El Tour de Francia 2022 está siendo una oda constante al ciclismo de verdad, a ese del que llaman de otro tiempo. La contrarreloj de la penúltima etapa lo ha sido. No tenía la longitud de antaño, pero en la actualidad es difícil encontrar una prueba de primer nivel que ponga a prueba a los corredores sobre la cabra durante tantos kilómetros. Otra imagen para la leyenda como la dejada por Vingegaard y Pogacar en la etapa con final en Hautacam.
La prueba contra el crono ha sido de nuevo otro baño de masas para un Jumbo-Visma que se ha mostrado intratable durante toda la carrera. Hasta esta temporada, e incluso hasta este Tour de Francia, había sido una congregación de estrellas. Ahora ya se puede hablar de una de las mejores escuadras de la historia del ciclismo. Por el nivel de sus astros y también por el perfecto trabajo que han desempeñado durante 21 días de exhibición. [Así hemos vivido la etapa 20 del Tour de Francia 2022].
La victoria final fue para Wout Van Aert que suma ya su tercer éxito parcial en el Tour de Francia. La crono inicial por las calles de Copenhague se le escapó por un suspiro tras la irrupción por sorpresa de Yves Lampaert. Sin embargo, en esta última cita de gran importancia no ha perdonado y ha dejado una actuación memorable, sabiendo dosificarse para rendir en las tres partes claramente diferenciadas.
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El belga cubrió la primera parte de la prueba, con algunas curvas peligrosas, a unos 51 kilómetros por hora de media. En la segunda, voló literalmente aprovechando un terreno más favorable hasta los 55 kilómetros por hora. Y cerró el tramo de repechos y bajadas rozando los 47 kilómetros por hora para conformar una actuación brillante en una crono de 40 kilómetros. Un rara avis en el ciclismo actual, por desgracia.
Día gris para los especialistas
La prueba no estuvo exenta de emoción desde los primeros metros. Uno de los primeros en salir, Mikkel Bjerg, era el primero en marcar un registro realmente importante. El especialista del UAE Team Emirates tenía una misión clara: ser el que marcaría los pasos de su líder, Tadej Pogacar, quien soñaba con su cuarto triunfo en el presente Tour. El maillot blanco de la carrera realizó la crono en el coche del equipo siguiendo los pasos de su compañero para estudiarla al detalle y poder tomar referencias.
Su tiempo, 50'22", suponía la primera marca real de un tiempo a tener en cuenta en la jornada. Sin embargo, no tardaría en ser pulverizado. El encargado de hacerlo sería el mejor corredor del mundo en esta especialidad. Así por lo menos lo atestigua su maillot arcoíris a pesar de que en el presente Tour haya pinchado en las dos pruebas contra el reloj. Filippo Ganna no tuvo su día en la distancia corta al inicio de la Grand Boucle y tampoco ha podido llevarse la victoria en la jornada de este sábado.
El italiano fue capaz de bajar de los 50 minutos y también de los 49, parando el reloj en un meritorio 48'41". Ese tiempo le serviría para liderar la clasificación durante casi toda la tarde. Sin embargo, a la larga, solo le daría el honor de ser el mejor de los mortales. Después sería superado por el podio de la general y por el monstruo verde, Wout Van Aert.
Otros corredores que también realizaron una jornada muy meritoria fueron Bauke Mollema, sexto final, Mattia Cattaneo, séptimo, y Fred Wright, octavo. El de Bahrain-Victorious, una de las revelaciones de este Tour, llegó a marcar incluso mejores registros que Ganna, pero se terminó desinflando al final. La longitud de la crono, con su tramo más duro al final, terminó pasando factura a muchos corredores.
La gran batalla final
Y llegó el momento de la verdad. Fue el turno de Wout Van Aert que salió convencido de su cometido y derribando todos los muros. Superó parcial a parcial a Filippo Ganna y consiguió bajar, por un segundo, de los 48 minutos. El belga cerró su tercer triunfo en la carrera, a la espera del sprint de París, con un registro de 47'59". Una auténtica bestialidad. Sin embargo, le tocaba esperar el rendimiento de los tres bichos que cerraban el día.
Salió un renacido Geraint Thomas con mucha ambición. El líder del Team INEOS, ganador del Tour de Francia en 2018, selló su brillante participación con una etapa en la que se gustó. Empezó marcando registros similares a los de Van Aert, pero terminó acusando la fatiga acumulada y cedió unos 32 segundos en meta.
Una situación muy parecida a la de Tadej Pogacar. El esloveno quería despedirse por todo lo alto del Tour e intentó hasta la saciedad llevarse su cuarto triunfo de etapa. Pero terminó pagando los esfuerzos y al final solo pudo llevarse el bronce con un tiempo de 48'26". En su batalla midió sus piernas también con las de su máximo rival, Jonas Vingegaard.
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Se esperaba, en una hipotética lucha entre los dos por el maillot amarillo, que Tadej pudiera llegar a recortar diferencias de incluso un minuto. Pero todo lo contrario, ya que el danés superó una vez más al doble ganador del Tour. Cierto es que Pogacar ha llegado mucho más castigado, pero la realidad del día marcó que Vingegaard ha estado peleándole la etapa a Van Aert hasta el último suspiro. De hecho, de no ser por un susto final que tuvo en una curva en la que a punto estuvo de irse al suelo, podría haberle arrebatado la victoria.
Ese percance le hizo bajar el ritmo para asegurar e incluso llegó a entrar en meta dejándose ir. Con todo y con eso, fue segundo a solo 19 segundos de su compañero. Al entrar en meta, el propio Van Aert le felicitaba antes de romper a llorar por una victoria muy especial. El maillot verde sigue dando forma a un Tour mágico con otra victoria y con otra brillante actuación sobre la cabra, esta vez entre los muros mágicos de Rocamadour.