La normalidad al deporte regresó poco a poco y parecía que iba a ser de forma definitiva. Las gradas volvían a estar pobladas completamente, cada vez había menos jugadores que tenían problemas con la Covid-19, se viajaba por Europa sin problema, el calendario era el habitual... Pero la conocida ya como 'sexta ola' ha engullido a parte del viejo continente y también está haciéndose notar en el fútbol hasta el punto de afectar a las principales ligas y a la Champions League.
Lo peor está en Centroeuropa. En países como Alemania o Austria la situación se está descontrolando hasta el punto de que hay cierres, toques de queda y medidas restrictivas que suenan más al año pasado. Las autoridades sanitarias germanas acaban de informar de 351 muertes y 75.961 casos en las últimas 24 horas. Esta semana, las calles de Viena han visto como se ha cerrado el comercio no esencial, la gastronomía, museos, eventos culturales y espectáculos.
Países Bajos también están viviendo con tensión las medidas que se imponen desde los gobiernos. Se ha impuesto el pasaporte Covid-19 para entrar en cualquier comercio, restaurante o bar, así como se han prohibido los fuegos artificiales durante la noche de Año Nuevo. Unas imposiciones que también se están viendo para los eventos de fútbol ya que en estos tres países se han reducido los aforos hasta el punto de que en algunos casos habrá estadios vacíos de nuevo.
El resto de países tienen situaciones más laxas en cuanto a estas últimas limitaciones, pero no se libran del problema con los contagios. En la Serie A esta misma semana se han visto casos de coronavirus, lo mismo que en la Premier League. El regreso del parón internacional ha sido un instigador para que sucedieran estos contagios. Aunque nadie se plantea parar, el fantasma de la Covid-19 vuelve a azotar al deporte.
Contagios
Italia es uno de los países que más ha sufrido durante la temporada. Gonzalo Villar, centrocampista de la AS Roma que ya completó el ciclo de vacunas, dio positivo el fin de semana pasado, una situación que también vive su compañero Bryan Cristante. Desde agosto se han vivido una gran cantidad de casos en diferentes escuadras como le sucedió al AC Milan con Brahim Díaz y Theo Hernández en octubre. De momento, el país vive una situación bastante normalizada.
Francia fue uno de los lugares en los que más costó que su población se vacunase y desde el gobierno se pusieron muy serios. Aún así, su liga no ha presentado un gran número de casos. Lo mismo sucede con la española, cuya población sí que vive más tranquila en comparación con la situación europea. Solo un brote en Cartagena puso en alerta a la Segunda División del fútbol nacional.
No ha sido así en Reino Unido. La Premier League sigue viviendo bajas por Covid-19 y la última fue la de Kevin De Bruyne. Los últimos datos de infección entre los más de 3.000 jugadores y empleados de la Premier que se someten semanalmente a los test dejaron seis positivos en total. Pero también tienen bastantes problemas con la vacunación de sus jugadores.
Las vacunas
Jürgen Klopp aseguró que el 99% de la plantilla del Liverpool está vacunada, pero no sucede eso en todos los clubes. En el último informe de octubre la Premier League explicó que el 81% ha recibido una dosis de la vacuna, mientras que un 68% las dos. En ese mismo mes se señalaba al Newcastle United por solo haber vacunado a un 10% de la plantilla. La seguridad de que los jugadores que no reciban la solución podrán seguir jugando ha hecho que muchos opten por no vacunarse.
Pero el gran escándalo ha llegado en Alemania con el Bayern Múnich. A finales de octubre la Bundesliga presumía de que nueve de cada diez jugadores se habían vacunado contra la Covid-19. En el Bayern las cuentas no salen. Hasta cinco miembros de la plantilla del equipo de Baviera se descubrieron como los no vacunados. Joshua Kimmich es el caso más sonado y, de hecho, ha dado positivo en el último test al que se sometió.
Ha habido peticiones desde el propio organismo del fútbol profesional alemán, para detener la competición. La DFL respondió a la petición del presidente del club de segunda categoría Erzgebirge Aue de detener la actividad hasta diciembre. Helge Leonhardt dijo que el futbol debía ser un modelo a seguir y anteponer la seguridad de las personas para reducir el riesgo de nuevos contagios y disminuir la carga del sistema sanitario alemán.
Donde sí afectarán las medidas de Alemania será en los estadios. El Bayern - Barça que decidirá si el equipo culé sigue en la Champions League o cae en fase de grupos podría incluso jugarse sin público después de que se haya decretado en Baviera un toque de queda a las 22:00 horas y el partido comience a las 21:00 horas. En Países Bajos ya se está jugando sin público, como se pudo ver en la última jornada de la Eredivisie.
El aviso está ahí. Lo normal es que el fútbol siga su curso, pero ya va a sufrir algunas alteraciones con las situaciones de estos países citados. No es lo mismo visitar el Allianz Arena con público que sin él. Lo que desea todo el mundo es que la situación se estabilice y no vaya a peor, porque los cierres de los países en cuanto a los vuelos tampoco se descarta y vivir otra vez la situación de jugar eliminatorias lejos de donde deberían de jugarse puede volver a pasar.
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