Domingo 1 de noviembre. Giggs se encuentra en su domicilio. La policía toca a su puerta. Y, minutos después, el seleccionador de Gales es detenido por presunta violencia machista. Los agentes habían recibido un aviso y las características del individuo que había generado los altercados coincidían con las del exjugador. "Una mujer de unos 30 años sufrió heridas leves pero no requirió de ningún tratamiento. Un hombre de 46 años fue arrestado bajo sospecha de asalto", indicaron.
Kate Greville, su pareja, había sido agredida. La noticia no tardó en correr como la pólvora. El seleccionador, después de horas de interrogatorio, fue puesto en libertad. El asunto, sin embargo, no quedaba cerrado y se iniciaba una larga investigación que aún sigue vigente. La Federación tenía que tomar una decisión y, tras alcanzar un acuerdo con Giggs, optaba por aparatarle temporalmente para el parón de selecciones. Robert Page se haría cargo de la selección durante esos encuentros y el exjugador esperaría a que se cerrara el caso.
Desde entonces han pasado meses y la situación no ha cambiado en absoluto. La Federación de Gales no ha tomado una decisión definitiva y el cargo de seleccionador no parece muy reforzado. Y es que Giggs, de cara a la próxima convocatoria de selecciones y en las que se desarrollará la clasificación para el Mundial de Catar de 2022, tampoco estará en el banquillo de su país. La investigación sigue abierta y Giggs, de nuevo de mutuo acuerdo, tendrá que apartarse para no manchar la imagen del equipo. Como si de una repetición de guion se tratara, Page tomará las riendas del combinado galés.
"La Asociación de Fútbol de Gales (FAW) y Ryan Giggs han acordado mutuamente que éste no participará en la próxima concentración internacional. Robert Page se hará cargo de los tres próximos partidos, contra Bélgica, México y la República Checa, y contará con el apoyo de Albert Stuivenberg, como ocurrió durante la última ventana internacional en noviembre. La lista de convocados de Cymru para estos próximos partidos se anunciará el lunes 15 de marzo". Comunicado corto, escueto, directo y sin demasiadas explicaciones.
Sin embargo, los rumores empiezan a dispararse. Giggs no estará en los tres primeros partidos para la clasificación mundialista que se desarrollarán en marzo. Pero, además, se teme que tampoco esté en la Eurocopa. Al menos si la situación no cambia completamente. Porque, según informan en las islas británicas, se prevé que el caso siga abierto hasta mayo. A principios de dicho mes podría acabar el infierno de Giggs, pero ya de por sí es una fecha excesivamente tardía.
Los partidos de la Eurocopa comienzan a mediados de junio, por lo que Giggs encadenará más de medio año sin haber tenido contacto con sus jugadores en los entrenamientos. Llegaría muy justo y siempre y cuando acaben cumpliéndose estas fechas. Y, sobre todo, contando con que Giggs salga indemne de las acusaciones de violencia machista.
La situación, ya de por sí, es delicada. Sin embargo, no es el único movimiento en el país que puede acabar con Giggs cesado. Jonathan Ford, máximo mandatario de la Federación, dejará el cargo en los próximos días. La tensión crece en el organismo y en tan solo unas semanas se corre el riesgo de cambiar tanto la presidencia como el propio banquillo. La moción de censura ganó y Ford, el 31 de marzo, acabará con su poder en la Federación. El representante entrante, del que no se tiene información en firme, deberá decidir si acaba con el contrato de Giggs -hasta 2022- o si le mantiene.
Un sueño agotado
El futuro de Giggs, como se puede comprobar, es toda una incógnita. Hasta el 1 de mayo no acabará su infierno, y queda por ver si es a mejor o peor. Pero, hasta que ese día llegue, el seleccionador se perderá otros tres partidos con el combinado nacional. Lo que es evidente es que el sueño del exjugador corre mucho peligro.
Giggs siempre tuvo la imagen de elegante. Especialmente en el terreno de juego, donde defendiendo los colores del United ganó hasta 36 títulos con dos Champions League o 13 Premier Leagues. Todo un récord que le coronó como referencia histórica del club de Old Trafford. Con Gales también defendió la camiseta internacional y, con 64 partidos a la espalda, logró anotar 14 dianas.
Sin embargo, ese perfil de hombre de club se ha visto manchado por su vida privada. Acusado por su hermano de adicto al sexo, con un caso de infidelidad que llegó hasta la Cámara de los Comunes y con esta última investigación por violencia machista, Giggs se enfrenta al fin de un sueño. El de ser un jugador mítico que podría debutar en una Eurocopa y en un Mundial con su selección.
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