El drama económico culé no cambia a corto plazo con Joan Laporta. El FC Barcelona es el único en el fútbol profesional que cuenta con un límite salarial de LaLiga negativo (-144 millones) y es el primer caso desde que se hacen públicos estos datos. Es uno de los 14 clubes con este parámetro excedido por el que pierden capacidad para fichar. Los movimientos de este mercado invernal provocan que la entidad azulgrana vaya a prolongar esta situación. Fue una de las razones por las que el CEO Ferran Reverter dimitió.
El límite salarial o límite de coste de plantilla es el concepto que recoge la cantidad máxima que los equipos de LaLiga pueden gastarse en los sueldos de sus jugadores, canteranos y staff técnico. Cada club o Sociedad Anónima Deportiva propone al ente su cifra, siempre en cumplimiento de las normas de elaboración de presupuestos de clubes. Después es el Órgano de Validación de LaLiga el que aprueba o, en su caso, rectifica hasta una cantidad que garantice la estabilidad financiera del club.
El FC Barcelona contaba con una capacidad de inversión sobre la plantilla y cuerpo técnico en torno a los 500 millones de euros después de descontar los gastos en el resto de secciones. LaLiga, para calcular este nuevo límite salarial diferente, resta de esta cantidad los millones de pérdidas previstos por el club. Estas, tras el cierre de cuentas, variaron en 242 millones. Es por lo que ahora tiene un límite negativo que lo único que implica es que no podrá hacer contrataciones que se salten la norma del 1:4.
Esta norma, que está reglada en el artículo 100 de las normas de elaboración de presupuestos de clubes y SAD, permite inscribir nuevos jugadores a los clubes que exceden el límite salarial, siempre que no supere del 25% de los ingresos. Es decir, mientras el Barça justifique beneficios, podrá fichar. No existe un límite a la hora de excederlo, por lo que los culés pueden seguir en esta situación hasta que recuperen el patrimonio perdido. Así es como cerraron las inscripciones en el último mercado.
Cambio de previsión
El Barça ha reestructurado su estimación durante la temporada después de caer en la Champions League a la Europa League y los cambios en los patrocinios. La clave está también en la presentación de la Due Diligence sobre la gestión de Josep Maria Bartomeu. El hecho de que haya causas abiertas judicialmente puede suponer una compensación económica a la entidad siempre que se demuestren los delitos de administración desleal y de corrupción entre particulares.
La reestructuración de Laporta supuso que la entidad registrase unas pérdidas récord de 481 millones de euros el último ejercicio, con una limpieza de balance de 263 millones que se ha visto reflejada en el dato que se ha conocido este lunes. Este resultado no era desconocido para el club desde que aprobaron las cuentas. Aún así, han seguido vendiendo que podría hacer grandes contrataciones en verano. No mentía Joan. Las puede hacer, aunque no debe, pero no puede inscribir al jugador en el campeonato.
La situación excepcional de la pandemia ha hecho más flexible el sistema, cuestión por la que quizá no hay ningún club que haya incumplido con sus obligaciones por su capacidad de endeudamiento. El dato no afecta a las cuentas, las cuales ya se sabía que estaban en una situación crítica. Lo que sí deja claro es que los problemas económicos se van a prolongar salvo llegada de grandes patrocinadores y ventas traumáticas. La sombra de la posible conversión en SAD seguirá.
La gestión Madrid-Barça
La caída en picado del Barça dentro de este baremo se entiende desde la llegada de la Covid-19 y la gestión de la directiva previa a Laporta. Este límite se comenzó a aplicar desde 2013 y, en ese instante, el Real Madrid y el FC Barcelona tenían la misma cifra: 190 millones de euros. Los culés llegaron a estar por encima de los blancos hasta el inicio de la 2019/2020. Tras el mercado de invierno de la temporada anterior, la entidad azulgrana contaba con 671 millones de euros.
El Barça despilfarró el dinero que generó de la venta multimillonaria de Neymar Júnior en contratar jugadores y mejorar los salarios de los hombres más importantes. Todo quedó marcado tras el parón de la pandemia. Los blancos, durante la crisis de la Covid-19, hicieron ventas clave que le permitieron recuperar gran parte de las pérdidas que llegaron en el ámbito extradeportivo. Los culés, en cambio, no variaron su estrategia.
El FC Barcelona siguió pagando un súper contrato a Leo Messi, mientras el resto de vacas sagradas hacían que el límite siempre estuviera rozando el tope establecido por LaLiga. Las deudas contraídas durante este tiempo fueron críticas para que la diferencia entre las dos entidades se encuentre actualmente en 883,5 millones de euros.
El Real Madrid ha marcado en esta última revisión su máximo con 739 millones de euros, a pesar de tener una importante deuda con la reforma del Santiago Bernabéu. Florentino Pérez tendrá capacidad para dar un gran golpe este verano en forma de fichajes, mientras Joan Laporta no podrá alimentar los rumores sobre futbolistas de renombre.
Las soluciones
El futuro de la entidad culé, a la espera de la llegada de nuevos patrocinadores, la venta de algunos activos del club, que se produzcan salidas y terminen otros contratos, volverá a mostrar un límite negativo la próxima vez que se revise el dato. El pensamiento en LaLiga se enfoca en cuánto se va a prolongar esta situación. Los culés tienen que seguir compensando las cifras de pérdidas de las últimas tres temporadas. Además, si no cumplen con la previsión para este curso, los -144 millones crecerán.
Que el club vuelva dé marcha atrás a la decisión de no asociarse con CVC ayudaría, pero no sería la salvaguarda porque sus deudas seguirían creciendo. El Barça necesita ventas de activos; sobre la mesa tenía ofertas por Barça Studios y otras secciones de la entidad. Todo también queda supeditado a salidas de jugadores clave. Este verano, no se puede descartar que alguna gran promesa del club pueda coger la puerta de salida si no cuadran las cuentas sobre su renovación.
Los datos de balance se arrastran para las siguientes temporadas, por lo que el Barça está condenado a vivir con la regla del 1:4 durante un año como mínimo. Perdieron la oportunidad en este mercado de invierno de seguir desprendiéndose de contratos altos y así comenzar la recuperación. La clasificación para la Champions League es clave en este sentido y es el principal motivo por el que acudieron al mercado. Los culés tienen encaminado este objetivo. Así de crítica es la situación de los azulgranas.
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