Peyragudes, Hautacam y Rocamadour. Dos etapas de alta montaña entre colosos pirenaicos y una exigente contrarreloj de 40 kilómetros. Son las tres grandes citas que le quedan al Tour de Francia 2022. Y en ellas intentará Tadej Pogacar (Komenda, 1998) dar la vuelta a una carrera que se le ha puesto muy cuesta arriba tras la tiranía mostrada por el equipo Jumbo-Visma y por el líder de la prueba, Jonas Vingegaard.
El desfallecimiento sufrido en la apoteósica jornada con final en el Col du Granon tras la salvaje táctica planteada por la formación neerlandesa ha provocado una situación que hasta ahora no había vivido el genio esloveno. Fue la primera gran derrota deportiva de un campeón que con su talento y su potencia hizo pensar a todos que era imbatible.
Una ilusión que no era más que eso ya que la fuerza de la lógica obligaba a caer en la cuenta de que todos, hasta los más grandes, pierden alguna vez. Sin embargo, la supremacía mostrada por Pogacar estos años había superado los límites del imaginario ciclista mundial. Una circunstancia que ha estado vigente hasta que Jonas Vingegaard ha tomado las riendas de un equipo que debería estar liderando Primoz Roglic para ponerle contra las cuerdas. Ahora, el danés está a punto de abrocharse su primer maillot amarillo en los Campos Elíseos de París gracias a la renta de 2'22" que maneja.
Para ello tendrá que aguantar los nervios, la presión, la tensión y los mil y un ataques que recibirá de un Pogacar que no se conforma con el segundo puesto. Convencido de que podrá lograr una nueva gesta histórica está su mánager general, Joxean Fernández 'Matxin', quien ha hablado con EL ESPAÑOL para transmitir la confianza que tiene el UAE Team Emirates en su líder de cara a las batallas que quedan de la Grand Boucle más emocionante y bonita de las últimas décadas. Para ello tendrán que hacer frente también a las numerosas bajas sufridas, la última la de Marc Solar en la 16ª etapa con final en Foix por una indisposición.
¿Cómo se encuentra Marc Soler después de un día tan complicado?
Ha estado vomitando desde la salida. También le ha pasado en carrera, tanto cuando iba con el grupo como después cuando iba solo. Ha llegado hasta donde ha llegado, le ha echado mucho valor, pero no tenía más, todo lo que tenía lo ha dado y se lo ha dejado todo.
Tras los últimos intentos fallidos por recortar tiempo a Vingegaard, ¿sigue habiendo Tour de Francia?
Sí, sí. No tengo ninguna duda de que lo hay.
¿Genera desilusión ver la fortaleza de un Vingegaard que no flojea ningún día y que se está mostrando tan fuerte?
Está claro que a medida que van pasando las etapas, si no consigues reducir tiempo te vas quedando sin opciones. Pero mientras haya etapas de montaña y una contrarreloj no podemos pensar en otra cosa que intentar asaltar el maillot amarillo.
¿Cómo está el ánimo del equipo después de tantas batallas sin éxito?
La verdad es que el ánimo del equipo está bien. Para nosotros no ha cambiado absolutamente nada. Quedan etapas. También hay que ser coherentes porque los días van pasando y las diferencias no se reducen. Esa prudencia es necesaria, pero con optimismo.
¿Cómo se gestionó el día del Col du Granon que supuso la primera gran derrota deportiva de Tadej Pogacar?
De la manera más honesta que se puede hacer. Hay que defender a un ciclista en los momentos malos. En los buenos todos se sacan la foto y todos te alaban. Hay que defenderle en los momentos malos que es cuando realmente un equipo y un mánager general tienen que estar ahí.
Creo que el momento de más indecisión pudo ser en el Alpe d'Huez por ver si ese desfallecimiento era cosa de un día o si realmente no tenía piernas.
Tras aquel desfallecimiento se ha visto bien de piernas a Pogacar, ¿pudo ser un golpe más psicológico que físico?
No lo creo. Al final pasó y ya está. Hay que afrontarlo como lo que es. Sabemos que allí se perdieron dos minutos y pico y es un momento malo. Creo que el momento de más indecisión pudo ser al día siguiente en la etapa de Alpe d'Huez por ver si ese feeling de desfallecimiento era cosa de un día o si realmente no tenía piernas.
Vio que sí las tenía e intentó acelerar en varios momentos para ver el nivel también que tenía Vingegaard. Comprobó que seguía teniendo un nivel similar al suyo. A partir de ahí, solo queda afrontar las cosas como vengan. En las últimas etapas tampoco se ha podido soltar a Vingegaard y vuelven a ser oportunidades perdidas, pero quedan jornadas muy duras y complicadas.
¿Qué etapa puede ser más clave, Peyragudes, Hautacam o la contrarreloj final?
