La estrategia de lucha contra la Covid cambiará una vez más en Reino Unido. Boris Johnson, rodeado de polémica por las fiestas realizadas durante la pandemia, ha intentado sofocar las críticas relajando las medidas contra la Covid-19. Entre otras modificaciones está la de eliminar la obligatoriedad de llevar mascarilla y la del pasaporte de vacunación para entrar a determinados recintos. Una transición que también afecta a la Premier League, cuya asistencia de aficionados se ha mantenido en las últimas fechas y que está en alerta por dudosos aplazamientos.
La competición británica, hasta hace una semana, pedía para entrar a los estadios el pasaporte de vacunación o una prueba negativa tomada los días previos al encuentro. Anteriormente, cada aficionado debía descargarse de la web oficial de cada club un documento para explicar su situación epidemiológica. Una vez dentro de las instalaciones, la mascarilla es obligatoria en aquellos recintos que no sean al aire libre. Pero todas estas medidas pueden cambiar próximamente tras el anuncio de Johnson.
El cambio de estrategia llega con la bajada de contagios, pero en un momento de debilidad para la Premier League por los constantes aplazamientos. Y es que, mientras el gobierno británico relaja las medidas, la competición inglesa revisará la próxima semana su protocolo ante la alerta de que algunos clubes se estén aprovechando de los resquicios de este.
La liga pedía tener 13 jugadores de campo disponibles y un portero. Sin esa cifra, cualquier equipo podría pedir el aplazamiento del duelo. El problema está en que algunos clubes han incluido en la lista de bajas por Covid a jugadores lesionados, ayudándose así de los 'vacíos' del protocolo para cambiar las fechas oficiales de los partidos.
Ya ha habido entrenadores como Tuchel que han mostrado su sorpresa y resignación en caso de que se estén produciendo estas situaciones. La cifra de partidos afectados asciende a 20 y clubes como el Burnley tienen cinco duelos sin disputar. La próxima semana será clave para que la mala aplicación del protocolo acabe con posibles estrategias de los clubes y se producirá justo con el primer ministro rebajando las restricciones.
Boris Johnson, el líder que convirtió el regreso del público a las gradas en un triunfo de su gestión política durante la Covid, vuelve a influir en el fútbol con su cambio de medidas sanitarias. Una vinculación con el deporte del balón que comenzó hace meses con una crisis histórica en Europa y que también cuenta en su trayectoria como líder de Reino Unido.
La batalla de la Superliga
Boris Johnson fue de los primeros líderes políticos en postularse contra la nueva competición. El primer ministro inglés siguió las amenazas de la UEFA y llegó a anunciar un plan legislativo para frenar cualquier tipo de organización similar a la que se pretendía con la Superliga. El dirigente inglés fue tajante y sus palabras, en parte, despertaron la reacción de los aficionados que rodearon las sedes de sus clubes como forma de protesta.
Johnson celebró la caída de la Superliga como un triunfo propio. Y, lejos de quedarse ahí, situó a Reino Unido y sus equipos como el principal muro para hacer frente a la nueva competición. El gobierno, en colaboración con Premier League y FA, apostó por plantear el máximo número posible de medidas para despejar cualquier opción de triunfo de la Superliga.
El primer ministro barajó atacar la venta de derechos audiovisuales de esa competición obligando a que, en el caso de los clubes ingleses, los duelos se retransmitieran en abierto. La estrategia para meter miedo a los equipos se conoció como 'bomba legislativa', pero no duró demasiado después de que todos los clubes británicos dieran un paso atrás y se desmarcaran de la Superliga.
Este fue el primer gran contacto de Boris Johnson con el fútbol, pero poco después llegarían los casos de la Eurocopa y su gestión de la vuelta de aficionados a los estadios. Su último movimiento, levantando la obligatoriedad de mascarillas y pasaporte Covid, deja en el aire las últimas recomendaciones emitidas por la Premier.
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