La muerte de Olivia Podmore fue un duro golpe para todo el deporte neozelandés y para el ciclismo internacional ya que se produjo en un momento que nadie lo esperaba. Ocurrió hace casi dos semanas, justo después de la finalización de los Juegos Olímpicos, en una situación de fiesta generalizada por haber conseguido llegar hasta el final de una cita que parecía que no iba a llegar nunca.
Y en mitad de esa euforia llegó la triste noticia. Olivia Podmore fue hallada en su domicilio sin vida en un suceso que se produjo bajo muchas circunstancias extrañas y sobre el que todavía no se ha dado una explicación convincente. Por ello, las autoridades deportivas neozelandesas han decidido elevar una petición para que se realice una investigación profunda y alternativa para conocer cada punto del caso.
Esta corredora, que había representado a su país en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, tenía como gran objetivo para este curso obtener su billete a la cita de Tokio 2020. De hecho, lo consiguió, ya que en última instancia consiguió esa marca mínima que le daba acceso a la competición en Japón.
Sin embargo, por decisiones de internas de la propia selección, no fue elegida entre las ciclistas encargadas de representar a Nueva Zelanda, lo que supuso un golpe muy duro a su moral. Nada más se supo prácticamente de ella hasta que un día antes de morir en la localidad de Cambridge, en su país, publicó un mensaje en sus redes sociales alertando de su débil estado mental.
Dicho mensaje fue borrado posteriormente, lo que evitó que se creara una alarma excesiva alrededor de sus palabras. No obstante, estas tomaron un papel fundamental una vez se conoció el trágico desenlace que tuvo la deportista. Una publicación que, además, establece un nuevo caso de un deportista que sufre dificultades en su salud mental y que ahora ha servido para encender la mecha de una investigación especial que pretende saber qué ha ocurrido, por qué y cómo puede ayudar este caso en el futuro.
Una investigación clave
El fallecimiento de Olivia Podmore no ha dejado de generar una gran polémica desde que la noticia salió a la luz, algo de lo que se encargó su propia familia, ya que su hermano lo anunció a través de sus redes sociales. Sin embargo, en los últimos días, los comentarios, las sospechas y las dudas sobre lo ocurrido se han acentuado.
A pesar de que desde un principio todo apuntaba a un suicidio, todavía no hay una versión oficial definitiva que confirme lo sucedido, ya que todos los informes apuntan a que el caso se ha sustentado en unas circunstancias demasiado extrañas. Cierto es que existe ese famoso mensaje, borrado más tarde, que podía anunciar una especie de despedida o una última llamada de auxilio que más bien era hacer pública la intención de poner fin a sus sufrimientos.
Sin embargo, lo analizado hasta ahora indica que la situación que atravesaba Olivia en los días previos a su muerte no era la de una persona que tuviera tendencia a quitarse la vida o que tuviera esa opción en mente. Así lo han afirmado también muchas personas cercanas a su entorno, amigos y deportistas que conocían a Olivia y que compartieron momentos con ella en sus días previos, asegurando que era impensable imaginar este desenlace después de haberla encontrado feliz y estable horas antes de lo sucedido.
Por su parte, la directora ejecutiva de Deporte Nueva Zelanda, Raelene Castle, aseguró que conocían el caso de Olivia y sus dificultades y que le prestaron ayuda para intentar salir del bache y encarar el futuro con optimismo sin darle de lado en ningún momento, por lo que tampoco entiende que poco tiempo después, decidiera quitarse la vida.
Aparecen los escándalos
El terrible caso de Olivia Podmore ha permitido a Nueva Zelanda poner en marcha una potente investigación para estudiar y averiguar lo sucedido. Esto ha permitido relacionar su historia con otros oscuros pasajes que ha tenido el historial deportivo del país en los últimos años y que apuntan directamente hacia una serie de escándalos que harían todavía más preocupante la situación.
"Las sensaciones cuando pierdes, cuando no eres elegido ni te has clasificado, cuando te lesionas, cuando no cumples con las expectativas de la sociedad, como tener una casa, casarte, tener hijos porque lo has intentado dar todo por tu deporte, esas sensaciones también son diferentes". Ese fue el misterioso mensaje publicado y después borrado por Olivia, y el objetivo de la investigación puesta en marcha es saber el origen del mismo y evitar que vuelva a suceder.
La principal línea de investigación está analizando los cambios que se han producido en los últimos tiempos en instituciones como el High Performance Sport New Zealand y el Cycling New Zealand, dos estamentos salpicados de lleno por varios escándalos. Un informe elaborado en 2018 desveló una serie de casos relacionados con el acoso y el maltrato físico y psicológico de los deportistas, algunos de ellos ciclistas. Se teme que los problemas de salud mental que padecía Olivia también pudieran estar relacionados con estos sucesos ya que se cree que vienen de lejos, no solo de su sorprendente exclusión de la lista de integrantes del equipo olímpico.
El gran cambio
Nueva Zelanda se ha tomado completamente en serio el caso de Olivia y pretende, por un lado, llegar hasta el final del asunto, y segundo, tomarlo como ejemplo para ayudar a todos los deportistas que se encuentran en una situación de debilidad similar. Además, pretenden atacar la base del problema para pasar de ayudar a personas que ya están enfermas a prevenir la existencia de este tipo de dramas en personas sanas.
La idea, una vez resuelta la investigación y conocido el caso, es elaborar un programa con diferentes patrones que sirvan para identificar donde se está produciendo un problema similar y atajarlo a tiempo. El propósito final será el cuidado total de la salud mental de los deportistas para no tener que lamentar más casos ahora que los Juegos Olímpicos y que ejemplos como los de Osaka o Simone Biles han puesto este de manifiesto.
Nueva Zelanda no ha dudado en reconocer estos días que no han sabido tratar los problemas psicológicos de algunos de sus deportistas y por ello se comprometen a cambiarlo y a servir de modelo al resto del universo del deporte. Quieren establecer un antes y un después tras el trágico desenlace de Olivia Podmore y que sirva para construir y terminar con una lacara que ahora tiene el calor mediático y la atención que necesita.