Sudores fríos. Es lo que sintieron todos los aficionados del Atlético de Madrid este miércoles por la noche después de que su equipo cayera derrotado contra el Milan. El Wanda Metropolitano se convirtió en el escenario en el que un 'grande' de Europa (porque sí, el Atleti lo es desde hace años) se hizo pequeño y pagó cara su propuesta rácana. Diego Pablo Simeone está en el centro de la diana.
El Cholo es intocable. Por algo es desde hace tiempo el individuo que más cobra en toda la estructura del Atlético. Es más, el próximo 23 de diciembre se cumplirá justo una década desde su llegada al banquillo rojiblanco. Algo habrá hecho bien (como ganar dos Ligas o llegar a dos finales de Champions) para aguantar tanto tiempo en él, pero eso es tan cierto como que, cuando mejor pintaba todo, peor está respondiendo.
Simeone nunca había tenido una plantilla mejor que esta. En verano, el club le 'regaló' por su título liguero dos fichajes con su firma: Antoine Griezmann y Rodrigo de Paul. Eso, sumado a las incorporaciones previas en mercados pasados de Luis Suárez o Marcos Llorente, ha llevado al Atlético a tener su plantilla con mayor valor de mercado de toda su historia: 745,9 millones de euros.
Bajo esa premisa y tras ganar la última Liga, las expectivas y la exigencia para Simeone y el Atleti esta temporada debían ser máximas. La realidad es que el entrenador argentina no está dotando de identidas al equipo y está encandendo resultados irregulares tanto en Liga como en Champions. La peor parte cae en la competición europea, donde ahora penden de un hilo.
El Atlético, que a una jornada de cerrarse la fase de grupos es 4º del suyo, se la jugará a vida o muerte contra el Oporto en Do Dragao. Ni siquiera depende de sí mismo, puesto que tiene que ganar y esperar que el Milan no lo haga contra el Liverpool o ganar con mayor diferencia que como lo haga el cuadro italiano. No es imposible, pero los rojiblancos se asoman a un abismo histórico, al menos en lo que a la 'era Cholo' se refiere.
Nunca el Atleti de Simeone había estado tan mal en Champions. Desde la temporada 2013/2014, la segunda completa del argentino en el banquillo, el equipo ha disputado de forma ininterrumpida la fase de grupos de la máxima competición continental. Nueve temporadas consecutivas, pasando primero a octavos en las cuatro primeras. En 2017 llegó el 'palo' de quedar tercero y caer a una Europa League que se acabó ganando. Desde 2018, los colchoneros nunca han vuelto a quedar primeros y no lo harán este año.
Los peores números de Simeone
Los números son muy preocupantes. El Atleti de Simeone nunca había hecho tan pocos puntos (lleva 4) y, como mucho, igualaría los siete puntos que hizo cuando quedó tercero (7 puntos). Es decir, que si los del Cholo no ganan en Portugal harán su peor registro.
También hay que decir que nunca había estado último antes de jugarse la última jornada y que, además, los registros goleadores no son nada esperanzadores. En cinco partidos, habiendo solo ganando uno (como en la 2017/2018), ha hecho cuatro goles y ha recibido siete. La vez que menos marcó, también el año de la eliminación, fueron cinco y la vez que más encajó fue el curso pasado, que fueron ocho. Nunca ha acabado con un registro negativo como está ahora.
El panorama es el peor posible para el Atlético y para Simeone, quien no da con la tecla y da muestras de nerviosismo. Ayer sacó de quicio a muchos cuando decidió aguantar el empate a cero, quitando a Griezmann en el 81' y dando entrada a un futbolista de perfil defensivo como Kondogbia. La tacañería no está hecha para Europa y, solo seis minutos después, el gol de Junior Messias empeoraba el escenario. El mejor Atleti (sobre el papel) se tambalea.
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