Kilian Jornet tenía un reto por delante: ganar su cuarto Ultra Trail del Mont Blanc y bajar de las 20 horas. Y el atleta español de la marca NNormal lo ha conseguido. Con una exhibición colosal que ya es historia de las carreras de montaña de ultrarresistencia y del deporte en general, el de Sabadell se ha apuntado su póker de triunfos en la prueba más exigente y especial del mundo.
Con una actuación antológica repleta de fuerza, táctica y mucha sabiduría, Kilian Jornet ha sabido encontrar los momentos justos para guardar energías y lanzar sus ataques en los momentos de la verdad. Tras una brillante pelea con el francés Mathieu Blanchard, al que dejó atrás para recorrer en solitario los últimos kilómetros de la prueba, Kilian se vuelve a colgar la medalla de campeón en este icónico evento con un tiempo de 19 horas, 49 minutos y 30 segundos.
Como la propia organización de la prueba le ha bautizado por méritos propios: Kilian Jornet ya es el GOAT (el más grande de todos los tiempos, en inglés). Con su cuarto triunfo, nadie tiene más victorias en la prueba más importante de la historia del ultra. Gracias a este póker, Kilian recupera el número uno, dorsal con el que ha corrido, después de empatar con esos cuatro éxitos con el francés François D'Haene.
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Sin embargo, Kilian tiene el honor de haber sido el corredor más rápido de la historia en completar esta extenuante prueba de 170 kilómetros y 10.000 metros de desnivel positivo. El reto de bajar de las 20 horas, que muchos se habían marcado como el gran objetivo para poder pelear por la victoria, ha sido roto por este prodigio de las carreras de montaña que ha demostrado una vez más que a su mejor nivel, no tiene rival en el planeta.
No obstante, hay que mencionar que el nivel de la prueba ha sido altísimo ya que el principal rival de Kilian, el galo Mathieu Blanchard, también ha conseguido bajar de las 20 horas demostrando que la victoria ha estado muy reñida hasta el final. El de Salomon ha completado la prueba en un tiempo de 19 horas, 54 minutos y 50 segundo. Tras los triunfos de 2008, 2009 y 2011, y después de malos momentos como el abandono de 2018 en su última participación, Kilian Jornet vuelve a tocar el cielo del Mont Blanc.
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Ha sido una semana complicada para Kilian. La incertidumbre rodeó a todo su equipo hasta los últimos momentos ya que un positivo por Covid-19 del corredor español alertaba a todo el mundo sobre su participación. Su estado de forma era inmejorable, el idóneo para pelear por el triunfo y para poder bajar de esa mítica barrera de las 20 horas. Sin embargo, ese contagio de coronavirus amenazaba con echar todo el trabajo por tierra.
Kilian se puso en manos de sus médicos quienes, tras muchos estudios y chequeos, dictaminaron que era apto para competir sin poner en riesgo su cuerpo ni tampoco el de sus adversarios. Y parece que no se equivocaron ya que el de Sabadell se ha terminado adjudicando una victoria que ya es historia del deporte.
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Inicio a toda velocidad
La prueba arrancó de manera muy disputada con dos españoles ocupando los primeros puestos. El propio Kilian marchaba junto a Pau Capell. El ganador del año 2019, uno de los máximos favoritos, andaba también detrás del gran reto de bajar de esas 20 horas. Y al paso por el Col de Voza, en el kilómetro 13, marcaba el mejor tiempo. Sin embargo, no tuvo su día y no pudo estar finalmente en la lucha por el triunfo.
Quien amenazaba a todos con dejarles atrás sin compasión era Jim Walmsley, considerado como el sueño americano de la prueba. Los estadounidenses nunca han conseguido vencer en el Ultra Trail del Mont Blanc y en la presente edición, Jim era para muchos el gran favorito. Salió con ambición y se codeó con Kilian en los primeros puestos durante la primera mitad de la carrera.
