiera reportado unos 200 millones de euros. Pero la apuesta sigue siendo confiar en la operación salida en la plantilla. No obstante, el estancamiento que esta registra hace casi inevitable acudir a esa tercera vía.
Esta sería cerrar la venta de un 49% de los derechos de Barça Studios. Además, el club pelea recibir una parte del desarrollo de la franquicia. Esta operación, que había estado paralizada también como la de BLM, está sobre la mesa desde el pasado mes de marzo. La cuantía que se tiene en el club sobre este movimiento rondaría los 300 millones de euros, aunque podría ser algo menos. De esta forma, el Barça volvería a tener nuevos ingresos que permitirían aumentar su masa salarial y así dar cabida a todas las nuevas piezas del puzzle de Xavi Hernández. No obstante, ni siquiera bastaría con esa última palanca y por ello Mateu Alemany persigue desesperadamente hacer avances en el vestuario.
Mobbing y presiones
El Barça ha podido fichar. Pero aunque parezca increíble dada su situación económica y el futuro que se les viene encima, esa era la parte sencilla de la gestión. La verdadera heroicidad de Laporta y Mateu Alemany debería llegar ahora y de momento sigue estancada. Si quieren inscribir a sus nuevos fichajes, además de nuevas palancas, es fundamental realizar movimientos en la plantilla. Estos pasan por rebajar salarios, ventas y cesiones. El abecé del fútbol en tiempos de crisis.
El Barça necesita liberar alrededor de unos 160 millones en salarios. En el mes de junio, la masa salarial del club estaba cifrada en unos 560 'kilos' y a eso habría que añadir los jugadores fichados este verano. De momento, los azulgranas se han gastado ya más de 150 millones este verano y solo han conseguido ingresar algo más de 20, los obtenidos por las salidas de Coutinho al Aston Villa y la cesión de Trincao al Sporting de Portugal.
A la ahora de afrontar el capítulo de salidas, hay varios escalones dentro de la plantilla. En ese primer apartado se encuentran los jugadores que están totalmente descartados y con los que se espera una venta segura. Son los casos de Samuel Umtiti, Neto, Óscar Mingueza, Riqui Puig y Martin Braithwaite. Otro que podría añadirse, aunque está convenciendo a Xavi en esta pretemporada, es Pjanic. De momento, el único movimiento que está avanzado es la venta de Mingueza al Celta, cifrada en unos dos millones de euros. En ese grupo también estaba Clément Lenglet, quien ya ha salido cedido al Tottenham.
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Con ellos es con quien el FC Barcelona no está teniendo ninguna consideración y a quiénes está presionando por culpa de su mala gestión económica. Una conducta que roza el mobbing laboral, ya que les está obligando a bajarse su sueldo si no encuentran una oferta fuera del club para acometer una venta.
El caso más flagrante es el de Frenkie de Jong, a quién le han exigido una rebaja salarial desorbitada o le obligarán a salir, algo que si el jugador no acepta, por contrato, no podría producirse. Mientras tanto, se le obliga a jugar fuera de posición y en ocasiones y minutos contados. Algo que no se hizo ni con Dembélé cuando no quería renovar, a quien se amenazó con apartar y que no corrió esa suerte por la intervención deportiva de Xavi.
El neerlandés es el primer señalado en esta lista, pero no es el único. Si la presión sobre él no fructifica, se trabajará en otros frentes como los de Sergiño Dest, Memphis Depay o incluso Marc-André ter Stegen. Y no se descarta tampoco señalar a pesos pesados de la plantilla como Gerard Piqué, claramente desplazado tras las llegadas de Andreas Christensen y Jules Koundé. El Barça ahora mismo es un francotirador que apunta a todo lo que se mueva con el objetivo de poder sacar la más mínima ganancia.
Sin ninguna de estas ventas, con el consiguiente ahorro de los salarios, el Barça tendrá muy complicado poder inscribir a todos sus fichajes para el inicio de La Liga a mediados de agosto. Y ese es el objetivo que se han propuesto los gestores del club. Para ello, además de salidas de mayor y menor enveragadura, será necesario seguir acometiendo reducciones salariales y renovaciones a la baja para poder amoldar la desorbitada masa salarial. Laporta afirmaba hace unos meses que había unos 12 jugadores con salarios fuera de mercado y que el reto era corregir eso para finales de la temporada 2022/2023.
Un Barça sin frenos
Sin frenos es la mejor definición para el Barça actual. Tanto cuesta arriba como cuesta abajo. En el club han probado el sabor del dinero y la adrenalina de los fichajes y no están dispuestos a parar. Por ello, el club sigue sondeando el mercado aunque siga pareciendo realmente increíble.
Nada más cerrarse el fichaje de Koundé, ya han vuelto a surgir otros nombres para reforzar la plantilla. Desde los fichajes low cost de Azpilicueta y Marcos Alonso hasta el galáctico de Bernardo Silva. De momento, las relaciones con el Chelsea parecen imposibles y mover al portugués del Manchester City tampoco es tarea sencilla. Los citizen han vendido este curso, pero lo han hecho muy bien como demuestran los casos de Gabriel Jesús y Zinchenko.
¿De dónde podría salir el dinero entonces? Evidentemente de las citadas ventas y de esa famosa tercera palanca que espera con alrededor de otros 300 'kilos' a invertir en fichajes y salarios en lugar de deuda. El Barça sigue corriendo hacia delante en un túnel oscuro creyendo que ahí está la salida, pero lo único que hace es adentrarse más en la cueva de la bancarrota olvidando que a cada paso su salida está más lejos.
Por lo tanto, no es descartable que en el Barça haya más fichajes y que Xavi tenga a todos sus jugadores inscritos para el inicio de la competición. Previa confirmación de todas estas operaciones por parte de LaLiga, a quien deberán presentar la documentación persistente de todo.
Sin embargo, las consecuencias serán haber incurrido en prácticas nocivas como el mobbing contra algunos de sus profesionales y haber malvendido los activos que deberían emplearse en salir de su ruina sin que esta se haya visto aliviada ni en una pequeña parte. Hay dinero, sí, pero peligrosamente conseguido y distribuido.