Todas tienen que ser importantes y en todas hay que intentar conseguir el objetivo que es reducir el mayor tiempo posible. No veo que una sea mejor que la otra ni veo que alguna sea menos complicada. Son etapas que van a depender mucho de cómo vaya el día y que pueden cambiar la carrera.
¿Puede jugar la experiencia de Pogacar un punto a su favor en la pelea con Vingegaard que se ve en esta situación por primera vez?
No conozco mucho a Vingegaard y no sé lo que piensa. Pero está claro que nervioso tiene que estar. Sabe que está compitiendo contra el mejor ciclista del mundo. Sabe que ya ha ganado dos Tour de Francia y que para él un segundo puesto no es ningún triunfo. Tiene que tener ese nervio controlado porque por detrás hay un corredor que no está contento con lo que ahora mismo tiene.
A pesar de las bajas, UAE está recibiendo algunas críticas en comparación con el trabajo realizado por Jumbo-Visma, ¿cómo calificas el rendimiento que teniendo tus corredores?
Hay muchas circunstancias de carrera. Si hay críticas para mí no dejan de ser opiniones. Hay gente que me llama alabándonos, eso también son opiniones. Ni valoro esas alabanzas ni tampoco escucho las críticas. Sé perfectamente lo que hay y las circunstancias que tenemos. Tres corredores, incluido Matteo Trentin, han sido baja por Covid-19. Ahora nos pasa factura la baja de Marc Soler. No se pueden hacer valoraciones cuando los corredores no están médicamente en dispoción de poder hacerlo bien.
Cuando Pogacar gana es un fenómeno. Cuando no, lo es Vingegaard. Si mañana gana Tadej, volverá ser un 'Supermán'. Así es esto del ciclismo.
¿Puede tener una lectura positiva este Tour, pase lo que pase, para rebajar las expectativas tan altas que se tienen siempre con Pogacar y para que pierda ese cartel de imbatible que muchos le han colgado?
Todo eso depende del día a día. Así es el ciclismo. Cuando él gana es un fenómeno. Cuando no lo hace, es Vingegaard quién es un portento. Hay que vivir al día. Por eso no me preocupa porque todo cambia. Si mañana gana volverá ser un 'Supermán'. Y ni lo era antes, ni lo es ahora ni lo será en el futuro. Simplemente es Tadej Pogacar con sus virtudes y sus defectos. Hay momentos en los que se puede ganar y hay momentos en los que siente debilidad como cualquier ser humano.
¿Sería un fracaso terminar el Tour de Francia en segunda posición?
Para nada. La carrera tiene circunstancias que hay que afrontar. Si es un desfallecimiento el motivo por el que se pierde el Tour pues eso le puede pasar a cualquier persona o a cualquier campeón. Si es así habrá que felicitar al que ha ganado y pensar en la siguiente carrera.
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¿Os ha sorprendido el nivel de Jonas Vingegaard en este Tour de Francia?
Está claro que ha subido un peldaño su rendimiento, pero es normal. Pogacar no es un ciclista que tenga tres piernas ni que vaya pisando al resto. Es lógico que aparezca una figura como Vingegaard o como Remco Evenepoel o cualquier otro nombre que le ponga contra las cuerdas. Pogacar es solo un ciclista. Tampoco gana todos los días con diez minutos sobre el segundo. A veces gana al sprint o llega solo porque es muy valiente, pero son circunstancias de carrera. No creo que sea eterno.
Me recuerda al caso de Egan Bernal que cuando ganó su primer Tour tenía que ganar los cinco siguientes. Hay que afrontar las cosas como vienen y hay que ser honestos. Tenemos que mirar hacia delante porque el Tour de Francia no ha terminado y no está perdido. Vamos a esperar a las próximas etapas porque cada día es una oportunidad. Esto no ha terminado.
¿Cuánto tiempo creéis que se le puede sacar a Vingegaard en la última contrarreloj?
Sinceramente no lo hemos pensado porque hay que ir día a día. Si ya estamos pensando en la contrarreloj es como si sales a un partido a buscar el empate a cero. Hay que ir jornada a jornada y etapa a etapa. Pensar ahora mismo en la crono es jugar a ser futurólogos y no lo somos.
¿Cómo ha sido dirigir al equipo desde casa tras el positivo por Covid-19?
A través de llamadas, de mensajes y de reuniones vamos saliendo. La verdad es que ha ido bien, como siempre. Les mandé un pequeño dosier para que lo visualizaran en el día de descanso. Ha ido bien, como habitualmente, pero sin estar ahí. Pierdes un poco de comunicación y por eso no he hecho las reuniones previas a la carrera. También por respeto a los directores que están allí que son súper profesionales y saben hacerlo muy bien.