Derrota de la Juventus en la prórroga ante el Oporto y con uno más que supone el adiós a la Champions League. El equipo de Cristiano Ronaldo solo tuvo a Chiesa como gran líder en el césped. Oliveira tiró del carro luso y llevó a los suyos, en una apretada prórroga, a los cuartos de final. [Narración y estadísticas: Juventus 3-2 Oporto]
Partidazo en Turín. De los que gustan al aficionado. De los que hacen sufrir. De los que abren las carnes a los entrenadores. De los que dejan todo hasta el final. La Juventus tenía que remontar. El Oporto debía sufrir. Y la estrategia podía ser bien encerrarse o buscar también un gol que diera cierto aire. La noche no pudo empezar mejor.
El Oporto, continuando con la estrategia de la ida, avisaba primero. Taremi remataba en el área, Bonucci blocaba y luego la mandaba al larguero. El primero de los visitantes se acercaba y la Juventus podía quedar contra las cuerdas. Los de Pirlo, con Morata en punta de ataque, buscaban la suya. El español, sin embargo, perdonó dentro del área un remate clamoroso que rechazó el guardameta. 1-1 en ocasiones, 0-0 en el marcador. Sin embargo, no pasarían muchos minutos hasta que eso cambiara.
Oliveira, que perdonó demasiado en la ida de los octavos, quiso resarcirse. Y lo logro. El jugador estrella de la noche rompía la igualdad y empujaba al Oporto hacia los cuartos con su gol en el 18' gracias a un lanzamiento de penalti. No perdonaba y los suyos empezaban a saborear el pase a la siguiente ronda. Unas sensaciones que irían a más ante una Juve impotente en ataque. Cristiano no rompía a la defensa y Morata tampoco encontraba el acierto en el área.
La tensión iba a más, la presión subía y la Vecchia Signora no terminaba de causar peligro pese al dominio en el juego. El Oporto estaba cómodo y sabía que en las contras iba a tener oportunidad. El 0-1 cerraba la primera mitad y el paso por vestuarios recomponía a una Juventus al borde de la eliminación.
Chiesa tira del carro
Las cosas se pondrían de cara para los italianos al poco de reanudarse el juego. Y, además, en varias fases. La primera, con el gol de Chiesa en el 49'. Golazo del atacante tras buena jugada de Cristiano y 1-1 para iniciar la remontada. La segunda, la roja a Taremi a los diez minutos de juego. Doble tarjeta amarilla que suponía su expulsión y que provocaba un subido intercambio de palabras con Kuipers.
Con uno más, la Juventus tenía la oportunidad perfecta para castigar. Y lo haría. El control del juego se multiplicó y la Juve cambió radicalmente. El Oporto ahora sí iba a sufrir. Chiesa, entonado, se echó el equipo a la espalda e imprimió otro ritmo y velocidad al juego. Tanto que, al poco de la expulsión, tuvo que ver cómo Pepe le arrebataba el 2-1 en una acción defensiva perfecta en la que Chiesa se quedaba con la portería vacía. Sin embargo, esa oposición del veterano defensa no sería suficiente.
Chiesa quería más. La Juve quería más. Y el 2-1 llegó con un cabezazo del joven atacante en el 63' de partido. Más de 20 minutos por delante y la eliminatoria estaba igualada. O prórroga o sentencia del Oporto. Y pudieron ser ambas. El equipo luso buscó el gol de la muerte con varias acciones escoradas en el tramo final. La Juve, por su parte, insistió con Chiesa, que se quedaba solo ante la desaparición de Morata y Cristiano.
Y, tras un gol anulado a Morata por fuera de juego y un larguero de Cuadrado en el tiempo extra, el encuentro se fue a una prórroga completamente loca.
Oliveira ata los cuartos
La reanudación en la prórroga extendía algo más el dominio de la Juventus. Ese jugador de más en el césped, y teniendo en cuenta el desgaste físico, daba muchas esperanzas al equipo de Pirlo. Sin embargo, no terminaba de aparecer esa brillantez ofensiva. El Oporto estaba muy bien plantado y a cada error en defensa podía castigar. Y lo hizo.
Tras una primera parte algo insípida y con más nervios que juego, el Oporto marcó ese tanto que cambiaba por completo la historia del partido. Esa diana que hacía imposible la remontada de una Juventus sin inspiración en el área. Ese culmen al partidazo de Oliveira y que llegó con un tiro raso de falta. A cinco para el final, con los penaltis en el horizonte, el luso remató al borde del área. Szczęsny la tocó, pero no estiró lo suficiente el brazo para sacar el esférico de la línea de gol.
El 2-2 obligaba a la Juventus a meter dos más. Era casi imposible con el 3-4 en la eliminatoria global y teniendo en cuenta el valor doble del gol fuera de casa. Pero, tan solo dos minutos después, Rabiot remataba de cabeza un córner. La Juventus se volcaba y solo quedaba sufrir en el bando luso. Y tanto que lo hicieron: hasta la última jugada la tuvo el equipo italiano. Sin embargo, sin tiempo ni gloria goleadora, la Vecchia Signora dijo adiós a la Champions.
Juventus 3-2 Oporto
Szczesny; Cuadrado, Demiral, Bonucci (De Ligt, 75'), Álex Sandro; Chiesa (Bernardeschi, 102'), Rabiot, Arthur (Kulusevski, 102'), Ramsey (McKennie, 75'); Morata y Cristiano.
Oporto: Marchesín: Manafá, Mbemba, Pepe, Sanusi (Luis Díaz, 71'); Corona (Leite, 118'), Oliveira (Ndiaye), Uribe (Grujic, 90'), Otavio (Sarr, 61'); Taremi, Marega (Martínez, m.106).
Goles: 0-1, 20' Oliveira (p.); 1-1, 49' Chiesa; 2-1, 63' Chiesa; 2-2, 116' Oliveira; 3-2, 117' Rabiot.
Árbitro: Bjorn Kuipers (Holanda). Amonestó a Chiesa (93'), Cuadrado (92'), Bernardeschi (104') y Rabiot (114'), y a Otávio (45'), Oliveira (97') y Mbemba (117'), del Oporto. Expulsó por doble amonestación a Taremi (52' y 55').
Incidencias: Partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el Juventus Stadium a puerta cerrada.