Joan Laporta ha pasado en apenas seis meses de decir "el club está peor de lo que pensábamos" a "hemos vuelto". La crisis económica que atraviesa el Barça es algo que no se le escapa a alguien, igual que el hecho de que esta proceda de la herencia envenenada del anterior presidente, Josep María Bartomeu. Sin embargo, de pronto pareciera como si hubieramos retrocedido en el tiempo y Laporta hubiera dicho aquello de "al loro, que no estamos tan mal".
Eso es lo que cualquier culé podría pensar al escuchar el discurso de Laporta en la presentación de Ferran Torres: "Seguimos siendo una referencia en el mercado futbolístico. Todo el mundo se puede ir preparando porque hemos vuelto. Somos una referencia, y el ejemplo es que Ferran está aquí. Estamos resurgiendo". Más aún si en su siguiente intervención, sin dar el nombre, dejara caer que lo de Haaland es posible.
Pero no se entiende que todo esto saliera de su boca cuando segundos antes dejaba caer que no sabía bien cómo iba el Barça poder inscribir a Ferran durante el mes de enero. 55 millones de euros se acordaron con el Manchester City por el traspaso del valenciano, pero de aquella manera: a cuatro plazos y cobrándose el primero en verano. Porque la realidad en Can Barça sigue siendo casi la misma que lo era en agosto.
Entonces, solo la rebaja salarial de Gerard Piqué pudo permitir la inscripción de los fichajes de una tacada. No se pudo renovar a Leo Messi y aún con esas no daba para contar con las nuevas incorporaciones (todas a coste cero) sin el gesto de uno de los pesos pesados de la plantilla. La historia se repite, aunque ahora no se espera la implicación de un jugador a esta escala.
Este 5 de enero se ha conseguido inscribir a Dani Alves, pero lo de Ferran irá más despacio: "Con Ferran se hizo una excepción al traerlo sin tener margen, pero a partir de aquí cuando generemos dinero en salidas veremos si es necesaria una incorporación más", decía Mateu Alemany, director de fútbol del Barça, este lunes. Porque la mejor baza que tenía el club azulgrana para ello se esfumó de repente.
La renovación de Ousmane Dembélé, el que era "mejor que Mbappé", según Laporta, daba al Barça margen para poder inscribir nuevos fichajes. Eso en el caso de haber sido a la baja (al reducir masa salarial y extender el periodo de amortización), pero el jugador se descolgó de las negociaciones pidiendo 30 millones brutos por temporada. Nada que hacer con el delantero francés más que cruzar los dedos por poder sacar un pellizco por él en enero, pese a que los más probable es que se vaya libre en verano.
La inscripción de Ferran pasa por las salidas. El milagro podría estar en el adiós de Philippe Coutinho, el cual ha encontrado en el Aston Villa de Steven Gerrard una vía de escape. Se iría cedido hasta junio y, si las condiciones son favorables, arreglaría lo de Ferran, pero está por ver qué porcentaje del contrato se hace cargo el conjunto inglés y si hay alguna cantidad a pagar por el préstamo.
Salidas bloqueadas y 'no' por Morata
Ahora mismo es la oportunidad que hace soñar al Barça, puesto que desprenderse de otros como Samuel Umtiti o el citado Dembélé se da por imposible. Está también Luuk de Jong, cedido desde el Sevilla, y el 'marginado' Yusuf Demir, otro a préstamo que pasaría a ser propiedad del Barça por 10 millones si juega otro partido más. La suma de todos daría espacio para hacer alguna incorporación más, como pretenden Laporta y Xavi, pero no será Álvaro Morata tras confirmar Allegri la negativa de la Juventus.
Haaland, sueño ¿irreal?
Morata no será el '9' que Xavi quería en enero y ahora el Barça trabaja para buscar otro candidato con el sueño ¿irreal? de Haaland en un horizonte cada vez más cercano. Lo del noruego va a parte. Desde la ciudad condal se desprende que Laporta confía en su fichaje y hasta que habría convencido a Mino Raiola, agente del jugador, de elegir el Barça como su destino si se reúne el dinero. Lo complicado es eso, reunir el dinero.
El fichaje de Haaland podría costar 300 millones de euros: 75 por el fichaje, 30-35 de sueldo bruto por seis temporadas y 20 de comisión para Raiola y el padre del jugador. Ese gasto millonario sumado a la ecuación de encajarlo todo dentro de los límites de la masa salarial y el Fair Play Financiero hace más del fichaje de Haaland por el Barça un acto de malabarismo que una contratación al uso. Opciones mínimas, pero Laporta busca cualquier resquicio para levantar el ánimo del barcelonismo ante una situación crítica.
[Más información: Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, da positivo por Covid-19]