Al paso por Saint Gervais, en el kilómetro 22, ya marcaba los mejores tiempos, aventajando al español y poniéndole contra las cuerdas. También se dejaba ver en posiciones de privilegio otra de las estrellas de la prueba como Zach Miller. La velocidad impuesta por Jim, que se mantenía hasta el icónico paso por Les Contamines, marcó la pelea por las primeras posiciones durante la primera mitad de un UTMB que prometía ser una lucha agónica hasta el final.
Fue llegando la noche y la pelea entre Jim y Kilian se acentuó con continuas alternativas para ambos. Los pasos por La Balme y por Courmayeur dejaron un intercambio de golpes entre dos colosos dispuestos a llevarse el trono de la prueba reina de los ultra trail. Sin luz natural, las fuerzas de Walmsley parecía imponerse a un Jornet que pasaba por ciertos apuros. Ese bajón que siempre viene en este tipo de pruebas y con el que hay que saber lidiar. Al paso por el Grand col Ferret la renta del americano era de unos cinco minutos.
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La explosión de Walmsley
Jornet recibía el apoyo del público que seguía repartiéndose por todo el recorrido para alentar y ayudar a los corredores. Era justo lo que necesitaba para no entregarse y desfallecer. El regreso de nuevo de la luz sol traería consigo el intenso calor que ha estado haciendo estos días en la región del Mont Blanc, en la frontera entre Francia y Suiza en los Alpes, y eso sería buenas noticias para el de Sabadell y malas para el estadounidense.
Tras un inicio de carrera a toda velocidad, Jim terminó pagando el esfuerzo. Un derroche de energía excesivo en una prueba que pone al límite las capacidades humanas que le provocó un vacío generalizado y una pérdida de tiempo monstruosa. Mientras deambulaba por los terrenos escarpados del recorrido, entre piedras y caminos rotos, veía como Kilian Jornet y también Mathieu Blanchard le superaban, arruinando su sueño de hacer historia para Estados Unidos.
En ese momento, y ya con 17 horas en las piernas de los primeros corredores, comenzó una batalla sin cuartel entre Jornet y Blanchard. Salvo catástrofe, parecía claro que la victoria iba a ser para uno de los dos. En el horizonte, el reto de intentar bajar de las 20 horas. Las alternativas en la punta de carrera se fueron sucediendo. Ninguno quería perder la pista a su rival cuando la mañana dejaba paso al calor del mediodía. Y eso que, en el mejor de los casos, les quedaban todavía casi 180 minutos de intensa agonía entre las montañas.
Lanzado a por el récord
Realizados ya los primeros 155 kilómetros, Kilian decidió cambiar el ritmo. Tomó la punta de la carrera y una vez había superado el terrorífico dolor de piernas que había padecido horas antes y también unos problemas musculares, asestó el golpe definitivo a su rival. El galo no pudo seguirle y Jornet se marchó a una batalla contra sí mismo y contra el reloj. Si conseguía aguantar, la victoria y el récord serían suyos.
Coronó La Flégère en un tiempo de 19 horas, 11 minutos y 36 y ahí se dio cuenta de verdad por primera vez que podía convertirse en el primer ganador de la historia del Ultra Trail del Mont Blanc que bajaba de las 20 horas. Era una contrarreloj en solitario hasta las calles de Chamonix que, como toda la semana, esperaban abarrotadas de gente para ver llegar al mejor de la historia. Pero no podía descuidarse, ya que Blanchard no se había abandonado confiando en un desfallecimiento del catalán.
Un bajón que nunca llegó y que le permitió a Kilian Jornet recibir un auténtico baño de masas a su llegada a Chamonix. Tenía renta suficiente para gustarse pues aventaja en varios minutos a un Mathieu Blanchard que había presentado batalla hasta el final. Las piernas y el corazón aguantaron y consiguieron convencer a una cabeza que estaba ya perdida de que había que seguir hasta la meta. Reto conseguido. Kilian Jornet sigue siendo el rey.